Jamás faltes a una clase: Dentro del mismo infierno

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Este capítulo va dedicado @Anisid, gracias amiga por tus votos y comentarios, de verdad que te lo agradezco de todo corazón :-)

Cada uno permanecía en el piso respirando con dificultad, no estábamos cansados, ni heridos, solo no queríamos movernos, sentíamos que nos faltaba fuerza, es extraño, lo sé, pero era así como nos sentíamos.

Gire mi vista hacia la columna de luz que marcaba la ubicación de la siguiente perla, en mi interior pensaba que clase de monstruosidades nos esperaban ahí, tenía miedo, mucho miedo, de que la próxima vez no lo logremos, después de todo casi no lo logramos la última vez.

De la nada un sonido estridente se hace presente haciéndonos sobresaltar, volteamos a todos lados buscando el origen de aquel sonido, luego de un momento ese sonido vuelve a sonar, y después se escucha de nuevo y de nuevo, cada vez en un intervalo de tiempo menor, hasta que finalmente cerca de nosotros una gran cantidad de fuego y lava sale en forma de columna del piso, la lava se comienza a esparcir por el suelo, nos levantamos y huimos corriendo, solo para ver más erupciones salir del piso, algunas muy cerca de nosotros.

Jorge: (pensando) Mierda, mierda

Seguimos huyendo sin rumbo mientras cada vez mas explosiones comienzan a nuestro alrededor, del cielo comienzan a caer restos de magma y roca fundida, los edificios comienzan a incendiarse y a desmoronarse, seguimos corriendo para darnos cuenta que por el otro lado del camino va llegando lava, lo que nos corta el paso.

David: ¡Por acá!

David nos guio a un edificio, este tenía un enorme portón de metal, estaba abierto, esto podría contener la lava, aunque no cerraba, parecía estar atorado. Los tres tratamos de cerrarlo con todas nuestras fuerzas, pero no cedía. La lava va a acercándose mas y mas, mientras nuevas erupciones comienzan a hacerse presentes muy cerca.

Con lo último de nuestra fuerza logramos mover ese portón poco a poco, hasta que finalmente se cierra, desafortunadamente dos nuevas erupciones ocurren dentro del edificio, totalmente aterrados nos dirigimos hacia las escaleras para huir.

Vamos subiendo hasta llegar al segundo piso, donde las siguientes escaleras están bloqueadas por muebles y otras cosas, la lava continua inundando la planta baja, pronto llegaría acá, teníamos que encontrar una forma de seguir subiendo y rápido.

Comenzamos a movernos buscando otra forma de subir, hasta que oímos gruñidos, y entre la oscuridad se logra ver dos esferas rojas, pero no eran perlas, estas se mueven un poco mientras los gruñidos se continúan escuchando, hasta que de entre las sombras un enorme perro salta, sus ojos eran completamente rojos, comenzó a mostrarnos sus dientes, y termino saltándome encima, me encajo los dientes en el brazo derecho, dolió mucho, pues logro encajármelos hasta el fondo.

Ana y David intentaban desesperadamente quitármelo de encima pero este animal parecía estar empeñado en continuar mordiéndome.

Mi brazo sangraba como no tienen idea, comencé a empujar al perro usando mi brazo como palanca hasta que logre levantarme, lo arrastre hasta la pared y lo golpee contra el muro varias veces, hasta que logre que me soltara, creo que dolió mas cuando me saco los dientes que cuando me los encajo.

El perro retrocedió un poco, un poco de luz se filtraba desde la ventana, más específicamente alumbraba al perro, y vimos horrorizados cuando nos mostro sus dientes al ver que sus fauces eran de puro acero.

El perro retrocedió un poco, un poco de luz se filtraba desde la ventana, más específicamente alumbraba al perro, y vimos horrorizados cuando nos mostro sus dientes al ver que sus fauces eran de puro acero

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