The Infection

Capítulo 8 - Tormenta de dudas

Y ahí estábamos los dos, sin saber qué hacer, sin saber cómo hacer para que ella me pasara la vacuna sin ella infectarse.
Por más que pensara, no se me ocurría nada, por más emoción que sintiera, la cabeza no me daba para más. Quizás si ella se hiciera alguna herida y me tomara su sangre, o, con su saliva. En este último caso, ella dejaría su saliva en un recipiente, luego yo la tomaría. Claro está. Sería asqueroso, pero era eso o quedarme sin la cura.

-¿Y entonces? -Preguntó ella. ¿Qué hacemos?

-No lo sé, Laura, en serio no sé. ¿Hay forma de pasarme tu sangre o algo así?

-Eso sería un poco jugárnosla, no sé.

Era muy tarde en la noche, estábamos cansados. Tenía ansiedad. La cura estaba frente a mí y no sabía cómo obtenerla. -Oye, deberías ya ir a dormir, está demasiado tarde. Luego vemos cómo solucionamos esto, ¿Sí?

-Dale, no hay problema. Y, en serio gracias. Ah, y tenía una pregunta, así como por curiosidad.

-Dime. –Respondió ella gentilmente-.

-¿Félix y tú son hermanos?

Ella ríe, baja la mirada, y procede a responderme. -No, o bueno, no del todo. Somos hermanastros.

Me quedé con las ganas de ser inmune, creo.
Me fui entonces a descansar, y esta vez sí me pudo el sueño. Laura nos despertó, a Riley y a mí. Nos dijo que la acompañáramos. Esto estaba raro. Hablaba en voz baja, como para que no la descubrieran.

Dijo que había encontrado la solución. Riley no entendía, le expliqué y se puso rara, pero, no me dio explicación.
Nos llevó a una sala del búnker un poco rara, como si allí hubieran hecho experimentos con personas. Me puse a la defensiva. Nos detuvimos. Laura nos dijo que todo estaría bien, que antes hacían experimentos con animales que tenían el virus. Ahora, estaba lleno de animales completamente sanos. Pero, si es así, ¿Por qué no hizo eso anoche? ¿Por qué no me lo dijo? ¿Hubiera preferido algo más arriesgado?, o, ¿Recién caía en cuenta de este método?
Me pasaban muchas ideas por la cabeza, ahora era yo quien no entendía.
A los animales los sanaron con sangre de ellos, de Félix y Laura, quienes por alguna razón tenían la cura. No me terminaba de creer el hecho de que los hayan mandado al búnker tiempo antes de que empezara esto sin razón alguna.
En fin.
Nos dijo que se habían acabado las herramientas para pasar la cura. Tendríamos que salir y buscar estos elementos.
Ahora, ¿Philip y Briana podrían darse cuenta de esto y también ser inmunes? O, ¿Sólo para los dos?
Laura nos entregó un mapa.
Había algo claro, y era que teníamos que salir sí o sí.
Decidimos ir solamente Riley y yo. Creímos más prudente ir solos, sin tener que preocupar a los otros.
Salimos esa misma mañana.
En el mapa aparecía que había cerca una especie de farmacia. En un pueblo cercano. Fuimos caminando. Aprovechamos el rato para hablar.

-Oye, estoy seriamente preocupada. -Dijo Riley-.

-¿Por qué? -Me le acerco, mirándola a los ojos, pero siguiendo caminando-.

-Esto de la cura, la razón por la que salimos, por la cual estamos arriesgándonos, no me tiene tranquila, no sé porqué.

-Oye, oye, tranquila, todo estará bien, no te preocupes. Estaremos bien, pequeña sobreviviente. –Le dije devolviéndole el apodo y sonriendo-.

Paramos, la abracé, y le repetí al oído que todo estaría bien. Pasaban los minutos, hasta que por fin llegamos al dicho pueblo.

Escuchábamos Z.
Había algo, algo diferente.
Me sentía vigilado.

-Oye, quédate callada, no te muevas. –Le dije mientras sacaba el arma que había agarrado del búnker, y miré hacia las edificaciones abandonadas, con cortinas rotas, y puertas destrozadas.

Nos pusimos a la defensiva, apuntando a cualquier lado de donde sea que viniera el sonido.
Un francotirador se dejó ver. Le apuntaba a Riley. La empujé para salvarla. Me disparó en el hombro. Estaba herido. No sabíamos qué hacer.
Pude esconderme en un pequeño muro que había cerca.
Riley tiró una bomba de humo. Le tiré la radio y llamó a nuestros amigos. Sí o sí, Briana y Philip se enterarían.
Contestaron. Dijeron que no demoraban en llegar.
Tenía miedo.

-Quédate quieto, no te muevas. –Dijo pausada-. Oye, estarás bien, no te preocupes. -Replicaba Riley mientras me agarraba la mano-.

Estaba en un punto en el que no sabía qué hacer.
Me aferraba a Riley. Ella, que en poco tiempo logró en ser esa persona tan importante en mi vida. Valía la pena seguir por ella.
Escuchaba disparos. No sabíamos dónde estaban ubicados.
Escuché que le quitaron el seguro a una granada, y no era Riley. La lanzaron y me cayó al lado.
¿Qué me seguía? ¿Podría seguir?