El diario del príncipe

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P.D.V de Zacarías

Han pasado dos días desde que mi amada Elizabeth se marcho a Inglaterra para realizar las supervisiones a los viñeros del Conde y comenzar a preparar lo requerido para la boda de su amiga Daianara.

En estos momentos Armando y yo vamos a realizar un patrullaje hacia la prisión donde se encuentra Nicolás.

-          ¿Has hablado con Elizabeth sobre los planes de su futura boda? –dijo Armando mientras corríamos hacia la zona de patrullaje-    

-          No, no he querido agobiarla con más deberes. A demás no estoy seguro si está preparada para lo que implica el matrimonio o… ya sabes.

-          No sé cómo puedes aguantar. Si fuera por mí, no realizaría una ceremonia tan prolongada y terminaría todo esto en seguida.

-          En tiendo, pero no tendría nada de especial en los recuerdos.

-          ¿Qué mejor recuerdo que la luna de miel?

-          Y qué le dirás a tus cachorros cuando te pregunten, papá ¿Cómo fue su boda? O ¿Qué vestido llevaba mamá? ¿Se veía hermosa? –dije tratando de aguantar la risa-

-          Increíblemente eso fue lo que me dijo Daianara, por eso acepté la ceremonia elegante y prolongada. Pero no te miento, es difícil decirle no a Daianara. –dijo suspirando un aire de derrota-

-          Wow… Armando Loveler, Las garras de la muerte, vencido por su prometida- dije entre risas-

-          El amor Zacarías, el amor. –dijo definitivamente derrotado-

Nos detuvimos frente a la puerta que encerraba a Nicolás en los laberintos del instituto. Pero lo que encontramos nos dejo catatónicos. Avía madera por todos lados, algunos restos de sangre y las cadenas de plata no se encontraban por ningún lado.

-          Zac, Elizabeth está en peligro –dijo tratando de mantenerse sereno-

-          Tenemos que avisarle al escuadrón y al conde ahora –dije desesperado-

Corrimos hacia el castillo del conde para poner al tanto a los demás y comenzar la búsqueda. Después de poner al tanto al conde, el escuadrón se dividió en tres para cubrir todo el bosque. Mientras tanto, yo me dirigí al centro del bosque donde se encontraba un árbol grande y frondoso.

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-          “Anciano Maktub”- grite llamando al árbol dormido-

El viento comenzó a soplar y las ramas del árbol comenzaron a moverse. Ante mi se mostro un rostro atreves del tronco. Un anciano que reflejaba sabiduría y años de existencia.

-          Pero si es el pequeño sacarías. Espera… ya eres todo un hombre. Qué alegría el volver a verte.

-          Necesito de su ayuda sabio Maktub.

-          ¿Vienes a saber el paradero de Nicolás?

-          Si,  ¿sabe donde se encuentra?

-          En Londres

-          ¿LONDRES?

-          Esta tras una dama de nombre Elizabeth.

-          ¿Ella se encuentra bien?

-          Zac, yo solo puedo decirte el futuro cercano. La realidad es que ninguno de los dos ha llegado a su destino. Probablemente esto suceda en un par de meces o días. Pero de lo que estoy seguro es de que ese licano va a llegar a Londres y perseguirá a esa pobre muchacha.

-          ¿Eso quiere decir que no la ha encontrado?- dije muy preocupado por la respuesta-

-          No hijo, no la ha encontrado ¿Ella es tu alma gemela?

-          Si, ella es mi amada Elizabeth.

-          Pude verlo, te preocupas demasiado por ella. Se me hacía imposible creer que no fuera alguien importante. 

-          Tengo que impedir que Nicolás salga de Paris, no puede llegar a Londres.

-          Haz lo que creas conveniente. Pero recuerda que solemos encontrar nuestro destino en el sendero que tomamos para evitarlo. –dijo el árbol antes de esconder su rostro y volver a dormir-

Aun tengo tiempo, tengo que encontrar a Nicolás antes de que sepa el paradero de Elizabeth. Tenemos que hacerle una emboscada en el puerto antes que suba al barco que lo llevara a Londres. Solo es cuestión de esperar.            

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