— Bienvenidas sus altezas—
Un par de play-bots abrieron las enormes puertas de cristal de la biblioteca de la iluminación, las sirvientes los recibieron con la mayor hospitalidad y les preguntaron amablemente para ofrecerles unos tragos, sin embargo, para sorpresa de Muerte, Vida no deseó tomar nada.
Después de ser recibidos por ellas en el lobby, ambos fueron conducidos hacia otra habitación donde probablemente se hallaba Sabiduría. Entraron por una enorme puerta de roble y se hallaron dentro de una enorme habitación con una inmensa cantidad de libreros rebosando de libros en cada una de sus estanterías. Vida y Muerte contemplaban la habitación con detenimiento, ninguno de los dos entraba tan a menudo a lo que sería biblioteca personal de Sabiduría. La biblioteca era como la de la Antigua Alejandría; había anchas columnas de mármol esparcidas por los pasillos, estas sostenían el techo abovedado de madera, el cual estaba lleno de tallados e ilustraciones de las antiguas mitologías y civilizaciones donde había surgido el conocimiento de los primeros hombres en la tierra.
La madera del suelo lucía reluciente con la cálida luz de los candelabros de cristal en el techo e incluso ambos podían ver su rostro reflejado en la madera lustrada. En verdad Sabiduría se esmeraba en cuidar mucho su propia biblioteca. Todo estaba reluciente, sin nada de polvo en los estantes y los libros se hallaban acomodados, ya por sesiones, ya por tamaño o por autor.
— Ya veo porque no nos deja entrar tan seguido a este lugar...— se dijeron telepáticamente sin dejar de observar las maravillas de aquella biblioteca.
— Por aquí sus altezas—
Dejaron de contemplar los libros al escuchar las voces de las play-bots y después de unos segundos encontraron a Sabiduría en uno de los pasillos, en la sección de arquitectura para ser más exactos, encima de una escalera acomodando unos volúmenes en lo más alto de unas estanterías. Vida agradeció a las play-bots por guiarlos, estas hicieron una reverencia y se fueron, internándose en lo más profundo de los pasillos.
— Hola Sab— saludó Vida.
Sabiduría echó un leve vistazo y después siguió con lo suyo.
— Oh, buenos días Vida y buenos días Muerte. Es muy temprano como para que sea la hora de visitas— decía dejando el último libro bien acomodado junto con los otros. — Incluso Locura aún sigue durmiendo, ese tonto haragán—
— ja, ja, ja, sí... — Muerte soltó una risa nerviosa, —aunque no vinimos solo a visitarte—
— ¿Qué sucede? También una de las play-bots dijo que viniste ayer, Vida— contestó bajando las escaleras.
— Sí, creí que te encontraría anoche pero no estabas, así que no me molesté en dejarte un mensaje—
— Bueno, entonces ¿cuál es el asunto?—
El dios de piel verdosa y el dios de mechón naranja intercambiaron miradas, mientras se preguntaban cómo podrían contarle a Sabiduría sobre lo ocurrido ayer.
— Tal vez sea algo difícil de explicar...— respondió Vida.
...
— No había escuchado algo así en todo lo que llevo de existencia— dijo Sabiduría pensativo y tomando un trago de su té.
Vida y Muerte después de dejar la biblioteca, le hablaron a Sabiduría sobre su extraña travesía con el humano, las plagas que lo habían atacado y de cómo fue que Vida lo conoció en aquel parque. Lo único que omitieron fue la apariencia del chico... creyeron que no sería importante, además de que si lo contaban se burlarían de Vida durante toda su existencia, haciéndole comentarios como: "¿Tanto te amas como para crear a alguien igual a ti?" o cosas por el estilo.
— Es bastante extraño y más por el cordón de plata que mencionó Médico... nunca lo habíamos visto y menos en este tipo de alma— habló Muerte. — Tiene su forma humana completa como sino hubiera muerto y al parecer no tiene recuerdos de su vida antes de llegar al parque, según lo que me contó Vida—
— ¿Han intentado hablar con él sobre sus recuerdos o algo parecido? Probablemente sepa un poco de lo que le pasó antes de que estuviera en aquel parque—
— Lo intenté cuando lo encontré...— Vida se arrellanó más en el asiento con la pregunta, — pero ni siquiera sabía su nombre y también me preguntó si era algún tipo de mago pandillero roba huevos de aves indefensas...—
— ¿Mago pandillero... roba huevos?— pensó Sabiduría confundido, no sabía si reír o comentar algo al respecto.
— Y no hemos hablado con él desde que lo llevamos a casa de Médico... tuvo muchas heridas por las mordidas de las plagas e incluso lograron dañarle un poco el cordón, por lo que aún está en el ala médica recuperándose— interrumpió Muerte.
— Entonces... quizás lo primero que deban hacer es hablar con él e intentar activar sus memorias para así saber qué le pasó y dónde está su cuerpo... he leído muy poco sobre el cordón de plata y los viajes astrales, pero recuerdo que el cordón es capaz de conectar el alma y el cuerpo físico de la persona, hacerlo viajar por distintos planos de la realidad y volver a voluntad a su cuerpo, aunque solo ocurre esto si es que la persona puede llegar a controlarlo según su voluntad, aunque no recuerdo si esto pasa con los que ya han fallecido o solo los que están vivos—
— Hablando de eso... Médico nos dijo que tú tenías libros sobre estos temas— dijo Vida, interrumpiendo por un momento los pensamientos de Sabiduría.
—Sí, tengo algunos por ahí guardados, aunque es raro... entiendo un poco sobre el cordón de plata, pero lo que aún no logro entender es el por qué esa cantidad de plagas fueron en su búsqueda además de que no es algo que ocurra a menudo... ¿están seguros de que no está muerto?—
— Creemos que no es así, su alma no es como la de una persona que ha fallecido y mis sirvientes no me han informado de un alma que haya muerto recientemente con sus mismas características— dijo Muerte.
— Las plagas solo persiguen almas puras que ya han muerto para así corromperlas... si no está muerto, entonces lo perseguían por otras razones— prosiguió Sabiduría.
— ¿Qué razones?— interrumpió Vida.
— Eso es lo que no entiendo...—
Quedaron en silencio un momento, reflexionando sobre lo que Sabiduría acababa de decir. Vida por un momento lo relacionó con sus pesadillas pero descartó la idea por lo absurda que le había parecido. Las plagas en realidad no tenían una mente como tal, ellas actúan por instinto y atacan solo a las almas de las personas fallecidas que no encuentran el rumbo a Ithis, así como los fantasmas, sin embargo las plagas no eran tan inteligentes como para atacar a ese humano de esa manera, pero entonces... ¿Qué las había llevado a ello?
— Bueno— carraspeó Sabiduría, — será mejor que busque los libros y espero que con ello encuentren algo que les sirva—
El dios sabio se levantó de su asiento y se fue a una sala contigua de donde estaban tomando el té. Al cabo de unos minutos salió, pero sin nada del material que les prometió a ambos dioses.
— Bueno, tengo buenas y malas noticias— habló, soltando un suspiro volviéndose a sentar en el cómodo sillón.
— ¿Cuál es la mala?— preguntó Muerte.
— Los libros no aparecen en mi registro, eso significa que alguien los sacó antes que ustedes— contesto Sabiduría.
— ¿Y la buena?— cuestionó Vida.
— Que sé quién es ese alguien y también sé que se le venció el plazo de préstamo hace una semana aproximadamente, así que es cuestión de que vayan, lo visiten y me traigan los libros para ver qué encontramos sobre su problema—
— ¿Y quién los tiene?— dijo Muerte con algo de incertidumbre.
— Tiempo...—
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Entre la Vida y la Muerte
FanfictionUn firmamento azul apareció ante sus ojos, y lo que parecían ser las ramas de un árbol enorme lo cubrían de los primeros rayos del sol de la mañana. El cantar de las aves lo trajo de vuelta a la realidad, dándose cuenta más o menos de dónde se halla...