Solo Amigos

13

No volví a verlo a Nick. Tuve pesadillas todo el mes. Pude tratarlas en terapia. Hoy volvía a estar bien.
Hace tres semanas, le pedí a Alex que continuemos con las lecciones. El al principio no quería, pero yo necesitaba hacerlo. La primera vez supere el tema gracias a el. Y esta segunda vez también. Fueron cuatro veces seguidas en las que todo se detuvo por mi llanto. Pero Alex estaba a mi lado.

—Me encanta tenerte debajo mío. —Me dijo. Estábamos en el cuarto de descanso, habíamos terminado de tener relaciones.

—Todo se soluciona. —Le dije sonriendo y dandole un beso mientras le acariciaba el pecho.

—Me vuelves loco. —Dijo y me beso.

—Alex, detente. Muero de hambre. ¿Vamos a comer algo?

—Ve, yo iré en un rato.

Me cambie y fui al bar del hospital. Me senté con Meredith, Jackson y April.

—¿Has visto a Alex? —Me preguntó Meredith.

—Lo he visto entrar a una habitación de descanso hace un rato. —Dijo Jackson.

—¿Con quien? —Preguntó April.

—Lo vi entrar solo.

—El esta teniendo sexo con una interna. —Dije mirando a Meredith y mordiendo mi hamburguesa. Ella rió. Si tan solo supiera.

Al rato, Alex se sentó con nosotros.

—No creas que no nos hemos enterado. —Le dijo Jackson riendo. El me miro preocupado.

—¿Cual es la interna? —Pregunto Mer.

—¿Que interna?

—Con la que tuviste sexo. —Le dije nerviosa.

—Es de Dermatologia, no la conocen.

Hablamos toda la cena. Pronto me llamaron y me fui.

Había ocurrido un accidente automovilístico. A mi me toco atender al masculino mas joven, a April el de edad mayor.
No había sido nada de gravedad. Solo unos huesos quebrados y una hemorragia interna, que con una operación solucione.

Me quedé hasta que despierte de la anestesia para contarle todo.
Estaba firmando unas historias cuando la enfermera me aviso que había despertado.

—Buenos días. —Le dije sonriendo.

—¿Buenos? Son excelentes, una doctora muy apuesta salvo mi vida. —Yo reí.

—Tuviste una hemorragia interna abdominal, pero ya lo arreglamos en el quirófano. También tuviste fractura cubital. Pero fuera de eso, tu estado es estable. En unos días podrás irte a tu casa.

—¿Irme manejando es mala idea? —Yo volví a reír.

—Este consejo no es medico, trata de no agarrar un auto mas en tu vida. —El también rió.

—¿Cual es el nombre de la médica que salvo mi vida?

—Soy Amelie Holmes. —Dije extendiendo mi brazo. Nos dimos un apretón.

—Soy John. Bueno, ya lo sabes.

—Mi turno terminó. Cualquier cosa que suceda, aprietas el botón al lado de la cama y una enfermera vendrá.

—¿Que botón apretó para que tu vengas?

—Nos vemos mañana por la mañana John. Descansa, lo necesitas. —Le dije sonriendo.

Cuando salí, Alex estaba esperándome.

—¿Como ha estado tu día? —Le dije.

—Bien, ¿Por que has dicho eso?

—¿Que cosa?

—Que me estoy acostando con una interna.

—Iban a descubrir la verdad. —El me metió a una habitación de suplementos médicos.

—¿Cual es el problema con eso? No entiendo porque no quieres que descubran esto.

—Hay cientos de problemas. Nosotros no somos nada.

—¿No somos nada? No puedo creer lo que dices.

—¡No me interrumpas! Somos amigos que tienen sexo, no somos una pareja ni mucho menos. Eso fue lo que acordamos.

—Eso fue hace mucho. Me ocultas como si tener sexo conmigo sea un pecado. —Dijo enojado.

—No te oculto. Tener sexo contigo es lo mejor que me paso. Solo no quiero que el hospital imagine cosas. Intentaran aconsejarnos, nos hablaran, nos miraran distinto, especularan sobre nosotros.

—Voy a decirte lo que pienso. —Me interrumpió. —Piensas mucho en los demás. Llámame cuando pienses en nosotros, solo una vez. —Dijo y se fue cerrando con un portazo.

—Mierda.

—Dios mío. —Escuché y April se asomó.

—¿Escuchaste todo verdad? —Dije resignada.

—Si. ¿Vamos de Joe?

—Si.

Le conté todo. Como inicio, el acuerdo de los dos lados, hace cuanto. Todo.

—Yo los veía raros. Algo me lo decía pero no estaba segura.

—Ha sido todo un error. —Dije con la cabeza entre mis manos.

—No, no lo fue. Habla con el. Después de lo que escuché hoy, el quiere algo serio contigo.

—April...

—Deberían intentarlo.

—No voy a hablar con el hasta que se calme.

—Cuando te sientas cómoda, solo hazlo.