Capítulo 12 - Los encontraremos

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Sólo disparó.
Pero Riley le había visto las intenciones, y se atravesó. La bala impactó en su hombro, cerca al corazón. Ni Félix, ni yo, ni nadie creíamos lo que estaba pasando. La bala la había atravesado. Se estaba desangrando. La sangre salía y en un instante llenó por completa su camiseta de sangre que no dejaba de salir. Philip y Briana la atendieron, mientras Laura iba a buscar un botiquín, o alguna cosa para intentar salvarla. Aproveché mi último aliento y la dispersión de Féliz para golpearle en repetidas veces. No matamos humanos, y yo no acabaría con la vida de él. Él solo se acababa de matar. Ahora, todos, y sobre todo Riley, sabían del verdadero Félix. Este grupo de personas, y mis amigos, decidirían el futuro de aquella bestia. Las personas lo ataron y llevaron para adentro, encerrándolo en una habitación sin salida. No era buen momento para desmayarme, pero la falta de sangre me hizo caer, de nuevo.

Sólo escuchaba voces, entre ellas, la de Riley. Imágenes de nuevo. Estas cada vez más raras. Hubo una serie de imágenes con Riley, momentos que pasé con ella. Mi mente estaba al borde del colapso. Había dos chicas en mi vida, una con la que he pasado los mejores recientes momentos. Otra, que estuvo casi desde el inicio, pero se quiso separar de mí, pero, con lo último que hizo, me demostró que aún soy importante para ella. No sabía qué hacer. ¿Qué hubieran hecho ustedes?
La soledad también era una opción.
Desperté en un raro lugar, tenía muchas cosas conectadas a mí. En un principio, mi vista fue borrosa. Volteé la cabeza, para saber o hacerme una idea de dónde estaba. A mi izquierda tenía a Riley, estaba en un mejor estado que yo, aparentemente. Pero, ¿En dónde nos encontrábamos? Parecía un sótano. El piso era en madera, las paredes igual, y no lucía como un hospital. Las escaleras eran igual en madera. Era un lindo lugar, cálido, y acogedor. Me dolía todo. Habían cerrado la herida de mi pierna, al igual que la de la mano. Riley se veía muy bien, aún estaba viva por lo menos. ¿Cuánto tiempo había pasado?
En eso, apareció una persona que hacía parte del grupo de aquel market, al parecer, era doctor.

-Hola, Miguel. Soy Jonan, médico de esta pequeña comunidad. -pronunció el chico mientras bajaba las escaleras y se acercaba a mí-. Despertaste, ¿Cómo te sientes?

-¿Cuánto tiempo ha pasado? –Evadí yo, sentándome en la cama-.

-Un mes, llevas así un mes. –Afirmó él mientras miraba unos papeles-.

-Y, ella, la chica que está a mi lado, ¿Cómo se encuentra? –Señalé con la cabeza-.

-Estará bien, la bala que impactó y salió de su cuerpo no tocó ningún órgano vital, aunque sí estuvo cerca al corazón, pero por surte no fue así. –Respondió él, aún mirando los papeles-.

-¿Y los chicos, mis amigos? –Pregunté con cierto nerviosismo-.

-Ahí sí no sabría responderte. Para eso está una chica, dice ser tu compañera sentimental. –Expresó él con un rostro sonriente y dudoso-.

-¿Mi compañera sentimental dices?, ¿De qué hablas? –Pregunté sin percatarme de la existencia de Laura debido a mi estado-.

-No le digas eso, no la niegues, se puede poner mal. –Respondió él de manera amable y risueña-.


Jonan se fue a llamarla, y me quedé pensando en todo lo que habíamos pasado. ¿Por qué este fin del mundo? ¿Encontraríamos la cura?, ¿Por qué siempre pienso en todo lo que hemos pasado? Es aburrido, pero, ¿Qué más puedo pensar?
Recordé que Laura y Félix tenían la cura. Laura y yo nos habíamos besado. ¿Tendría entonces yo la cura?, ella nunca explicó esa parte.
Todas esas preguntas no me dejaban tranquilo.
Laura llegó. Bajó las escaleras corriendo, extendió los brazos, y me agarró por le torso. Le devolví el abrazo.

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