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Alex se levantó de la cama y comenzó a cambiarse.

—¿Que haces?

—Me cambio. Me voy a casa. —El nunca se iba a casa. Hemos tenido sexo muchas veces. Después de terminar, dormíamos juntos.

—¿Que sucede? —Dije poniéndome una remera grande.

—Me voy. No hay mucho drama sobre eso.

—Alex... ¿Por que viniste aqui?

—Para cumplir con nuestro trato. —Respire hondo y decidí contarle todo lo que sentia.

—Yo te quiero. Me ha costado admitirlo conmigo misma, pero te quiero. Todo este tiempo tuve miedo de quererte. Me ha llevado tiempo, pero me di cuenta que no puedo estar sin ti. Que me hecho adicta a ti y que solo quiero estar contigo.

—No me pongas en esta situación.

—¿De que situación hablas?

—Tu insististe en que seamos amigos y hagamos esto. Tu me lo has hecho saber cientos de veces.

—Ahora te estoy diciendo que no puedo verte como amigo. Se que has pasado por mucho. Izzie, Rebecca. Pero quizás podamos intentarlo.

—Vine aquí para que terminemos esto.

—¿Hicimos el amor y luego me dejas? —Mis ojos se inundaron de lagrimas.

—Nosotros no hicimos el amor. Tu no lo quisiste asi, solo era sexo para que puedas acostarte con Riggs.

—Han pasado muchas cosas desde que hicimos esa promesa. ¿No te parece? Tu lo has dicho

—Cortemos la conversación aquí. No quiero decir cosas que puedan resultarte hirientes.

—Dilas.

—No podemos estar juntos. No te amo.

Mi pecho dolió como nunca, las lágrimas que minutos atrás amenazaban con salir, lo hicieron. Me faltaba el aire. Alex me miraba y estaba tenso, hasta podía jurar que temblaba. Su rostro no mostraba enojo, sino pena, nervios. Nunca lo había visto así.

—No dejemos de ser amigos.

—No puedo ser tu amiga.

—Prometiste...

—Se lo que prometi. —Lo interrumpí. —Lo siento por no cumplir con mis promesas.

—Ammy... —El dio un paso hacia mi y yo retrocedí.

—Por favor, vete. —Le dije con la cara empapada de lágrimas.

El se fue. Cuando la puerta se cerro, mis piernas se debilitaron y caí al suelo para llorar. Llore por horas.
Con todo lo que habíamos vivido. Estaba tan confundida sobre lo que pensaba de el. Estaba sola y rota llorando en el frío suelo.
Las horas pasaron y me quede dormida. Me despertó el sonido del timbre.
Abrí y era April con bolsas de comida. Mire la hora y era mediodía.

—Mierda... ¿Que paso?

—Le confesé todo a Alex. Me abrí a el. Y se fue. Tuvimos sexo y me dejo. Me dijo que no me ama. —Mis ojos volvieron a llenarse de lagrimas.

Ella paso, dejo las bolsas y me abrazo. Estuvimos abrazadas unos largos minutos.

—El es un idiota. Tu mereces algo muchísimo mejor. Eres hermosa, inteligente, graciosa.

—Lo que mas me duele es que perdí a mi mejor amigo.

—Estoy yo. Estoy segura que se dará cuenta el error de que cometió. El de pierde de estar contigo, tu eras mucho para el.

—Te amo amiga.

Pasar la tarde con April me hizo despejarme. Me había propuesto estar bien, no dejar que esto me destruya. Cuando se fue, me bañe y me preparé para mi proximo turno.
Iba a ser duro verlo, pero mas duro iba a ser tener una vida sin el.
Antes de ir al hospital, revise mis mails y vi una invitación a un congreso de Trauma en el ejercito. Duraba dos semanas. Generalmente no acepto la invitación ya que tengo mucho trabajo, pero sentía que necesitaba estas semanas alejada de todo.
Cuando llegue al hospital, fui directo a Owen, necesitaba su permiso para el congreso. El me la dio, hasta se alegró que probara cosas nuevas. Dijo que eso era lo que buscaba en la unidad de Trauma.

Confirme mi asistencia y saqué mi boleto de avión por internet. Mañana salia mi vuelo, Owen me dijo que podia ir a casa a descansar, pero no iba a irme hasta revisar a mis pacientes.
Deje en último lugar a John, para poder despedirme.

—Hola. —Le dije y entre.

—Ammy, que bueno verte.

—Me voy. Vine a despedirme.

—¿Todo esta bien?

—Anoche todo se fue al demonio con Alex. Me surgió la oportunidad de asistir a un congreso de Trauma en el ejército. Realmente necesito dos semanas para mi así que acepte. Me voy esta noche.

—¿Han peleado o te ha hecho algo?

—Eso no importa. Estoy bien. ¿Como esta tu herida?

—Bien, en dos días me sacan los puntos y podré irme a casa.

—Prométeme que te cuidaras.

—Lo haré. ¿Puedo llamarte cuando vuelvas?

—Si, puedes. —Le sonreí.

—Este accidente fue lo mejor que me paso en meses. —Reí.

—No digas eso. Debo irme. —Dije.

—Que te sea leve tu congreso. Y espero que te mejores sentimentalmente hablando.

—Te dije que estoy bien.

—Y yo no te creí.

Nos dimos un abrazo y me fui.

Arme mi maleta y me tome un taxi al aeropuerto.

Solo AmigosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora