Juegos de Seducción

"¿Qué es el amor?"

¡¡Buenas noches mis preciosímas criaturas!! ¿Sufrieron mucho este mes en el que no actualicé? Por supuesto, porque yo también sufri! pero la universidad me exigió demasiado. ¿Lo bueno? Estoy de vacaciones por fin!! Ya lo había anunciado en mis otras redes, que deberían seguir.  Bien, ahora soy toda una tesista y egresada de la universidad, ahora tendré que trabajar y tendré a mis primeros pacientes! Se imaginan ir al psicólogo y que resulte que es un otaku? Bueno, esa seré yo! 

Estoy nerviosa, prácticamente ya no me queda nada para obtener mi título y comenzar una verdadera vida adulta. Aún no lo creo...

Bien, me disculpo con todo mi corazón, había avisado que no actualizaría por los estudios, pero aún así, las disculpas no están demás. Espero hayan tenido bastante paciencia. 

Agradezco muchísimo y les doy todo mi corazón a mis fieles lectores y también a las preciosas criaturas que han comentado, ¡Muchas gracias de corazón! Sobre el capítulo no puedo decir mucho. Hay un fragmento de un libro antiguo, que se llama "El banquete", que es de Platón y discuten de los diferentes tipos de amor, es un libro muy interesante, búsquenlo, los puede ayudar hasta a escribir fics. 

No molestaré más, por favor perdonen la tardanza y los errores.

Disfruten de su lectura!!

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El sueño se rompió en mil pedazos cuando se dio cuenta que el corazón especialmente dibujado en el café como un hermoso arte latte, no era sólo para él, sino que para todos los clientes que entraban a la cafetería, fue entonces en que se sintió el ser más estúpido del mundo y eso le dolió de forma agonizante a su ego. Bueno, decían que el amor te volvía estúpido, y pensar que estuvo a punto de llorar... En realidad, eso fue por otra cosa, pero no era el momento para sentimentalismos, porque, en primer lugar, estaba esperando a Makoto para poder ayudarlo a estudiar y darse la oportunidad de conocerse mejor, aunque sentía que ya lo conocía de toda la vida, si creyera en esos cuentos de vidas pasadas y reencarnaciones, diría que fueron mejores amantes que el sol y la luna, y eso que él no era un chico poético, pero a veces recitaba esas frases para sus antiguas conquistas. A Makoto no podía decirle tales mentiras, no le podía prometer la luna cuando ni siquiera un universo era suficiente para un ángel como él; retuvo un suspiro, observó al muchacho de hebras olivas hablar con su jefe, sentía celos, celos de todos quien se le acercara, lo quería para él, lo necesitaba más que al aire, más que el agua y el agua era más vital que el aire para él.

—Lamento la espera —Se disculpó desbordando dulzura, irradiaba como sólo un ser de fantasía podía hacerlo.

—Está bien, es relajante estar acá... El aroma del café, me gusta —Intentaba ser espontáneo, algo que nunca había sido, pues fue entrenado para actuar con premeditación, no había oración que no dijera sin pensarlo ni con doble intención, sin embargo, aquí estaba tratando de no pensar, de ser cómo él era realmente y he aquí el gran problema, no tenía idea de cómo era; pasó la mitad de su vida actuando, fingiendo sentimientos, siendo una persona falsa, confesando amores que jamás sintió, sonriendo cínicamente sólo para alimentar su ego, sólo para alimentarse como cuan lobo hambriento que comía cualquier cosa que se le cruzara, pero esto era distinto, totalmente distinto.

—Sí... Aunque prefiero el aroma del té —Se sentó a su lado y sacó sus cosas para estudiar, a pesar de que aún tenía dudas sobre lo que había pasado con Haruka, no quería seguir revolviendo algo que ya pasó y que de seguro fue un muy mal entendido— De cierta forma me recuerda a mi familia.

—¿Extrañas mucho a tu familia? —No fue intencional, sólo su boca habló y su mente calló, quería saber más, escucharlo hablar.

—Todo el tiempo, en especial a mis hermanos pequeños, no es lo mismo una casa sin ellos, aunque me alegra estar con Rin, también es como mi hermano —Limpió sus gafas y lo miró directamente a aquellos orbes oceánicos, de la nada Haruka se sintió expuesto, se vio reflejado en aquellos hermosos bosques y sólo deseó perderse en ellos— ¿Qué hay de ti? ¿Extrañas a tu familia?