CAPÍTULO 11:
Cuando me levanto, la habitación está completamente a oscuras. Alison duerme a mi lado, envuelta en las sábanas, todavía desnuda. No puedo evitar sonreír cuando la veo gracias a la poca luz que entra por la ventana. Todo aquello era un sueño para mí, pero un sueño del que no me importaba quedarme para siempre porque no podía ser más feliz en aquel momento aunque quisiera. Me siento feliz, me siento llena, me siento de una manera en la que nunca antes me he sentido; y la verdad es que me encanta.
Mi estómago rugue. Miro el reloj y observo que hacía unas cinco horas que deberíamos haber comido. Observo a Alison una vez más, quizás podría hacerle el detalle de traerle la comida a la cama. Asique, me levanto y busco algo para ponerme. La ropa a volado en la habitación, por lo que opto por abrir el ropero de Alison y tomo la primera camiseta que veo y unas nuevas braguitas. Sé que ya son demasiadas libertades, pero no creo que le moleste. Después de lo de anoche, no creo que prestarme ropa sea de lo que más se tenga que preocupar.
Ya vestida, salgo de la habitación cuando por el rabillo del ojo, observo el despacho, no tan despacho, de Alison. Recuerdo la noche que me lo enseñó y no sé por qué, pero algo me hace que vaya a la habitación. Las palabras de Alison sobre todo ese mundo, la manera en la que hablaba de ello. Sabía que esa habitación contaba más de lo que en un principio me había dicho Alison que me quería contar con ella.
Sin embargo, para mí, todo es confuso.
La puerta está abierta, asique, entro sin más. Todo está como la noche anterior.
Me acerco a la cama primero y no sé por qué, pero la única pregunta que se me pasa por la mente es la de que si habrán pasado mucha gente por aquella cama. Si habrá habido más chicas, más chicos.
Alzo la mirada hacia arriba y observo entonces lo que parecen ser unas abrazaderas para las muñecas, colgando del techo de la cama, quedando a un metro a lo más de esta. Me quedo observándolas, pues no las había visto la primera vez que me había acercado.
Dudo por un momento. ¿De verdad quería subirme a la cama para probarlas?
-En cierta manera son incómodas, pero luego dan juego.
-Joder. Que susto.
Alison aparece literalmente sin que yo la escuche. De repente está en la puerta, parada sobre el borde de la puerta, mirándome y riéndose, tras asustarme.
-Lo siento- dice- Bonita camisa, por cierto.
Siento tornarme roja, pero juego con ella.
-No te importa, ¿verdad?- Alison niega.
-Al revés, te quedan bien- bromea cuando se acerca, cerrando la puerta detrás de ella.
Alison viene con su albornoz de seda. No lleva nada más debajo de este, puesto que nada más se acerca, no puedo evitar observar como sus pezones se marcan a través del fino tejido que le cubre.
-¿Qué son?- pregunto cuando la tengo al lado.
-Abrazaderas, como ves- Alison sube, arrodillándose en la cama para acercarlas a ella- Es para jugar un poco al amo y al dominado... ama y dominada.
Me subo con ella en la cama. Mi corazón empieza a latir con fuerza cuando veo que estás de nuevo juntas, cerca, demasiado cercas. Alison solo me mira, sonríe. Está esperando a que diga algo.
-¿También te va el sado?- le pregunto.
-Me va el disfrute- responde a mi pregunta- ¿Quieres probarlo?
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Ms. DiLaurentis - Emison Fanfic (Completa)
FanficEsto no es otro 50 Sombras. Quiero decir que... bueno, la historia si comienza igual, pero... Joder, ¿para qué mentir? Mi nombre es Emily Fields y después de diez años sin vernos, vuelvo a encontrarme con Alison DiLaurentis, la chica que me había he...