02. Por Encima de la Ley

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Suspiré con profundidad mientras subía a la camioneta que nos llevaría a nuestro destino, de nuevo pensando en lo mucho que odiaba tener que usar esta estúpida burka.

Steve no repitió indicaciones al asumir que todos ya teníamos bastante claro lo que había que hacer. Y la verdad era que sí. Los cuatro ya nos hallábamos del todo vestidos y preparados, sin nada que indicase quiénes éramos, pues lo único visible de nosotros eran los ojos.

Por el espejo retrovisor volví a fijarme en los preciosos ojos de mi mejor amigo. La profundidad de su mirada siempre me asombraba, incluso podía admitir que su mirada fue uno de los puntos que me hizo empezar a sentir lo que sentía y también esos ojos se habían vuelto mi debilidad. Cada que lo veía con los ojos cristalinos, tristes, angustiados, no podía soportarlo, aun cuando me hallase molesta con él.

Por un momento, él miró hacia mi dirección y nuestras miradas se conectaron, yo hice una pequeña mueca invisible a sus ojos, pero por lo bien que él me conocía pude asumir que descubriría mi gesto por debajo de la prenda.

Los cuatro nos mantuvimos silenciosos, sin bromas de camino, lo que era raro, por la parte de Sam y la mía.

Luego de un par de minutos llegamos a un callejón donde hubimos dejado nuestro transporte y nos dirigimos en sigilo a aquel supuesto edificio donde ya estaría aquella arma.

— ¿Recuerdan el plan? —preguntó Steve.

Lo anterior me pareció ya un tanto innecesario, puesto que si no repetimos indicaciones en la camioneta, no veía por qué ahora.

—Tomarlos por sorpresa, partirles el trasero y tomar el arma—respondí inmediatamente y sonriendo por debajo de la burka— ¿Qué hemos estado haciendo los pasados meses, Cap? —añadí con cierta tonalidad irónica.

Escuché como Steve soltó un pequeño bufido divertido por mi ironía, y mis otros dos compañeros negaban con la cabeza, seguramente queriendo evitar hacer ruido con sus risas.

— ¡Punto para Ronnie! —dijo Sam.

No pude evitar sonreír, después de eso, nos canalizamos y concentramos en lo que había que hacer.

Nos dispusimos entonces a escuchar lo que sucedía.

—... Estas armas Chitauri  nos darán el poder para devastar el régimen. ¿Qué otra prueba necesitan para ver que Estados Unidos está de nuestro lado? —escuchamos.

Y aquello fue suficiente.

Rápidamente intercambiamos miradas y nos dispusimos a entrar en acción.

—Solo necesitaba escuchar eso—dijo Steve y entonces fue cuando los cuatro nos adentramos al lugar para detener a los tipos.

Obviamente nuestros oponentes iban a defenderse, pero eso no nos paró, porque peleamos con firmeza.

Yo me trasporte de un lado a otro, tomando por sorpresa a mis opositores, desconcertándolos, como siempre hacía pues aunque mis habilidades ya fuesen mundalmente conocidas, nadie se esperaba que fuese en su contra, éstos mucho menos al no tener idea de quién era al mi rostro estar oculto.

Les quitamos las armas con las que pretendían herirnos y usamos todos nuestros recursos. Aunque claro, cada uno estaba concentrado en los que nos atacaban respectivamente.

— ¡Cuidado! —escuché a Natasha hablarme, eso me hizo reaccionar y voltear, notando que había alguien en pretensión de dispararme.

Rápidamente creé un campo de fuerza que me hubo protegido de aquel disparo.

Miré amenazante al causante del disparo y usé el mismo campo para noquearlo. Posteriormente miré a Black Widow para asentirle a modo de agradecimiento.

Devastation [•Steve Rogers•]  (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora