Entre la Vida y la Muerte

Capítulo 9 (Parte 2). Fragmentos descubiertos.

Vida ya llevaba unos cuantos metros del sendero adelantados. No le había dicho a Muerte sobre lo que tenía planeado hacer pero necesitaba probarlo sin que los demás lo supieran, y cuando vio que Amor lo seguía le pareció perfecto. La pequeña cuando llegó hasta él se sorprendió mucho porque ni siquiera le dio tiempo de decir algo cuando éste la tomó en brazos y le tapó la boca para que no emitiera algún sonido, mientras ambos se escondían en un arbusto cercano que diera una vista completa hacía donde estaban Muerte y el humano.

"¡Amor, espera. No forcejees!", dijo Vida hablándole telepáticamente.

- ¡Qué te sucede!- susurro fuertemente, - ¿Por qué razón me secuestras de esta forma?-

- Lo lamento, pero era mi oportunidad o si no todo se echaría a perder...necesito comprobar algo por mí mismo- se asomó entre las hojas del arbusto y vio a Muerte hablando con Leo, aunque no los escuchaba.

- ¿Qué tanto miras?- preguntó completamente irritada. Empujó a Vida a un lado y se asomó por entre las ramas. - ¿Por qué razón quieres que nos estemos escondidos aquí?-

- Ya te dije, fue para probar algo...- volvió a espiar desde otro lado. - Me di cuenta de que Leo mira de una extraña forma a Muerte-

- ¿Cómo si estuviera enamorado?-

Vida volteó a verla sorprendido. No creía, o bueno, muy en el fondo, que Leo lo viera de esa forma... Por un momento sintió una punzada en el pecho.

- Me di cuenta cuando hablaba con él y al escudriñar su corazón a través de sus ojos, lo pude ver...él está enamorado de Muerte-

Vida apretó los labios y un ceño fruncido apareció en su rostro.

- Y, suponiendo por tu mirada, creo que eso ya lo sabías- se cruzó de brazos, pensando. - A juzgar por la apariencia de Leo, que es prácticamente tu gemelo, y de que es un humano... entonces Muerte le recuerda a su pareja en la tierra, de cierta forma-

- Vaya, eres muy lista- Vida no la miró, apartó la vista del hueco donde espiaba a la pareja.

Recordó en ese momento cuando ambos aún estaban en la casa de Tiempo en busca de los libros de Sabiduría. Éste les narró a detalle la historia del humano y del por qué su alma se había separado de su cuerpo. Le contó a Vida antes de que se fueran, pero sin que Muerte escuchara, que en realidad la pareja de Leo era un humano parecido a éste y que su nombre era Des.

Vida se sorprendió cuando le reveló ese pequeño detalle, pero al momento recordó que sus sospechas se habían confirmado mucho antes de que Tiempo le dijera, aunque solo hubiera sido una pequeña conjetura.

Flashback.

- Aún no sé por qué es que te pareces tanto a mí...- habló por fin después de unos segundos de estar ausente, encerrado en sus pensamientos, -pero, si puedes oírme, espero y puedas perdonarme... no era mi intención dejarte abandonado y menos con esas plagas allá afuera- agachó más la mirada al decirlo, completamente arrepentido.

Suspiró con pesadez y se levantó de la dura cama donde yacía el humano. Caminó hasta la única ventana con el fin de cerrar las pequeñas cortinas y evitar que la luz lunar le molestara al chico que por suerte estaba vivo. Lo único que vio afuera antes de cerrarlas por completo, fue a Muerte que lo esperaba en el jardín delantero en la casa de Médico. Lo vio con detenimiento, y después desvío la vista hacia el chico que dormía profundamente.

- Si hay un humano parecido a mí... ¿habrá uno parecido a Muerte?-

Fin del flashback.

También se acordó que no le había dicho a su contraparte sobre este acontecimiento tan importante, ¿pero por qué razón había sido?

Volteó al hueco donde los estaba espiando y vio a Leo abrazando a Muerte. Eso le dolió más que todas las veces en que se había herido, enfermado y estado a punto de morir cuando se lanzaba desde el acantilado en el mar de Ithis.

Probablemente había sido la vergüenza, celos o el miedo de qué llegaría a pensar Muerte sobre ello. La relación de ambos dioses no iba tan mal, pero según lo que contó Tiempo de sus contrapartes humanas ellos ya habían avanzado como pareja en tan poco tiempo (unos cinco años de larga relación) y ellos por más milenios que tuvieran no lograban avanzar demasiado... era su culpa y lo reconocía, había dejado de hablarle a Muerte durante miles de años por una tontería que ni él mismo se dignó a aclarar en ese entonces y apenas hace un par de meses se disculpó. Las cosas lograron fluir un poco en su relación de "amistad" hasta cierto punto pero ahora estaban... varados.

Muchas cosas estaban complicadas en su mente; como las pesadillas que tenía sobre Muerte y los confusos sentimientos de "amor o amistad" que tenía en lo más profundo de su corazón sobre él (y que para colmo ni siquiera sabe de dónde salieron).

Cosas de pareja quizás difíciles de resolver pero que tendrían que arreglar tarde o temprano, si las cosas querían que siguieran su curso.

Leo parecía no ser diferente de él físicamente pero... parecía ser una versión mejorada de él mismo, la que tanto anhelaba ser; con mayor confianza, vitalidad y autoestima. Muchos aspectos que Vida consideraba que eran mejor que su propio ser, aunque era algo irónico ya que él lo había llegado a crear o eso pensaba.

- Aunque me sorprende que lo hayas hecho- escuchó que le decía Amor. - Es un poco perturbador y me enoja bastante. Crear versiones humanas, unirlos forzosamente e intentar recrear una relación imaginaria... así como algo que debió ser entre ustedes pero que pereció hace bastante tiempo-

- A veces eres tan dura con tus palabras- se deprimió, recostándose en la tierra tapándose la cara con ambos brazos.

- Soy dura porque me preocupa Muerte. Él ha estado esperando tantos siglos por ti y tú aún no te decides... esa indecisión es lo que le hace daño, es como si simplemente lo ilusionaras y ahora ver esto...- suspiró frustrada. -Muerte es mi mejor amigo, así que hago todo lo posible para que no lo dañes... otra vez-

Amor lo miraba con severidad pero este seguía tapando sus facciones con los brazos. La chica puso los ojos en blanco al ver que ni siquiera reaccionaba y decidió salir de regreso al sendero donde estaban los otros dos.

Vida quedó ahí unos cuantos segundos, se secó las pocas lágrimas que le habían salido y también salió del escondrijo, pensando en las palabras de Amor y ese "otra vez" que había dicho al final.