4

7.4K 457 79
                                    

Estaba en el hospital caminando para ir a buscar a Owen, con quien trabajaba en un caso clinico algo delicado cuando me crucé con Alex comiendo un paquete de papas.

—Holmes. —Dijo saludándome. Me detuve a su lado.

—¿Como está tu día? —Dije sacándole de su comida.

—Agotador. ¿Tu como estas?

—Bien, debo ir a hablar con Owen.

—Hace un rato lo vi con Cristina en una habitación. —Dijo riendo.

—Genial. Espero que sea precoz porque lo necesito para la próxima media hora.

—Escucha, ¿Te apetece cenar en casa después del turno?

—Seguro. —Le dije. Mis cenas con Karev eran algo común en mi vida. Los mejores amigos lo hacen, y era algo que hacíamos mínimamente una vez por semana.

—Y podremos seguir con las lecciones.

—Bien.

Y así fue, me esperó a que terminara de operar y fuimos a su departamento. Comimos una pizza y vimos una película.

—Esta es la peor película que he visto en años. —Dijo en los créditos. Lo miré y reí.

—Ha sido tu elección.

—Bien, ahora empecemos con lo importante. Háblame como si estuvieras interesada en mi. Flirtea conmigo, imagina que soy Riggs.

—Alex no puedo hacerlo. Eres mi amigo. No soy así.

—Vamos. No es el fin del mundo. Imagina que estamos en el bar de Joe. Quiero que llegues hasta el beso. —Dijo y se paró frente a la barra del desayuno, simulando ser la de un bar. Yo le sonreí e hice lo mismo.

—Bien. Hola Nathan.

—Oh, hola Ammy.

—Te he visto operando esta tarde. Jamás había visto un reemplazo de válvula tan rápido y prolijo.

—Es un orgullo que una cirujana tan bella me diga eso. —En este instante me puse roja pero decidí tomar coraje.

—¿Estas solo? Me refiero a si viniste al bar solo.

—Si. ¿Y tu?

—Si.

—¿Sabes? —Se acerco a mi oído. —Te he estado observando desde que entraste. Esa minifalda que deja ver tus largas piernas y tu escote me están volviendo loco. —Dijo y me tomo con una mano de la mejilla y la otra de la cintura. Decidí no salirme de la situación.

—¿Ah si? Pues si quieres puedes tener eso debajo de ti esta noche. —Le dije al oído, con mis labios rozando su lóbulo. El me miró sorprendido y pegó su cuerpo al mío. Yo lo mire directo a sus ojos y él atrajo su boca a la mía. 

Por unos segundos le seguí el beso, que comenzó desde uno bastante tranquilo a uno lleno de deseo. Nuestras lenguas se conectaron y eso dio lugar a más. Él apoyó su cuerpo al mío contra la pared. Sentí su erección presionando sobre mis abdomen y lancé un tímido gemido llevando mi cabeza para atrás.

—Me vuelves loco. —Me dijo y llevo mi mano a su ereccion.

Estaba excitada y quería mas. Pero mi mente hizo un click. Era Alex, mi mejor amigo. Que estaba haciendo.

—Alex, espera. —Le dije separándome de el. —¿Que estamos haciendo? Es una locura.

—Tienes razón, las lecciones... nos hemos excedido. Lo siento si he hecho que te haya resultado incómodo.

—No, fue culpa de ambos. Además fue solo un beso, ¿No?

—Si, solo un beso. Finjamos que no sucedió nada.

—Bien. —Dije mirándolo. Su comentario no me había caído tan bien como debería. —No debería haber pasado nada. —El me miró sin expresión alguna. Su mirada me penetro tanto que baje la mía.

Solo AmigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora