07. Sin Escapatoria

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—Debemos irnos inmediatamente—dispuso Steve sin dejar en un solo momento su papel de líder.

Ni Sam, ni Nat ni yo expusimos algún tipo de desacuerdo, pues sabíamos que ir por Wanda y Vision ahora era primordial. Así pues, sin importar otra cosa, los cuatro fuimos de regreso al Quinjet tras quitarnos las vestimentas hindúes y ponernos otra vez nuestros uniformes de pelea. 

Ya dentro del Quinjet, Sam trazó camino hacia Escocia.

Cuando el Quinjet despegó, yo no pude mantenerme sentada, puesto que sentía los nervios de punta, no podía estar tranquila sabiendo que Vision y Wanda por ende, corrían peligro. Lo que me puso todavía peor, con nervios todavía más negativos, fue el hecho de que Wanda no atendió ni una de mis llamadas por más que le insistía. Tal como predije esta mañana después de que me colgase.

Estuve llamando desde el momento en el que despegamos e incluso estaba hasta el fondo del Quinjet lo más apartada de mis amigos y de espalda a ellos, esperando hablarle a mi mejor amiga con cautela, precaución y rapidez, pero la niña no se dignaba a responder.

Tal vez tenía el aparato apagado o en silencio, o a lo mejor no le apetecía contestarme pensando que le hablaba por mis discordancias emocionales de hoy.

¡Ahhh! 

¡¡CARAJO!!

¡WANDA!

—Por el amor de Dios, Wanda Maximoff, responde el maldito celular...—balbuceé ya algo irritada.    

Además de lo de Wanda y Vision, no podía dejar de pensar en la imagen del tal Thanos. No lo conocía, en realidad no sabía cómo era físicamente, pero lo figuraba tétrico, temible. Porque en todos estos años, había conocido lo que era la crueldad, lo que era la maldad, y sabía que el poder en manos equivocadas podía traer catástrofes. Thanos, por lo que Bruce le mencionó a Steve, era un maldito genocida, y si obtenía todas las Gemas del Infinito, habría una enorme tragedia, de eso estaba segura. Además de proteger y salvar a Vis, debíamos cuidar la gema y evitar que Thanos la consiguiese.

Sin necesidad de teletransportarme, ya me movía de un lado a otro.

Las cosas parecían más complicadas que en otras ocasiones, más complicadas que hace años al menos a mi manera de pensar, pues todo el equipo no estaba. Tony desaparecido... Thor de igual manera. El equipo que una vez fuimos quebrado. Pero ahora esperaba que nada de eso importase, debía no hacerlo.

Ahora entendía más que nunca a Tony cuando hace años solo quería una armadura que cubriese el mundo. Y nosotros lo juzgamos de loco en ese entonces, de necio. Tal vez la manera en la que planteó las cosas no fue la correcta, pero al final de cuentas, le preocupaba que algún día el mundo no tuviese salvación. 

Al final de cuentas, siempre íbamos a tener enemigos, pero la amenaza era más grande. 

Loki quería gobernarnos, quería un reinado que le rindiese tributo; Ultron quería una generación de robots a su imagen y semejanza, pero Thanos no quería ser amo y señor del mundo, no buscaba una generación de gente igual a él, el quería eliminarnos, pero con los 6 cristales más poderosos en toda la existencia.

¡Seis! ¡No uno ni dos! ¡Seis!

— ¿No te contesta?—me preguntó Steve preocupado refiriéndose a Wanda.

Yo no pude esconder mi fastidio.

—  ¡NO! Te juro que cuando la encontremos la mato, Rogers. ¡Es tan irresponsable al no responder o devolverme la llamada! ¡Mierda! ¡Ni yo sería así! ¡Y te juro que entiendo que quiera estar con Vision, que estén enamorados y de más! ¡Pero tiene que atender el teléfono! ¡Sabe que solo nosotros le llamamos y que lo hacemos por su bien! ¡O yo porque soy su mejor amiga y me preocupa así como sé que yo le preocupo a ella! ¡Pero Santo cielo! ¡Hoy sí se está pasando! ¡En la mañana que le llamé para decirle lo que había pasado contigo se tardó demasiado en responderme el estúpido teléfono!

Devastation [•Steve Rogers•]  (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora