Capítulo 19

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Días después, en el Real Colegio San Pablo, una nueva alumna era presentada por la hermana Margaret, la joven Andrew no podía ocultar la alegría que le generaba ver de nuevo a su querida amiga

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Días después, en el Real Colegio San Pablo, una nueva alumna era presentada por la hermana Margaret, la joven Andrew no podía ocultar la alegría que le generaba ver de nuevo a su querida amiga.

-Señorita Britter tome a siento al lado de...

-Disculpe hermana, si no es mucha molestia quisiera sentarme al lado de la señorita Andrew, es mi amiga.

-Señorita Britter eso no es posible ya que...

-Hermana Margaret con gusto le cedo mi lugar a Annie.

-Gracias Luisa eres muy amable.

La joven Britter inmediatamente ocupo su lugar al lado de Candy.

Después de clases, Candy daba un recorrido con su amiga por todo el colegio, esto a pedimento de la hermana Gray.

-Al parecer nada cambia, no importa el lugar, siempre es igual.

-¿A qué te refieres Annie?

-Recuerdo que en el Hogar de Ponny, la hermana María y la señorita Ponny te querían mucho, siempre estaban al pendiente de ti... y aquí parece que es igual. Las religiosas te aprecian demasiado y que decir de las chicas, por lo visto eres muy popular... al parecer has comprendido que es mejor callar.

-No te confundas Annie, además gracias a Luisa todos aquí saben que soy una huérfana, que fui sirvienta de una honorable familia y que por lástima fui adoptada por la familia Andrew y que ando detrás de uno de los mejores partidos de Chicago – decía la joven con burla, después de una ligera sonrisa continúo – mi primera semana en este colegio fue una semana desastrosa, Luisa con todo su veneno trato de poner a todas las alumnas en mi contra, quería humillarme, trato de hacerme la vida imposible... lo que ella no sabía, es que ya no soy la pequeña que lloraba en un establo por los constantes regaños de los Leagan, así que la enfrente delante de todas, después de ese incomodo momento, la hermana Margaret habló con ella, minutos más tarde me pidió disculpas delante de todas, a partir de ese momento mi estancia ha sido agradable. Me llevo muy bien con casi todas, pero no las considero mis amigas, ya que solo quieren quedar bien conmigo por mi ilustre apellido... solo Patty me ha demostrado su amistad sin condiciones.

-Te admiro Candy, yo no tendría el valor suficiente para revelar mi secreto, no podría.

-Mientras sigas con esa actitud nunca podrás ser feliz.

-Nunca lo diré... confesar mi origen provocaría mi desgracia, no quiero perder la amistad de Archie.

-Estoy segura que no la perderás, tal parece que no conoces bien a Archie, ni él, ni Stear y mucho menos Anthony son como esos niños ricos que solo dependen de un apellido y que solo pretenden a jovencitas de buenas familias. Ojalá que un día cambies de opinión y por fin te decidas a ser tu misma.

Annie no contestó y en silencio siguieron su recorrido.

Al siguiente día minutos antes de iniciar la clase, la joven Britter se encontraba muy concentrada en su tejido, en cada puntada su mirada destellaba un brillo especial, su corazón suspiraba.

La Fuerza de la EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora