Esta es una selección de cuentos de terror cien por ciento creados por mí, les invito a leer las cosas horribles que produce mi mente, veamos que tanto puedo asustarlos con cada una de estas narraciones de terror.
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¿Por dónde empezar esta historia?, ni yo mismo lo sé, cuando me di cuenta ya estaba en medio de todo esto. Antes de darme cuenta resulto que mis amigos y yo éramos los únicos que podríamos evitar que estas criaturas huyeran hacia el resto del planeta y transformaran a todos en seres como ellos.
Éramos cinco universitarios de viaje, llegamos a un pequeño pueblo a cargar combustible para proseguir hacia nuestro destino. Todo iba tranquilo hasta que al hablar con la persona que trabaja en la gasolinera nos enteramos de algo perturbador. "Es mejor que se vayan cuanto antes de este pueblo", creímos que se trataba de uno de esos ancianos que eran territoriales y detestaban a los extraños pero ese no era el caso. La verdad es que una enfermedad desconocida había estado atacando a los habitantes de este pueblo, los doctores que vinieron a curar a la gente no tenían explicación de lo que pasaba, era muy extraño y algo perturbador, a algunas personas simplemente comenzó a escurrirles sangre del cuerpo, de los ojos, de la boca, de los oídos, en vez de sudor les salía sangre, incluso se les habrían heridas en la piel que también escurrían sangre.
Nadie de los que habitaban este pueblo podía salir, porque podrían infectar a otras personas, había una buena noticia, se había descubierto que este extraño virus solo se contagiaba si alguien permanecía en aquel pueblo por tres días seguidos, así que nosotros estábamos a salvo, por desgracia la noche había comenzado a caer y no teníamos otra alternativa que quedarnos en este pueblo hasta el día siguiente. Estábamos de acuerdo en que nos iríamos a primera hora de la mañana, no queríamos contraer esa enfermedad extraña que nos menciono ese hombre, y estábamos más que seguros de irnos cuanto antes, en el momento que al adentrarnos en el pueblo vimos a mucha gente que parecían estar bañados en sangre, y una mujer golpeo el vidrio de nuestro vehículo, "Ayúdenme" fue lo único que dijo antes de desplomarse y caer muerta.
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Mis amigos se llaman Marcos, Daniela, Carmen y Matías, de ellos solo Marcos y Carmen tenían una relación, era algo incomodo cuando se ponían melosos frente a nosotros, pero bueno, los amigos deben soportarse entre sí. Mi nombre es David y aquí la cosa comienza a ponerse fea.
Estábamos en un motel, habíamos rentado dos habitaciones por razones obvias, como a las cuatro de la mañana unos gritos nos deportaron, y al ver por la ventana veíamos algo que parecía sacado de una película de zombis, aquellos que tenían la enfermedad en sus cuerpos estaban atacando a la gente "sana", los derribaban de forma feroz y les daban una mordida, luego se levantaban de encima de su víctima, entonces la pobre persona que era atacada comenzaba a convulsionarse y a escurrir sangre de forma horrible de todos lados de su cuerpo, se le abrían heridas en la piel, y luego se levantaba para buscar otra víctima a quien pasarle el virus.
