Christian realiza un viaje a Portland con la finalidad de reunirse con el decano de la universidad estatal de Washington. En donde él se convierte en auspiciador de esta.
En este lugar se encuentra con el amor de su vida, pero el aún no lo sabe. Sol...
—Ya te dije Christian, sabes que me hubiera encantado ir contigo. Pero se lo prometí a Kate—me hizo ojitos de perrito a punto de ser apachurrado.
Lance un suspiro, no le podía negar nada cunado ponía esa cara.
—Bien—dije.
—Sabías que te amo—se lanzó sobre mí, en el pequeño espacio de 1x1 metro, de un cubículo del baño de hombres. Si, llegamos a eso
Flashback
Luego de toda la entrega de diplomas, el brindis, saludas a mi suegro, sin levantar sospechas, conocer al hermano de Katherine. Nos escapamos un momento de todo, primero nos escondimos en un salón pero vimos gente cerca de ahí, luego a uno de los cuartos de limpieza y por último, el baño...de hombres.
Durante nuestra conversación intente persuadirla para que venga conmigo a Seattle para festeja su nueva vida. Sin embargo todos mis intentos se fueron a la basura cuando me comunico que se iría con Katherine a un bar.
Fin del Flashback.
—Te prometo que te llamare si me siento mal—susurro, la baje y el sonido de sus tacones se escucharon por todo el baño.
—Está bien—a estas alturas ya no tenía sentido discutir.
Abrí la puesta y deje que Ana saliera primero.
Una vez que ambos estuvimos fuera del baño decidimos regresar a la fiesta. Después de un par de horas, pensé que era el momento indicado para retirarme. Me despedí de unas cuantas personas y por supuesto de Ana.
Cuando ya me encontraba con Taylor dentro del auto le pedí que pasara por la cafetería de siempre. Compre un pastel de chocolate y muchos muffins de arándanos.
Mientras comía mis postres estaba revisando unos documentos que Andrea me mando por correo y esperando noticias de Ana. Estaba a punto de llamarla cuando me llego su mensaje
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Siempre me preocupare por ti Ana, eres todo para mí.
Así paso el tiempo, veía como la luna iba subiendo y el cielo oscureciéndose más, había terminado de comerme todos los pastelitos, y no tenía nada que hacer.
Me fije en el reloj y marcaban las 11:07 pm. Era muy tarde, llame a Anastasia pero no me contesto. Quise no preocuparme, era imposible no hacerlo. Iba a llamar de nuevo cuando su llamada entro, no dude en contestar.
— ¿Ana...?
—Hola señor Grey—su voz sonaba rara, parecía borracha. ¿Qué tanto ha tomado esta mujer?
