Capítulo 30 - Cansados de este mundo

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No había forma de ganar, ya que eran decenas de Z. No había tiempo para pensar.
Éramos aproximadamente 20, entre nosotros y las personas que se alcanzaron a salvar.
Comenzamos a disparar, sin desperdiciar ninguna bala.
Eran varios los Z que se acercaban de a poco y que nos ponían en una situación de adrenalina.
Al final, se abrió uno que otro camino por el cuál podíamos correr e intentar escapar.
Eran varios huecos. Uno a uno empezaban a salir. Incluso Philip y Briana escaparon cuando tuvieron la oportunidad.
Quedábamos pocos.
Al borde de dejarnos morir, encontré una probable salida. Me di cuenta de que bajo nosotros había un alcantarillado. Lo destapamos entre Laura y yo. Aún con la herida de bala en la espalda, aguanté. A pesar de nosotros ser invisibles para los Z, el resto de personas no lo eran, por lo que tuvimos que ayudarlos a huir. Alisson, muy malherida, bajó primero, luego Laura, y por último yo.
Había un olor horrible, y no sabíamos en dónde estaba peor, si arriba o acá abajo, porque claro, no tuvimos en cuenta que acá podrían haber Z, y sí los había.
Fue más fácil. Habían pocos.
Un Z atacó a Alisson, y Laura por el desespero de no ver nada en la oscuridad, y el miedo a que el Z le hiciera algo a ella, sacó su cuchillo, y sin saber dónde lo clavó, hizo que yo cayera al piso por el dolor del cuchillo clavado erróneamente en mí, y luego ella por fin le dio al Z.
Me desangraba aún más.
Aún podía caminar, así que me levanté y ayudamos a cargar a Alisson.
Pudimos notar una luz, así que supusimos que esa sería la salida.
Antes de salir, había alguien, pero no era un Z, y tampoco del todo humano.
Ese alguien se paró ante nosotros.
Fue una escena "épica".
Alison se soltó.
Aquel cosa sólo quiso atacar a Alison, pero, ¿Por qué no a nosotros? No lo sabíamos en ese momento. No era un Z. Fue muy raro, porque no sabíamos si matarle o simplemente dejarle. ¿Era aún un humano?
Finalmente matamos a "eso".
Salimos a la luz, y fue ahí cuando pude notar toda la sangre que había derramado, pero ahí seguía.
Ya se hacía el atardecer.

-¿Puedes continuar? -Me preguntó Laura-.

-Creo que sí, pero ni a Alisson ni a mí nos haría mal reposar un rato bajo este árbol... ¿Qué dices? -Dije-.

Nos sentamos entonces bajo dicho árbol, admirando el panorama, y a pesar de todo, disfrutar el momento.
Nos quedamos dormidos.

Me despertó el ruido de un Z y el desespero de Alisson. No era un Z cualquiera. Venía uno, pero se notaba de lejos que era algo familiar. Se arrastraba. No tenía piernas.
Me incorporé y desperté a Laura.

-Oye, ¿Estás viendo eso?

-Se me hace familiar. Ven. -Dijo Laura, haciéndonos señas de que nos acercáramos-.


Nos acercamos al Z, y nos llevamos una sorpresa que a día de hoy la podíamos considerar mala.
Era Félix. ¿Cómo había acabado así?

-¿Cómo carajos... Félix...? -Decía Laura, aterrorizada por lo que estábamos viendo-. No, no, esto no puede estar pasando. No ahora. No...

No podíamos con esto, y mucho menos Laura que fue quien pasó con él toda su vida.

-Sabes lo que tienes que hacer, ya no es él. -Dijo Alisson, mientras le ponía la mano en el hombro-.

Entre lágrimas, Laura le dio el último adiós, y disparó.
El disparo había hecho que muchos Z se acercaran, así que agarramos a Alisson y salimos tan rápido como pudimos del lugar.
Era ya de noche.
Estábamos separados de nuestra gente, sin saber dónde se encontraban nuestros compañeros. Nos habíamos quedado sin hogar, y ahora resulta que hay otra especie de Z mutante.
La ciudad.
Debíamos de adentrarnos en la ciudad, así trataríamos de conseguir cosas para nuestra supervivencia, aunque claro, después de cuatro años de apocalipsis, sería difícil encontrar algo.
Pasamos la noche en un auto que encontramos en medio de la carretera, camino a la ciudad.

