Proveche para buscar nuevas ropas y preparar un baño. Minutos después mi padre entro a mi habitación muy preocupado.
- Elizabeth estas, manchada de sangre ¿Qué te hicieron? ¿te encuentras bien?
- Estoy bien papá, Zacarías me salvo
- Ya veo –dijo acercándose y revisando todo mi cuello- No sabía que usaría sus habilidades tan pronto.
- ¿A qué te refieres?
- Es algo muy personal sobre él pero… ya que eres mi hija te lo confiaré. Zacarías Bermúdez tiene una habilidad muy extraña entre los lobos. Su habilidad consiste en sanar heridas con tan solo el contacto de su saliva. Además… viene de la realeza.
- ¿Cómo? Explícame ese detalle.
- Zacarías fue hijo de una reina, la cual murió de vejez. Su padre era el jefe de uno de los clanes. Como puedes imaginar, Zacarías creció con la idea de que su padre era el rey.
- Así que… su madre se casó para disimular el embarazo.
- Exacto, en otras palabras él es un príncipe.
- Esto es una gran sorpresa.
No podía creer lo que estaba escuchando. Me besó un príncipe, y no cualquier príncipe, un príncipe licano.
- ¿Qué pasó con su padre?
- Eso te lo dirá él, si es que quiere que sepas su historia.
Mi padre se retiro de la alcoba y aproveche a asearme y vestirme adecuadamente. Bajé al jardín trasero donde se encontraba mi padre dándoles instrucciones a los demás. Me senté en una de las rocas que se encontraba cerca del estanque. Minutos después, mi padre se acercó a mí y comenzamos a charlar.
- Los muchachos vigilarán el instituto los ocho meses que estarán aquí.
- De acuerdo. Así que… estoy comprometida.
- ¿Cómo?
- Si, ¿no lo sabías?
- Bueno… si sabía que los muchachos comenzarían a buscar sus almas gemelas pero no pensaba que…
- Eso te pasa por casamentero –dije entre risas-
- Me imagino que el afortunado es Zacarías.
- Así es.
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Tuxidos y Mascaras
Manusia SerigalaElizabeth es una aristócrata que pronto cumplirá los dieciocho años de edad. Ella vive y estudia en el instituto Morgan Lavour en Francia desde los ocho años de edad, pero terminará su estadía en cuanto cumpla la mayoría de edad. Lo que hará que des...