12. Precios Que Pagar

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Estudié detenidamente la expresión en el rostro de Bruce.

Inmediatamente todos supimos que al decir "Él" y por la manera en la que lo dijo, se refería al mismísimo Thanos. En los ojos de Bruce pude detectar un miedo que jamás le había visto, y miedo del que sabía que había que preocuparse. Pusimos muchísima más atención en el relato y decididos ahora sí a no hacer ninguna interrupción, por tanto, yo me obligué a mantenerme seria.

—Su nave era mucho más grande que la nuestra y sin previo aviso comenzó a atacar. Nosotros no íbamos en una nave de guerra, entonces nos era imposible defendernos. Al inmovilizar la nave, apareció junto junto a su séquito: la Orden Negra, cuatro malditas escorias más. Dos de ellos fueron los que atacaron en Nueva York y los otros dos son a los que ustedes se enfrentaron en Escocia.

Al momento aparecieron dos pequeños hologramas que nos mostraron a los dos que nos enfrentamos en Escocia y a los otros dos que habíamos visto en el noticiario antes de que supiéramos bien qué sucedía. Sin embargo y a pesar de ver que los hologramas habían aparecido, no interrumpimos y miramos a nuestro amigo, al ver que su expresión no cambiaba y tal vez como un impulso, volteé a ver a Natasha, que igual, analizaba el rostro de Bruce, y también se notaba un tanto angustiada por cómo lo veíamos a él.

—Había muy pocos soldados en nuestra nave, pero aun así, hicimos lo posible por defendernos. Sin embargo, Thanos y sus secuaces eran demasiado fuertes y nada comparados a los enemigos con los que alguna vez nos hubiésemos enfrentado. Thanos por su parte, llegó imponente, sintiéndose el dueño de todo, tenía en posesión un guantelete de un poderoso metal que tenía un espacio específico para portar cada una de las gemas, y ya tenía una de ellas: la del poder. Con esa simple gema ya le era bastante sencillo enfrentarnos a todos con ventaja.

Y de repente, algo que me hizo quebrarme internamente: ver cómo se le cristalizaron los ojos a Bruce. Yo siempre había sido demasiado sentimental y por ello y malamente debo decir, me afectaba mucho ver a personas sufrir, más siendo personas a las que le tenía bastante afecto.

—Él y sus secuaces asesinaron a la mitad de la población asgardiana cuando nos dieron por derrotados, y la otra mitad fue la que tuvo oportunidad de escapar. Según Thanos, a eso se ha dedicado la mayor parte de su vida, a exterminar a la mitad de la población de los planetas. Se cree una especie de mesías y salvador, que prefiere las cosas equilibradas. Tenía cuentas pendientes con Loki, porque él le facilitó la Gema de la Mente para que atacara en Nueva York a cambio yo supongo del Tesseracto. Como fracasó en esa ocasión, era claro que Thanos no iba a olvidar y le iba a exigir el Tesseracto. De alguna manera y no sé cómo porque no quiero poner toda mi fe en Loki, no cedió ante Thanos y me mandó a mí, más bien a Hulk, a enfrentarlo, ya que Hulk sería el único que tal vez podría vencerlo en un combate limpio y era de cierta manera, la última esperanza que teníamos, pero no fue suficiente. Thanos venció a Hulk con facilidad. Al verlo derrotado Thor decidió mandarme de vuelta aquí... quiero creer que para advertirles a todos de lo que se venía.

—Y también para salvarte, Bruce—dijo Natasha compasiva y hasta agradecida poniéndose de pie y acercándose a él.

Bruce apretó los labios y bajó la cabeza durante algunos segundos, en señal de frustración.

— ¿Pero a qué costo, Nat? —se lamentó él—. ¿Qué podemos suponer después de esto? Loki, Thor... los asgardianos que todavía permanecían en la nave, ya todos están muertos seguramente...

Se me cristalizaron otra vez los ojos de solo imaginar la posibilidad de que Thor hubiese muerto y parte de mí se preguntaba si debería sentir pena por Loki, que al final por lo relatado por Bruce, había acabado cambiando, lo que no me explicaba era ¿Cuáles habían sido sus razones?

Devastation [•Steve Rogers•]  (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora