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En el momento en que Terry partía a la mansión Andrew, Mellanie opto por ir al pequeño restaurante a tomar una taza de café y en la entrada del local volvió a toparse con el hombre del día anterior.
-Buen día hermosa dama – saludo el hombre con entusiasmo y cortesía.
-Quiere quitarse de mi camino – ordeno prepotentemente la jovencita.
El hombre pareció no escucharla y le dijo.
-Margot, mi pequeña Margot has vuelto, has vuelto mi adorada niña – el hombre quiso abrazar a Mellanie, más esta dio la vuelta y corrió hacia el hotel, casi al entrar el hombre la detuvo jalándola del brazo – no temas hija, no ha sido mi intención asustarte, ha pasado mucho tiempo y hoy has vuelto a casa, por favor quita esa cara de sorpresa, no voy a hacerte daño.
-SUÉLTEME, COMO SE ATREVE – la joven empujó al hombre haciéndolo caer, momento que ella aprovecho para entrar al hotel y correr a encerrarse en su habitación.
Media hora después, bajaba asustada a la recepción y se dirigió a la joven encargada.
-Disculpe...
-Señorita, lamento mucho lo sucedido hace unos minutos, el "loco" no suele comportarse de esa manera, por favor discúlpelo.
-¿El "loco"?, entonces sabe quién es.
-Claro que sí, es un pobre hombre que solo vaga por las calles diciendo mil disparates, todos aquí en el pueblo sentimos pena por él, aunque yo tengo poco tiempo viviendo aquí le he llegado a apreciar, dice que tiene una hija muy bella y que yo soy de la edad de su nieta.
-Y... si tiene familia por qué vaga en las calles todo sucio.
-Ya le he dicho, vaga diciendo disparates y claro que no tiene ni esa hija y mucho menos tal nieta, los vecinos dicen que fue un hombre con fortuna y que tuvo esa familia que tanto presume, yo no creo nada, pero Adelaida, la mucama, ella sí que le puede contar la historia del "loco".
-Dígale a esa tal Adelaida que vaya a mi habitación.
-Claro que si señorita.
Al tiempo que la chiquilla iba en busca de la mucama, Mellanie se retiró a su habitación a esperar. Estando ahí caminaba de un lugar a otro muy nerviosa, se recriminaba una y otra vez el por qué su interés a cerca de ese hombre, por qué querer saber la historia de ese hombre al que llamaban el "loco", una voz que le solicitaba entrar le hizo reaccionar.
-Disculpe señorita, ¿me buscaba?
-Así es, pase – Mellanie cerró la puerta y preguntó – qué es lo que sabe de ese hombre al que le dicen el "loco".
-Él es un pobre hombre que perdió todo en un abrir y cerrar de ojos, fue un rico comerciante, aunque nació en medio de la pobreza se juró hacer fortuna y darle una vida cómoda a sus padres, lamentablemente ellos murieron antes de ver realizados los sueños de ese hombre al que ahora todos le llaman "el loco". Él se casó con una joven muy hermosa, ella fue mi mejor amiga, se casaron profundamente enamorados, formaban una bella pareja, tres años después la vida los bendecía con una hermosa hija, esta pequeña heredó el carácter fuerte, emprendedor del padre y la hermosura y bondad de mi querida amiga – la voz de la mucama se tornó triste, su relato lo comenzó muy animosa y por el cambio de su voz anunciaba que el final iba a ser triste – Roger, que es el nombre de ese pobre hombre, ya tenía planeada la vida de su hija y la había comprometido con el mejor partido de este pueblo, claro, nunca conoció los verdaderos sentimientos de su hija, la bella Margot, que es como nombro a que pequeña tenía que llamarse igual que la madre, huyo de casa. Nadie en el pueblo supo esto, Roger les hizo creer a todos que había mandado a su hija a un retiro espiritual, mi amiga cayó enferma por la ausencia de la joven. Desafortunadamente tuve que viajar y a mi regreso, Roger me recibió con una terrible noticia, la pequeña Margot había muerto, él me pidió que me mantuviera al lado de mi querida amiga, ella no soporto el gran dolor que le provocaba la ausencia de su hija, a los tres meses falleció, con este acontecimiento me aparte de la vida de Roger y en menos de un año perdió toda su fortuna y se refugió en la bebida, de vez en cuando voy por él a la cantina y lo llevo a su vieja casona, sabe, en un tiempo esa casita fue la más bella de estos lugares, parecía una casita de muñecas, él la construyó de esa manera a pedimento de mi querida amiga... y eso es todo señorita – la mucama se quitó sus deteriorados anteojos para limpiarse las lágrimas y al colocárselos de nuevo – señorita, estos anteojos son muy viejos y tal vez me está jugando una mala broma... pero su rostro me es familiar, podría decir que estoy frente a la pequeña Margot o inclusive frente a mi amiga cuando éramos unas chiquillas – rápidamente la anciana bajo la mirada ante el rostro de indignación de Mellanie – disculpe, no fue mi intención ofenderla, disculpe.