"El canto de una sirena"

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Si quiere leer directamente el capítulo, por favor, sáltese la nota de autor.

¡Buenas noches mis preciosas criaturas! Lamento no actualizar este fic en esta plataforma, ni Dios me perdona, no tengo idea de si aquí se pueden publicar links? Lo intentaré, si ven cosas estúpidas ignorenlas. Releí este capítulo y ahora no puedo perdornarme por lo que hice después en los siguientes capítulos ;-;

Link: https://www.youtube.com/watch?v=uceWTwu8eFE

Bien, por lo general siempre explico cosas de la cultura japo, porque para que después digan que los fics son educativos, en especial los yaois. 

 Los Izayakas son los típicos restobar japones, donde los nipones van comunmente después del trabajo para beber algo. Otome Road realmente existe, y está dedicada más que nada al público femenino. Los Ikemens, son los chicos guapos, muy lindos y algo afeminados en aparencia, las chicas también pueden ser Ikemens, incluso son mejores Ikemens que los propios chicos (Opinión personal)(Soy heterosexual) (A veces no)

Ok, sobre el link, es una canción del seiyuu de Makotito, Tatsu! es de la época de cuando grabó el opening de Sukisyo, o Sukisho, yo lo conocí por Sukisyo, si no la han visto, no sé que están haciendo con sus vidas, ese animé formó parte de mi pre-adolescencia, o sea cuando la capa de Ozono aún protegía el planeta y tener una cuenta premiun en Fotolog te volvía automáticamente en "influencer". Bueno la canción se llama "Yesterdays" y es la canción que canta Makoto en este cap. 

Es todo! 

Sukisyo es un anime yaoi, olvidé decirlo, de esos en que la censura no era de colores rosas y azules. 

Perdonen todos mis errores! 

Disfruten de su lectura!

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Ikebukuro era uno de los barrios de Tokio más transitados en la actualidad, al menos su estación siempre estaba repleta, y es que este barrio tenía todo el encanto que la juventud, adolescente y adulta, pudiera querer. No sólo había tiendas de mangas, que claramente le hacían la competencia a Akihabara, sino que también por restaurantes e Izayakas, además de los famosos karaokes; sin embargo, ambos tipos de entretenimiento eran divididos por las líneas del tren, provocando que en el Este, la festividad diurna predomine, mientras que en el Oeste se ha encargado del ocio nocturno, realidades y personalidades distintas, pero sin dejar de ser encantadoras. Y es aquí, donde exactamente se encontraban un trío de jóvenes apuestos y galanes; uno, quien era el más alto de todos y del cual se escuchaban rumores de haber sido descrito como un arcángel caído del cielo, caminaba algo torpe, con cuidado de no empujar ni tropezar con nadie de la tan poblada estación; el otro chico perteneciente a este trío de hermosas flores, quien era el más serio de todos, trataba de no colmar su paciencia mientras se hacía espacio entre la multitud, que al igual que ellos, querían salir de aquella estación. El último muchacho que conformaba este trío, era sin dudas alguna, un rebelde sin causa, pues aprovechándose de su apariencia inocente y de su pequeño tamaño, se abrió camino entre la gente con tanta facilidad, que ahora buscaba con la mirada a sus dos amigos que aún luchaban con la montería de personas.

—¡Mako-chan, Rei-chan! ¡Aquí estoy! —El rubio movía los brazos para que lo vieran entre tanta gente.

—Ya te vimos —Decía Rei mientras se acercaba al más bajo junto a Makoto— ¿Y bien? ¿Dónde tenemos que ir?

—La tienda está por la calle Otome Road, al menos así le dicen —Nagisa miró la dirección en su celular.

—¿Otome... Road? ¿Estás seguro? —El adolescente más alto miró algo nervioso a su pequeño amigo— Debe tener otra dirección, revisa bien.

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