Capítulo 4 - Fe

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4:00AM.

Terminé la guardia, y me fui a dormir, era el turno de Philip.
Noté que Riley no se había dormido, así que hablé con ella. Al final, ninguno de los dos durmió. Ella me contó toda su historia y de cómo era que estaba acá. Al igual yo, le conté todo acerca de mí.

-Hice guardia 6 horas, y no te has dormido, ¿Estás bien? -Le pregunté-.

-Sí, sí, no te preocupes, es sólo que siento que todo esto no es real. Quisiera poder devolver el tiempo y no haber discutido tanto con mi familia... sólo eso.

Hice una pequeña pausa. -No tengo palabras. Pero, lo lamento mucho. Si sirve de algo, aquí estamos nosotros por si necesitas algo. Me caes muy bien, sé que eres buena chica.

-Olvídalo, lamentarme no los traerá nuevamente, pero los extraño, es una sensación que nunca había sentido. –Respondió ella de manera acertada-.

-Pero, oye, ¿Cómo llegaste hasta aquí? –Pregunté con cierta curiosidad-.

-Pues, verás... veníamos de un pueblo, donde nací, crecí, y pasé gran parte por no decir que toda mi vida. –Afirmó ella mientras tomaba aire-. No puedo decirte mucho más, sería contarte mi cotidianidad, pero lo que sí puedo decirte es cómo fue salir de ahí.

-Entonces adelante, soy todo oídos. –Respondí con amabilidad-.

-Al pueblo llegaron rumores sobre lo que estaba pasando, y mi familia en medio de no saber qué hacer afirmaron que lo mejor era dejar el pueblo lo antes posible, e ir quién sabe a dónde. A mí esa idea no me gustó, no quería dejar mi hogar, eran demasiados recuerdos los que tengo en esa estúpida casa... pero el resto de la historia la conoces. –Pausó ella antes de continuar-. Mis padres se bajaron en la estación de gasolina, dijeron ir a buscar alimentos y esas cosas, y minutos antes había discutido con ellos, por lo cual no les respondí nada cuando dijeron ir a eso... escuché unos gritos, y cuando estuve a punto de entrar, pude ver cómo una de esas cosas se estaba comiendo a... -Exclamó ella sollozando y con varias lágrimas encima-. A mi madre. Me siento culpable, Miguel, es mi culpa y jamás me lo voy a perdonar. –Afirmó ella llorando, poniéndose sobre mí para que la abrazara-.

Y nos la pasamos hablando hasta las 5:00AM, luego sí nos fuimos a dormir. Amaneció, decidimos irnos, y esta vez, iríamos a una estación de radio y trataríamos de comunicarnos con nuestros padres, que estaban al otro lado del mundo. Aún no entiendo cómo es que se fueron y nos dejaron justo antes de que todo empezara. Era raro y sospechoso.
Nos alistamos y salimos. Lydia se encontraba en la acera de la misma biblioteca, sentada, con los ojos abiertos, las piernas cruzadas, y una mirada perdida en la calle. Para empezar bien el día, el auto avanzó unos 10 kilómetros, de ahí nos tocó avanzar caminando debido a que nos quedamos sin gasolina nuevamente.
La estación estaba en una montaña, pero para llegar, teníamos que cruzar un río. Era muy peligroso, a lo mejor había Z en el agua, cosa que no nos gustaría mucho. Pero, si queríamos llegar a la estación, teníamos dos opciones. Arriesgarnos y pasar por el río, o, ir hasta un puente que estaba como a 5 horas desde donde estábamos, volver ya por el otro lado y llegar a la montaña.
Riley y yo preferíamos ir hasta el puente ya que era más demorado pero seguro, pero Lydia no quería opinar. Philip y Briana no querían dar más enrollo, y pasar por el río.

-Philip, Briana, Lydia, por favor, somos un equipo, no se trata de nada más. O morimos o vivimos, pero si vamos a hacerlo prefiero que sea juntos. –Dije tratando de convencerlos-.

-Que te den, Miguel. –Respondió Lydia, entrando en el río-.

-Si quieres entonces vayan ustedes por allá. Nos servirá si queremos volver, ya tendremos una idea de cómo es por ahí. –Afirmó Philip, entrando al río-. Pero ella, ya sabes, es peligroso dejarla sola así como está.

The InfectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora