Devastation [•Steve Rogers•] (I)

06. Miedo al Rechazo

~Líbano~

|•Ronnie•|

Traté de convencerme de que en realidad se trataba de un mal sueño, pero no, en realidad era una mala broma del destino. Al momento de escuchar a Steve sentí que mis defensas bajaron, y no dudaba el hecho de que tal vez me había puesto pálida. Olvidé cómo debía moverme, tal vez había perdido esa capacidad.

¿Por qué tenía que hablar con Natasha de eso y precisamente en esos momentos? Si hubiera sido minutos antes, o tal vez minutos después habría evitado esto. 

Era en momentos embarazosos como éstos en los que deseaba más bien el poder de retroceder en el tiempo o  tener los poderes mentales de mi mejor amiga.

Por Dios, Wanda. ¿Por qué no estabas aquí para manipular la mente de Steve y borrar lo que había escuchado probablemente? ¿Dónde estás, brujita? ¿Dónde cuando más necesito de ti, no solo física sino emocionalmente para que me sostengas?

Comencé a temblar y no dudaba que el corazón se me hubiese detenido en realidad aunque fuese por solo una milésima de segundo.

Miedo. 

Pánico.

Si Steve me había escuchado y se había enterado por mi amor hacia él ya todo iba a echarse a perder. Pero a lo mejor yo podía evitarlo, podía actuar, podía convencer a Steve con una falsa interpretación, y/o podía evitarlo.

El problema era que en verdad no quería voltear. Miraba más bien a Natasha, que de inmediato percibió mi miedo y se me acercó para tomar mi antebrazo en afán de decirme que todo estaría bien, pero no, tal vez nada lo estaría ya.

—Iré con Sam a arreglar unas cosas antes de irnos—dijo Black Widow.

—No... Natasha, no te vayas—musité en pánico y con los ojos bien abiertos, además tratando de negar ligeramente con la cabeza.

La ahora rubia se acercó todavía más a mí y me abrazó para después ir hacia mi oído.

—Sé valiente, todo estará bien, aquí no puedo intervenir yo...—murmuró.

Negué con la cabeza y Nat me apretó un poco más para después separarse de mí e irse de la habitación para dejarme sola con Steve.

Aún cuando Nat se fue, yo no podía voltear a ver a Steve por la situación tan vergonzosa. 

¿Qué iba a decirle? ¿Encontraría la capacidad de mentirle?

—Ronnie...—escuché a Steve.

Oí sus pasos lentos en dirección a mí y esto fue lo que me hizo voltear lentamente en dirección suya.

Ahí estaba él, con ese porte, con esa firmeza, pero con una mirada que tal vez daba a entender pena.

Y sí, pena porque si es que realmente escuchó todo lo que dije, tal vez quisiera darme a entender que él nunca se sentiría así por mí.

Lo observé bien, y al mirarlo, me situé en momentos anteriores en los que yo siempre era la que estaba a su lado, viendo aquella mirada en sus ojos, mirada que Sharon Carter siempre le provocaba, al menos las dos veces que los había visto besarse.

Los celos, el dolor... recordé todo lo que sentía, lo que me decía que yo no tenía ese mismo significado para él.

Pensé nuevamente: 6 años de amistad, 6 años de risas, 6 años de respaldos, soportes, inclusive peleas... 6 años de una amistad que cargaba consigo una complicidad única. 6 años a la mierda. 6 años que me vinieron a traer directamente a la zona del amigo.