Capítulo 13 - Nuevos inicios

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El Z hizo que soltara a Laura, y yo caí al suelo, estrellando mi mentón y llenándolo de tierra.
Fueron los 10 segundos más largos de mi vida. Yo estaba herido por el fuego, era una sensación de ardor muy incómoda y dolorosa, al igual que evidentemente Laura. El Z se disponía a comerme, pero un milagro me salvó.
Le dispararon al Z. Traté de levantarme lo más rápido posible para ver quién era el héroe, pero aquella persona ya se había marchado. Ahí venían más. Levanté a Laura con la poca fuerza que me quedaba, y nos fuimos. Tenía que darle la vuelta al lugar para llegar a la puerta principal. Cada vez se veían más Z venir hacia nosotros.
Cuando llegué a la puerta, nos estaban esperando. Ahí estaba Riley afuera de un auto, esperándonos. El resto de la comunidad se había ido. Subí a Laura al auto, y Riley y yo nos subimos. Dejábamos de nuevo un hogar.

Fue cuestión de diez segundos después de habernos ido para que el lugar explotara por completo.
Laura estaba inconsciente, y no parecía que fuera a mejorar. La llamaba, la tocaba, hice de todo, pero no despertaba. Su pulso apenas se sentía. Tenía la esperanza de que viviría. Riley me habló acerca de Philip y Briana.

-Pues, te contextualizo. -Dijo Riley-. Philip y Briana se fueron en busca de nuevas oportunidades. Querían encontrar un verdadero lugar donde pudieran vivir tranquilos. Esa idea de ellos realmente no será conseguida. Es ilógico querer tranquilidad plena en un mundo como este. –Afirmó de manera existencial ella-.

-Tú siempre con el maldito existencialismo... dale un poco de energía a tu vida, Riley, te mantendrá con vida. –Respondí-.

-¿No te basta con ver todo lo que nos ocurre? –Preguntó ella sin recibir respuesta de mi parte-.

Riley siguió hablando, pero se me ocurrió algo. Crear una comunidad. Crear un lugar en el que la gente vulnerable como nosotros pudieran estar más tranquilos. Pensé en todo, en cada rincón de cómo sería aquel lugar. Tenía que ser alejado de la ciudad. Un lugar abandonado lo suficientemente grande como para tener muchas personas y espacio, así como un pueblo.

-Oye, perdona que te interrumpa. Tengo una idea, y debo de hablar porque sabes como soy, y luego se me olvida o le pierdo motivación. -Dije, alentado por la idea-.

-Dime. –Respondió ella mientras manejaba-.

Le conté mi idea a Riley. -Pues, de hecho sé de un lugar así. El tiempo que estuviste de nuevo casi que, al borde de la muerte, lo aprovechamos, pero sobre todo lo aproveché yo para conocer más los alrededores, y entre esas caminatas me encontré con una escuela abandonada, inmensa, que seguro cumplirá con tus expectativas.

-¿Vamos? -Pregunté entusiasmado-.

-Como ordene, capitán. –Respondió ella, mirando el mapa-. ¿Sabes algo?, he tratado de cambiar. Todo gira en torno al tiempo que estuviste de baja. Por fin soy la Riley que siempre fui. El idiota de Félix me opacó.

-¿Y cómo es la Riley que siempre fuiste? –Pregunté curioso-.

-Ya te darás cuenta, pequeño sobreviviente. –Respondió ella, trayendo a mí recuerdos que creía ya no se presentarían más-.

Llegamos al lugar después de 30 minutos de silencio en el auto.
Estaba en mal estado, pero la infraestructura era perfecta. Una pared cubría la entrada. Una reja como puerta. Al parecer tenía de todo, o quizás me apresuré. Las paredes impedían ver lo de adentro, a parte, estaba de noche. Decidimos que al otro día empezaríamos con esto.
Nos fuimos al auto a descansar.

-¿Eres consciente de que vamos a necesitar mucha gente? -Preguntó Riley-.

-Claro que sí, lo sé, al igual, vamos a necesitar muchos materiales para reconstruir ciertas cosas. Mañana contactaremos con Philip y Briana, a ver qué dicen.

The InfectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora