Entre la Vida y la Muerte

Capítulo 2 (Parte 2). El extraño hombre.

Llegó hasta una parte muy apartada del lugar, ya no había senderos de piedra ni gente. Sólo la naturaleza, los cantos de las aves y miles de árboles y arbustos llenando el lugar. Sin quererlo (demasiado), se había alejado mucho y no sabía el camino de regreso por estar perdido en sus pensamientos.

Siguió andando, con el plan de llegar a los límites del parque y guiarse con el enrejado que lo rodeaba para llegar a la entrada. Siguió unos cuantos metros hasta que...

Encontró a un hombre con la piel verdosa que se paseaba entre la arboleda y la naturaleza del parque... era raro verlo, tenía un par de estrellas ubicadas en su alborotado cabello negro como si un peluquero experto se las hubiera hecho, sino fuera por la piel verdosa creería que era uno de esos jóvenes que cantan rap y hacen actos vandálicos en las calles junto con pandillas, tal vez era algún tipo de disfraz, mas lo raro era verlo caminando en esos lares tan solitarios.

Se escondió detrás de un árbol y con cuidado de no ser visto se asomó por detrás del tronco. Lo observó durante algunos minutos, el hombre lucía nervioso y andaba paseándose en círculos mientras se hablaba a sí mismo. No entendía lo que decía, parecía que se reprochaba así mismo sobre algo.

Cuando terminó de pasearse de allá para acá y diciéndose unas palabras para tranquilizarse, se detuvo en uno de los tantos árboles que estaban algo apartados de donde él se hallaba escondido. El árbol tenía un pequeño hueco donde este mismo hombre verde se asomó, para al parecer ver algo en su interior.

— ¿Qué estará haciendo?— pensó dudoso entre sí acercarse a ver lo qué hacía o simplemente hacer como si nada pasara y buscar la salida.

Había algo extraño en él, que hacía querer acercársele y hablarle, ¿será por su disfraz o por algo más? No lo sabía con certeza, creo que él tiene unos aires de confianza que hace que quiera ir a acercármele. Después de pensarlo un poco, salí de mi escondite y fui hacia su dirección, esperando no cometer nada estúpido al hablarle.