Tuxidos y Mascaras

Cumpleaños

Blancas eran las nubes que coronaban el cielo azul. Verde era el césped que adornaba los suelos que sostenían flores silvestres. Y cristalino era el riachuelo que daba el toque para sentir una orquesta entonada por el sonido de las aves y el viento.

Envolvida en un va y ven de canciones hechas por la naturaleza, seguía caminando por el camino que guiaba el riachuelo. Al llegar al final del camino encontré un prado forrado de lirios de seis pétalos que adornaban el césped con un manto blanco que daba la imprecion de ser el cielo reposando en la tierra.

En un abrir y cerrar de ojos todos los lirios cambiaron de ser blancos a ser un planta de mucho brillo resplandeciente. No comprendía que ocurría¿Que estaba pasando?　Comencé a sentir que un liquido caliente corría por mi estomago. Al tocarme vi un color rojo oscuro que me hizo estremecer de miedo y desesperación "Sangre" fue lo ultimo que me escuche decir.

"Elizabeth despierta"

Desperte, aliviada de saber que era solo una pesadilla, gracias a la voz de mi querida amiga y compañera de cuarto Daianara Babin . Daianara saltaba sobre mi cama ya que le gustaba molestar.

"Hay... Dai por favor quiero dormir"

"No puedes, vamos a llegar tarde¿Oh no te acuerda que hoy comienza el primer dia de nuestro ultimo año en el instituto?

Abrí mis ojos tan grandes como pude, y antes de saltar de la cama escuche unas palabras aun mas estremecedoras.

"Feliz cumpleaños Elizabeth"

Aquellas palabras me dieron tantos escalofríos que mis manos comenzaron a temblar y comencé a transpirar frío. Caí abruptamente en mi cama que sentí brincar varias veces antes de quedarme completamente inmóvil.

"¿Tan duros son los dieciocho?"

"Dai... quiero llorar. No puedo creer que ya tenga dieciocho. Me da tristeza que este sea el ultimo año que voy a pasarla con todas."

"Hay por favor, no actúes como la reina del drama"

"No puedo tolerar la angustia que ciento al verme al espejo y no ver a la niña que siempre me acompañaba como semblante"

Mientras decía mis dramas Daianara bajo de mi cama. En ese momento también baje de mi cama y me aferre de la pierna derecha de Daianara mientras esta intentaba caminar.

"Soy una pobre desgraciada que deja atrás su niñez porque la vida se empeña que siga los caminos de una mujer."

"Eli... por favor deja el drama que vamos a llegar tarde a las calces. Y si te sirve de consuelo, eres una mujer por fuera pero por dentro sigues siendo una niña de 15 años. Ahora levántate, aséate y cámbiate de ropa que VAMOS A LLEGAR TARDE."

"Esta bien" dije aun deprimida.

Salimos de nuestra habitación y comenzamos nuestro día en el instituto Morgan Lavour.

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El instituto era regido por damas y mas damas, lo que significa la ausencia de la presencia masculina. El monótono silencio se apoderaba del instituto cuando las maestras comenzaban las lecciones del día.

Daianara y yo nos hablábamos por medio de notas, si teníamos algo importante de que hablar o simplemente cuando estábamos aburridas durante las calces. Lo que nos pone en peligro si alguna de las maestras nos descubre. Pues nos asignarían uno de los mil castigos que utilizan para su deleite.

Morgan Lavour es un instituto muy estricto y severo. Sus aires militares se notan con solo ver la imponente estructura del instituto y el blanquecino color del uniforme. Este es regido por faldas largas y el solo detalle que le da color consiste de un lazo azul turquesa en el cuello.

Pase toda mi vida en Morgan Lavour ya que mi madre murió apenas tenia yo ocho años de edad. Crecí entre maestras y alumnas que vivían de libros y campanas de receso. Pero no mal entiendan mi estado. A pesar de que mi madre muriera conocí a una fantástica amiga a penas llegue al instituto. Crecí con el amor maternal que la maestra Marilin me otorgo durante todos esos años. Y mi padre se encarga de mi economía en el instituto a pesar de no verlo desde los ocho años. No era la chica mas feliz del mundo pero no puedo quejarme. Tengo todo lo necesario en mi vida e incluso mi nivel en la nobleza es mas alto que cualquiera en el instituto. Pero prefiero que nadie sepa de la basta fortuna que mi padre genera a excepción de Daianara y Marilin. Además.... ni siquiera se como luce mi padre. Solo e hablado con el a trabes de cartas selladas por un lirio de cala en plata.

La señora Marilin me a contado que mi padre es un importante conde que tiene redes de mercadeo en toda Europa. Menciona también que su titulo no es nada comparado con su aspecto. Sus ojos cubiertos por una estela negra iguales a los mios, su piel dorada, su rostro atrayente da un aire de picaresco y su cabello muerto color caramelo podía despertar a cualquier mujer una pasión irresistible.

Pero al ver las fotos de mi difunta madre me di cuenta que, a pesar de la galanura de mi padre, no había belleza que se comparara a mi madre. Sus cabellos negros regidos por unos anillos, iguales a los mios resaltaban sus ojos esmeraldinos que daban toque a un semblante fino y elegante con labios rojos carmín. La señora Marilin dice que soy el reflejo de mi madre a excepción de mis ojos azabache y mi pelo acaramelado.