La historia antes del colmillo

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P.D.V de Rubí

“Hoy parece ser un lindo día. Sin mencionar que es mi cumpleaños”

Mi nombre es Rubí Circus, hoy cumplo 17 años de edad. Se preguntaran por qué me mi apellido es Circus. Pues mi madre fue huérfana y creció en las calles hasta que el Baltasar Circus le dio hogar. Así que desde entonces nuestro apellido es Circus. Desde que nací he vivido en el circo junto a mis amigos. No tengo un número de actuación debido a mi condición de salud. No sé qué sucede conmigo pero desde que cumplí trece  años comencé a palidecer y debilitarme. Mi madre desde entonces me dice que no puedo forzarme ya que puedo enfermarme con facilidad. Así que mi trabajo es vender dulces y recordatorios del circo.

Últimamente un duque a frecuentado el circo desde hace tres días.

-          Buenos días  ¿desea algo de la tienda? – le pregunte al joven de aires importantes-

-          Si, algodón de azúcar por favor.

Le traje lo que pedía pero después de pagar el joven no se marcho.

-          En realidad quería hacerle una pregunta jovencita.

-          ¿Qué desea saber?

-          ¿Quiere casarse con migo?

Sus palabras me cayeron como un balde de agua fría.

-          Lo siento pero no puedo dejar a mi familia y apenas lo conozco.

El joven siguió insistiendo pero yo me negué a la vez que me iba de la tienda mientras Duke, el domador de bestias, me resguardaba.   

---------- ♥♥♥ ---------

Han pasado dos semanas desde que el duque me hizo esa extraña propuesta. Desde entonces no me deja en paz y se la pasa mandando a sus hombres para vigilarme.

Cayó la noche después de un día ajetreado y agotador. Guardaba la mercancía cuando escuche unos pasos de caballos a mis espaldas.

-          Buenas noches señorita Rubí –dijeron tres jinetes acercándose a mi-

-           Buenas noches ¿Qué se les ofrece?

-          Tenemos órdenes directas del Duque Preninger de escoltarla a la mansión.

-          Ya le dije a su señor que no voy a aceptar la propuesta.

-          Nuestras órdenes son de escoltarla por las buenas o por las malas. Por favor coopere y no haga esto más difícil.     

Sabía que si no hacia algo al respecto no volvería a ver a mi familia. Sin pensarlo dos veces corrí a las jaulas al lado de la tienda y solté a los perro que comenzaron a ladrar y asechar a los caballos. Sin perder el tiempo corrí hacia el bosque que quedaba a espaldas del circo. Corrí todo lo que pude con los jinetes tras de mí. Llegue a un lugar donde los pinos eran enormes y la niebla era densa. Termine perdida con los jinetes pisando mis talones.

-          Deténganse, ya no tiene a donde ir- dijo uno de los perseguidores-

-          Aléjense de mi ¡Ayuda! –grite lo más alto que pude ahogada en yanto-

En esos instantes el viento comenzó a soplar fuerte y las ramas de los arboles parecían ser de goma ante tanta furia. En ese instante vi como los jinetes se aterrorizaban y montaban de nuevo para emprender la fuga. Se hicieron más y más pequeños hasta no poder verlos más.

 El viento ceso su ira y todo se calmó. Estaba totalmente confundida, me levante aun mirando en la dirección en que los jinetes desaparecieron. Me voltee para ver qué fue lo que asusto tanto a los que me seguían.

He aquí un joven pálido con pelo y ojos plateados, sus manos eran fuertes pero de apariencia delicada, su cuerpo robusto y sus extrañas orejas puntiagudas y arqueadas decían que no era normal. Me quede inmóvil y callada. No sabía que decir o cómo reaccionar.

-          ¿Te encuentras bien?

Su voz me pareció melodiosa y agradable. Pude sentir tranquilidad rápidamente.

-          Si, muchas gracias. Perdón por causarle molestias.

-          No es ninguna molestia. Es mi deber y deseo.

-          ¿Deber?... ¿Deseo?, ¿Por qué?

El joven se acerco a mí y rodeo mi cintura con sus brazos. No me sentía asustada en lo absoluto. Era como si lo conociera de hace mucho tiempo. Su abrazo hizo que cerrara mis ojos para sentir como su nariz y labios recorrían mi cuello.

-          Tu olor es suave y dulce. Se asemeja a las flores de montaña, pude olerlo a kilómetros de distancia.

En ese momento comprendí quien y que era ese joven que me salvo la vida.   

Tuxidos y MascarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora