Capítulo 5: Nuestros primeros juguetes

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Ya han pasado tres semanas, en otras palabras, hace tres miércoles que no voy a su hotel y lo estoy evitando. Ni siquiera quiero verlo, ya no estoy enojada pero sigo ofendida por lo que dijo.
Hoy es miércoles... hoy se cumpliría un mes de que no voy a su casa para tener sexo, no se ni que excusa decirle para que me deje en paz.

- Bien mis lindos alumnos -dijo Manuel cuándo estaba entrando al salón-.

- Quiero irme de una vez.

- Oye, ¿por qué tanta negatividad? ¿No te encantaba historia?

- Tú mismo lo dijiste, ENCANTABA, tiempo pasado cariño.

- Oh... bueno esta bien, supongo.

Creo que Ezequiel se dio cuenta de que no estoy de muy buen humor.
Me pasé toda la clase sin hacer absolutamente nada, no tenía muchas ganas de responder diez preguntas hoy, mejor lo hago en mi casa cuando este más tranquila.

- Espera, Braun... -dijo Manuel con un tono un poco desesperado porque casi logro escapar-.

- ¿Qué? -dije de una manera hostil-.

- Po... podemos hablar?

- No, tengo prisa así que, si me disculpas.

Estaba dirigiéndome a la salida del salón cuándo Manuel cerró la puerta con ambas manos dejándome acorralada.

- Por favor... sólo... sólo quiero hablar - tenía una expresión triste en su bello rostro-.

- Ah... -suspure- bien, tienes cinco minutos.

- Perdóname...

- .... -no dije nada, no sabía que decirle, él se veía tan devastado que... yo sólo quería consolarlo.

- Por favor, no sólo te quedes callada, si?

- Bien, estás perdonado, ahora déjame pasar.

- ¿Qué tengo que hacer? Dime...

- Dejarme pasar, eso tiene que hacer.

- .... -

No dijo nada, él sólo se corrió de la salida dejándome pasar.
Me siento mal por ser tan fría con él... no hizo algo muy malo tampoco así que... creo que iré a su hotel hoy y le pediré perdón por haber sido tan mala con él.
Bien... Ya estoy lista, tengo puesto un conjunto rojo, un jean negro, botas negras, una remera negra con cuello de tortuga y un tapado negro.
Ya llegue al hotel y me pregunto por qué SIEMPRE que vengo no hay alguien en la recepción, es algo raro supongo, tal vez no tienen personal? De ser así podría venir y trabajar en la recepción, sería muy conveniente.
No voy a entrar con la llave, creo que no es adecuado para esta situación si que sólo voy a tocar la puerta.

-toque dos veces-.

- Ya voy!... Si? En que puedo...

- Ho... Hola...

- ¿Qué estás haciendo aquí?

- Yo... am... puedo pasar?

- Por... Por supuesto, pasa.

Pase a su sala de estar y me senté en el sillón.

- Traje mis tareas para que las corrijas...

- Oh... am... claro, déjame ver...

- .... -

- Está todo bien esta vez... muy bien...

- Cuál será mi recompensa...?

- Yo... no lo se, no pensé que vendrías...

- En verdad lo siento... yo... fui muy mala contigo hoy.

Por tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora