Devastation [•Steve Rogers•] (I)

13. Salvando al Mago

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*CAMINO A ENDGAME*
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~Espacio~

|°Peter°|

Estaba muy nervioso.

Me pregutaba una y otra vez, cientos de veces en mi cabeza, en qué momento se me había ocurrido subir a una nave que ahora me llevaba en alguna parte del espacio, peor aún, retrocedía más, deseando que todo fuera una especie de fantasía, un truco de mi mente.

Tal vez me había quedado dormido en el autobús que me llevaba de excursión, y tal vez todo esto era producto de mi imaginación, incluyendo que Gwen hubiese aceptado salir en una cita conmigo.

Pero no. Maldita sea, esto no era una fantasía, tenía que estar consciente de ello, de que dejé el planeta Tierra por ayudar a Stark y a un mago a combatir una amenaza extraterrestre. Me fui del autobús sin tener del todo en cuenta que tal vez iba a dejar plantada a la chica de mis sueños, a pesar de que ya estaba acostumbrado a ello, pero es que pensé que tan solo por una vez en la vida todo podría ser distinto y me equivoqué, porque la vida como Spider-Man era complicada, la vida conociendo a los Vengadores también, y más lo era tener un instinto que me jalaba a detener amenazas sin pensar en las consecuencias.

No me cabía duda de que este mundo era bastante complicado, y mentiría si dijera que no me frustraba un poco el hecho de saber que había vida en otros planetas, y que esa vida exterior era una amenaza para nuestro mundo.

Yo sabía perfectamente quién era yo, un niño picado por una araña radioactiva que le otorgó ciertas habilidades sobrenaturales. Sí, seguía siendo un niño, y por un tiempo quise creer que no lo era, pero lo seguía siendo muy por encima de mis circunstancias, todavía quería muchas cosas que tal vez en mis condiciones parecían no tener importancia: una novia, un trabajo, una buena beca; pero en mi condición, todo era más complicado.

Pensé en lo que diría y pensaría Tía May al enterarse de dónde estaba. Seguramente se pondría loca y me diría que por este tipo de cosas no le gustaba para nada mi estilo de vida que solo me ponía en riesgos.

Pensar en May me dio otros remordimientos, porque la estaba dejando prácticamente sola y ella me preocupaba demasiado, porque después de perder al Tío Ben ella no había podido ser la misma por más que intentaba sonreír.

Ella y el Tío Ben se dedicaron a mí desde que era niño, y ambos se sostenían el uno al otro, y a mí cuando ellos fueron lo único que me quedaba. Los dos eran mi equipo favorito cuando era niño, eran cómplices, siempre velaban por nuestra familia. El Tío Ben era un ser humano extraordinario que siempre se sacrificaba y tenía bastante claro lo que esos sacrificios significaban, aunque muchas veces hacía parecer que esos sacrificios no le costaban y eso era lo más admirable de él. De él aprendí que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

Cuando mi tío murió, May y yo pasamos una época bastante difícil. Tía May perdió cierta vitalidad y alegría durante un tiempo, pero después se decidió a seguir adelante por mí, a tener una nueva actitud a pesar de lo que le dolía ya no tener a mi tío junto a ella, me sobreprotegió durante años y es bastante lógico que no le pareciera del todo mi decisión de ser Spider-Man, porque ella estaba consciente de los riesgos que corría.

Inclusive yo le dudaba respecto a los riesgos un montón de veces, y muchas veces deseaba muchas cosas que de cierta forma no podía tener y más que nada, había mucho que sacrificar.