Epílogo

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Desde que salió la noticia de la desaparición de Tony Stark en una nave extraterrestre, en un departamento de Bronx, Nueva York, la televisión no había sido apagada y Adrianna Varano no podía pegar los ojos por la angustia muy a pesar de que su hijo David, había insistido en que descansase.

El asunto era que al momento de ver aquella noticia, Adrianna Varano tuvo una sensación demasiado extraña en el pecho, lo sentía comprimido, como si estuviese pasando por una angustia tremenda, y es que era verdad, porque a partir de la última vez que había hablado con su hija, había quedado muy preocupada y más con lo que había sucedido con Tony Stark, porque ella sabía lo que representaba, así habían iniciado algunos conflictos en los que Veronica se había visto envuelta, y ahora, prófuga de la justicia, era peor la situación.

Y más le preocupaba a Adrianna el hecho de que a partir de saber la noticia de Stark, Veronica no contestaba el teléfono, siempre el buzón, siempre fuera del área de servicio...

Aquella angustia fue mayor cuando vio la noticia de que Ronnie y los Vengadores fugitivos: Steve Rogers, Natasha Romanoff, Sam Wilson y Wanda Maximoff habían sido vistos en Escocia junto con Vision, combatiendo a otros dos extraterrestres. Era la primera vez en dos años que se sabía algo público de ellos y Adrianna sabía que habría consecuencias políticas, aunque aquellas consecuencias pasaron a un segundo plano cuando ya no hubo más noticias durante las horas siguientes y menos que Veronica siguiera sin contestar.

Sí, Adrianna no se movía de la sala y no cambiaba de canal, estaba demasiado cerca de la televisión.

Su hijo también estaba preocupado por su hermana, pero sabía que de cierta forma, fuese el problema que fuese con esos alienígenas, Ronnie lo iba a solucionar, ella siempre lo había hecho al lado del Cap y los demás. David como Ronnie le había enseñado, siempre trataba de pensar en los aspectos positivos de las malas situaciones, aunque a veces le costaba demasiado, como ahora, más al ver a su madre tan angustiada.

Se acercó a ella con una cámara de vídeo, con la intención de distraerla.

—Mira lo que me encontré, mami—dijo David extendiendo la cámara en dirección a Adrianna, que no se movió—. ¡Mamá! ¡Por favor! ¡Hazme caso! ¡Distráete aunque sea por dos minutos! ¡No puedes estar pegada a la tele todo el día! ¡Confía en que todo va a estar bien! —otra vez, Adrianna no hizo caso—. ¡¡MAMÁ!!

Con demasiado esfuerzo de por medio, Adrianna volteó y le prestó atención al menor de sus hijos, que lo único que deseaba, era que su madre desviara la atención del noticiero y pudiera esbozar una sonrisa.

Ronnie siempre le había hecho prometer que no importaba qué pasase cuando ella tuviese una misión o situación de peligro, que él debía hacer que su madre no se preocupara, que debía mantenerla feliz, ya fuese con buenos momentos de ella, o de los tres. Y eso pretendía hacer en esos momentos.

Finalmente, al ya tener la atención de su madre, David le dio "play" al vídeo que tenía en pausa en la cámara.

La grabación inició con las respiraciones de David y su intento de ser silencioso, mientras se acercaba a la puerta del baño, dónde se escuchaba que su hermana estaba cantando mientras se duchaba.

El David de la grabación, no pudo evitar soltar algunas risitas que intentó con todo de él fueran silenciosas. Entró con sigilo al baño y el sonido de la regadera se escuchó aún más fuerte, y detrás de unas cortinas, se veía la silueta de Veronica que parecía aún no darse cuenta mientras seguía enajenada en cantar.

—... Tho' it ain't all jolly old pleasure outings... It's a fine life, it's a fine life.... When you got someone to love, you forget your cares and strife, let the prudes look down on us, set the wide world frown on us, It's a fine, fine life!—cantaba Ronnie con demasiada emoción.

Devastation [•Steve Rogers•]  (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora