"Lindo idiota"

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Buenas tardes preciosas criaturas! Lamento no actualizar antes, no andaba con mi note. 

Agradezco mucho los comentarios! los votos y las lecturas. ¡Muchas gracias! 

Este fic es en el que más me esfuerzo para escribir bien, por lo que siempre termino con un caos mental después de escribir un capítulo. Como estoy resubiendo los capítulos aquí, los vuelvo a leer y me hace recordar lo mucho que disfrutaba escribiendolos! aún si después terminaba con un gran cansancio mental. Aún disfruto de seguir escribiendo esta historia y "Secreto a voces". Espero también disfruten de ellas. 

Perdonen todos mis errores!

Disfruten de su lectura! 

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Rin sabía que al ser amigo de alguien como Haruka, le podría acarrear varios problemas; conocía su naturaleza seductora y como ésta era de gran eficiencia, nunca había visto a un cazador de tal magnitud, incluso la presa más inalcanzable podía conseguirla sin mayor esfuerzo; era capaz de transformar a un feroz león al más pequeño y tímido gatito con unos simples y agraciados movimientos. La verdad es que le daba igual con quien se acostara aquel depredador, pues no era de su incumbencia, pero cuando el juego avanzó a la siguiente etapa, jamás pensó que el nuevo objetivo era su amigo de la infancia. No iba a negar que Makoto tenía una belleza que la misma Afrodita envidiaría, porque hasta un ciego se daría cuenta de ello; pero había un defecto en aquel hermoso muchacho, y era que confiaba en todo el mundo; para Makoto no existían las personas con malas intenciones, su personalidad era prácticamente la de un santo, siendo amable con todo el mundo, muchos buitres se acercaban a él con motivaciones oscuras, por lo que más de una vez había tenido que protegerlo de ellos, no era que fuera sobreprotector con él (tal vez un poco); se trataba simplemente de que Makoto era un lindo idiota, y a los lindos idiotas había que cuidarlos de otros idiotas, que en sí no eran para nada lindos (en muchos sentidos). Por eso, cuando vio a Haruka entrar por la puerta del café, mucho más temprano que de costumbre, la espina que tenía enterrada en su mente le comenzó a molestar; algo le decía que el nadador no estaba ahí sólo para pedir su Expresso y el Muffin, sino que también estaba ahí para acechar a Makoto, y éste haciendo su papel de lindo idiota, lo estaba recibiendo con su preciosa sonrisa, provocando un palpitar en Haruka, refiriéndose con ello, no exactamente al frío corazón del seductor.

— ¡Buenos días Nanase-san! —Con su melodiosa voz que creaba música por sí sola, Makoto saludó al chico que lo miraba con una pequeña sonrisa, esbozada automáticamente sólo para él, aunque ignoraba ese simple hecho— Déjame recordar, era un Muffin de arándanos y un Expresso, ¿Verdad?

—Sí... —Haruka se apoyó en el mesón, quizás para comodidad, quizás para tener algo de cercanía con el adolescente más alto, Rin quien lo miraba desde su lugar, no lo sabía muy bien.

—Bien —Le dio la espalda para dirigirse a la cafetera y preparar el café, ese fue el momento en que aprovechó el pelirrojo para acercarse al muchacho de orbes oceánicos.

— ¿Por qué estás tan temprano aquí? —Preguntó mirándolo de forma sospechosa— ¿Recuerdas lo que te dije?

—Sólo me levanté antes de lo planeado —Contestó encogiéndose de hombros, no le importaba lo que pensara Rin, él no iba a dejar a Makoto simplemente porque se lo pidieran.

—Pues espero que no se te haga costumbre —El nadador de orbes escarlata frunció el ceño sin creerle mucho a su amigo, iba a advertirle que se mantuviera al margen con Makoto, pero un cliente había llegado y tuvo que atenderlo.

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