Capítulo 12

257 15 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El joven Brower llego justo cuando la familia se disponía cenar.

-Buenas noches.

-Anthony... siéntate, platícanos como estuvo tu paseo... seguramente te la pasaste muy bien, hacía mucho que no salías con Elisa.

-No estuvo nada bien el paseo, Tía Abuela, si he llegado a esta hora es porque Elisa sufrió un accidente... se cayó del caballo, me sentí responsable y quise estar con ella.

-Y es muy grave lo que tiene – preguntó alarmada Elroy.

-No, nada de cuidado... el médico dijo que todo está bien y que solo necesita reposo.

-Menos mal... mañana iremos a visitarla.

-Claro que si Tía Abuela.

Anthony, mientras relataba lo sucedió, contemplaba a Candy, le decía con la mirada que la había extrañado en todo el día, que no dejo de pensar ni un instante en ella. La pecosa le decía lo mismo con su bella mirada de jade.

Al siguiente día, Anthony y Elroy fueron a visitar a Elisa. Minutos más tarde, Candy, Stear y Archie salían rumbo a la mansión Leagan.

Y al llegar, Niel los recibió.

-Tú que haces aquí... márchate en este instante, no eres bien recibida.

-Niel... esa no es la manera de hablarle a una dama.

-¿Dama?... qué dama... yo no veo a ninguna dama, Stear.

-Mocoso insolente, yo te voy a enseñar a respetar a Candy.

-No es necesario Archie... Niel... solo hemos venido a ver a Elisa.

-Elisa no quiere ver a nadie, solo quiere estar con Anthony... es lógico, es su prometido.

-Elisa y Anthony no son nada Niel – dijo Archie.

-Como sea... lo mejor es que se vayan.

-Nos vamos Niel... dale mis saludos a Elisa, que se recupere pronto – dijo Candy.

Stear, Archie y la pecosa partieron. Al llegar a casa, algo sucedía en el Portal de las Rosas. Candy bajo rápidamente del auto y enseguida se acercó al empleado.

-¿Qué pasa aquí?

-Este joven quiere ver al señorito Brower... le he dicho que no se encuentra, pero se empeña en verlo a como dé lugar.

Candy al ver de quien se trataba, su rostro se iluminó de alegría.

-¡¡TOM!! Eres tú Tom... que alegría volver a verte.

-¡¡CANDY!! ¿En realidad eres tú?... pareces una princesa... pero qué haces aquí... la hermana María y la Srita. Ponny me dijeron que estabas con los Leagan.

La Fuerza de la EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora