●2018●
~República Árabe Siria~
|●Veronica●|
Traté de apresurarme en afán de acomodarme bien la maldita burka, aún sin explicarme cómo era que las mujeres sirianas podían vivir usándolas todos los días, de verdad, benditas sean, puesto que yo no hubiera podido sobrevivir una vida con esta imposición por sus costumbres, además de todas las demás tradiciones que se cargaban.
Aunque el punto no era ese, sino que me estaba odiando bastante a mí misma en estos momentos debido al hecho de no poder hacer bien una cosa tan simple como acomodarme una estúpida burka. Y es que bueno, las cosas más sencillas se me complicaban demasiado al ser en extremo torpe, y ahora teniendo que ponerme esto, más torpe... parecía una caricatura andante, como en todo. ¿Quién dice que nadie a sus 28 años sigue siendo torpe? Yo era la excepción a la regla y por más que trataba de no ser tan torpe, no podía evitarlo.
Me coloqué la parte de la cabeza bastante chueca, mientras que suponía que por lo largo del atuendo iba a terminar por dar un montón de tropezones e iba a terminar arruinando la misión de mi equipo.
—Deja te ayudo con eso, Veronica—dijo Natasha, que por lo visto, ya estaba lista.
—No... déjalo, yo puedo...—dije apurándome aún más y al fin logrando ponerme la cosa esa por mí misma, y es que a pesar de la torpeza odiaba la sensación de no poder hacer nada bien y el permitir que Natasha me ayudase, aun con algo tan insignificante como eso, reforzaría aquel sentimiento.
Como sea, al erguirme por completo ya vestida y sintiéndome un tanto abochornada por lo calientes que llegaban a ser este tipo de prendas, miré a Natasha Romanoff, todavía sorprendiéndome de que a lo largo de estos dos años no nos hubiésemos arrancado la cabeza por estúpidos desacuerdos y asombrándome más el hecho de que ya nos estuviésemos llevando bien, porque al momento de conocernos y durante los años siguientes no había sido así, ni cuando un par de veces nos hubiésemos salvado la vida mutuamente.
De cualquier manera, juntas nos dirigimos a encontrarnos con Steve y Sam, que ya nos esperaban.
— ¿Ya están listas? —nos preguntó Steve mirándonos a ambas, pero después fijando su vista en mí, permitiéndome ver nuevamente sus ojos azulados.
Por Dios... eso todavía me causaba escalofríos y mariposas en el estómago, y tal cual si fuera una adolescente, todavía me hacía creer que en cualquier momento caería sobre mis rodillas. Pero vamos... tenía que seguir aparentando y guardándomelo, porque ni él ni nadie se podía enterar (aunque solo existían dos excepciones y se trataba de la mujer que me dio la vida y de una chica a la que no importaba cuánto lo intentase, jamás iba a poder ocultárselo)... no iba a perder a mi mejor amigo por una tontería tan grande como lo es estar enamorada de él...
Mierda... olviden eso... o no me juzguen tan rápido ¿quieren? Es que por más cliché que se oiga, él y yo no estaríamos juntos ¿Por qué estaba tan segura? Por la existencia de la espectacular Agente 13, es decir Sharon Carter y si no estuviera ella probablemente tendríamos a Natasha, o inclusive a Bucky con el que sigue contactándose casi todas las semanas, pero yo... nunca, y lo digo porque ya he intentado hasta el cansancio que se fije en mí. Pero ¿A quién engañaba? Yo siempre su incondicional y fiel amiga pero nunca la dueña de su corazón.
En fin, lo que sea, los cuatro nos preparamos para detener a un grupo de terroristas que poseían un arma Chitauri, de esas que quedaron tras el ataque en Nueva York hace 6 años, ese en el que los Vengadores nos diésemos a conocer.
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Devastation [•Steve Rogers•] (I)
Fiksi Penggemar"Surgió una idea, de buscar y reunir a un grupo de personas excepcionales y tratar de convertirnos en algo más, para que al necesitarnos libráramos las batallas que ellos no podrían ganar" Veronica Varano fue una niña a la que luego y a raíz de una...