-Miguel, estoy cansada de esto, de todo. -Dijo Laura-.

-Tranquila, ya verás cómo saldremos de esta, piensa que es sólo un día más en el apocalipsis. Eso hago yo, y sé que no es de mucha ayuda, pero no podemos hacer nada más. -Le respondí-.

-Trataré de pensarlo, pero créeme que no puedo más con esto.

-Oye, amor, no digas eso, por favor no, no ahora, nunca lo vuelvas a decir. Sé que es difícil, pero... tú me entiendes.

-Necesito dormir, despejar mis ideas, así que, buenas noches.

-Está bien, entiendo, pero por favor no pienses eso, el apocalipsis no sería el mismo sin ti, yo no sería el mismo sin ti. -Le dije-.

-Creo que nunca te lo he dicho, pero gracias. A pesar de todo, tú y tus amigos nos salvaron en su momento a Félix y a mí. Gracias.

-Gracias a ti. El panorama se supone que es negativo, pero desde que llegaste tú, las cosas para mí son distintas, me haces ver un mundo mejor donde sólo hay desastres. Te amo.

-Y yo... yo también te amo. Buenas noches. -Concluyó ella-.

Laura, estando acostada en el auto, volteó y me miró, se acercó, y me dio un abrazo y un beso que hizo que olvidara todo esto. Decidimos dormir entonces.
Amaneció.
No podía sorprenderme, debido a las circunstancias se supone que esto sería normal, pero no lo fue en ese momento para mí. Estábamos siendo rodeados de Z, y, para otra mala noticia, teníamos que Alisson no estaba en el auto.
Alisson había dejado una nota que decía: "No me busquen. Gracias por hacer lo que pudieron, pero no me veo futuro. No me busquen, olvídense de mí. Feliz apocalipsis."

Fue cruel, pero ése final me dio gracia.
No era una opción, obviamente iríamos a buscarla, claro, eso sólo si no se había convertido ya.
Eran cada vez más Z, y nosotros solos sin casi municiones no podíamos acabar con todos.
Alisson apareció, y comenzó a gritar, a llamar a los Z para que pudiéramos irnos, lo cual funcionó.
Nos bajamos del auto.

-¡¡Alison!! -Grité a todo pulmón-.

-Ya déjenme, es su oportunidad de irse ilesos, ¡Váyanse!

-Amor, en ocasiones así tenemos que ceder, por favor quiero que mires la cantidad de infectados. Fue decisión de ella, así que respetemos su decisión. -Dijo Laura-.

No podía creer lo que decía Laura, pero en cierta parte tenía razón, así que, nos subimos al auto, y para ponerlos a descansar a todos, lancé una granada, la cual hizo que no quedara nada ni nadie. Alisson era una más a lista de gente que no hemos podido salvar.
Mala forma de empezar el día. No sé cómo hacíamos para vivir con tantas cargas y muertos a nuestro nombre.
Nos dirigíamos entonces a la ciudad, donde se suponía íbamos a encontrar cosas para tratar de que nos fuera mejor.
No teníamos forma de contactarnos con Philip y Briana, ni con ninguno.
Llegamos a la ciudad. Destruida. En ruinas. Con un ambiente a apocalipsis y mierda.
Bajamos el ritmo del auto, o quizás creímos eso, porque resulta que nos habíamos quedado sin gasolina.
Era una ciudad un poco natural, hubiera sido perfecta para vivir antes de todo esto.
Nos bajamos del auto. Caminamos más o menos 2 kilómetros. Me había olvidado de mi herida. Llegamos a una escuela, un lugar con demasiadas ventanas, y demasiada iluminación.
Destruida, con papeles por doquier y sin energía artificial.
Entramos con precaución en busca de poder encontrar un lugar dentro para quedarnos mientras estábamos en la ciudad. No se escuchaba nada.
Caminábamos alertados.
Escuché un ruido.

-Laura, no hagas ningún ruido.

Ella asintió con la cabeza. Le señalé en frente, donde habían unas personas con armas, hablando de quién sabe qué.
Cuando nos dimos vuelta para ir por otro lado, unos hombres con armas se nos aparecieron de frente.

  Cuando nos dimos vuelta para ir por otro lado, unos hombres con armas se nos aparecieron de frente

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