Capítulo 29 [Parte 1 ♡]

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Mientras tanto en Rikkai, el capitán del club había finalizado su llamada así que volvió al lugar donde se encontraban su novia y compañero de equipo.

-¡Oigan miren lo que encontré!- le muestra el móvil de Akaya.
-Es de Akaya, se le debe haber caído por irse apurado- dijo el castaño de ojos rasgados.
-Yo sé lo guardaré y se lo entregare mañana a primera hora- dijo la pelimorada a su novio.
-Ten- se lo entrega. -Nadie mejor que tu para guardar algo importante- le sonrió.

La chica guardó el celular en su bolsillo junto al de ella.

-Por cierto¿Quién te llamó?- preguntó Akane.
-Era mi doctor, me dijo que quería hacerme unos exámenes de rutina para ver mi evolución, aunque debe ausentarme unos días ya que debo ir a Osaka-.
-Ya veo...- su expresión se tornó algo triste ya que lo extrañaría. -Te extrañaré pero puedo sobrevivir hasta dos días- intentó sonreír.
-En realidad serían casi cinco días que estaré ausente... Y no si más también..- dijo con una sonrisa algo nervioso.
-¡Es mucho tiempo...!- otra vez se tornó triste pero el capitán se acercó a ella.
-Aunque me olvide de mencionar que debo ir acompañado así que ya di tus datos para que seas mi acompañante- le acarició el cabello.
-¿¡De verdad!?- sus ojos tenían un brillo por la felicidad que tenía.

Ella lo abrazó fuertemente este corresponden de igual manera, aunque el momento fue interrumpido por una pregunta del Data Master.

-Yukimura ¿Quién ocupará el lugar de Nekosawa san?-
-¡Es cierto!- dijo la chica apartandose de su novio.
-Tranquilos tranquilos, ya tengo la persona indicada- dijo con un sonrisa.

....

En la enfermería de la misma escuela yacían el emperador y la castaña.

-¿Qué te sucedido?- lo miró con preocupación.
-Nada...- giró su rostro para un lado, ya que sus mejillas se habían enrojecido pero esa respuesta hizo molestar un poco a Reiko.
-No me vine corriendo como demente hasta aquí para que tu me digas que no fue nada- ella infla sus mejillas y pellizca la mejilla derecha del azabache.
-¡Auch eso duele!- al oír su queja lo soltó, se sentó en la cama suficientemente cerca de él.
-Se que cuando mientes no puedes mirarme a la cara, desde que éramos niño tienes eso, así que dime que fue lo que te paso- dijo con preocupación.
-Por... que...- hablaba entrecortado y bajo mientras lentamente enderezaba el rostro hasta mirarla.
-No te entiendo- dijo ella con una leve sonrisa.
-Por... que dijiste... eso...- se ponía más rojo.
-¿Decir que?- dijo confundida y con una expresión de preocupación.
-¡Por qué tuviste que mencionarle a Akane sobre lo del beso!- dijo avergonzado, para clavar su mirada en ella.

Fue cuando Reiko cayó en cuenta de eso, su rostro también se puso rojo y nerviosa.

-Bueno...¿Qué hay de malo con eso?...- dijo un poco apenada, bajo su cabeza y nerviosa jugaba con sus manos. -No pude evitar contarlo... me sentí muy feliz...- sin darse cuenta eso último que dijo, debió quedar en sus pensamientos.

Esas palabras dejaron helado al azabache ¿estaba diciendo indirectamente que le había gustado ese beso accidental? ¿este será el momento indicado para decirle lo que realmente siente?.

El emperador volvió en sí, y con una postura decidía, acercó al tímido rostro de la chica, posando su mano sobre la pequeña y delicada mano de la castaña, además de generar que esta lo viese.

-Genichi... kun..- ella levantó su cabeza para encontrarse a escasos centímetros de los labios de este.
-Reiko san...- la toma del rostro, cierra sus ojos y le da un beso.

Ella no podía creer que Sanada por voluntad propia le haya dado un beso, pero eso sólo podía significar... ¿Él la quería? ¿Le gustaba? Pero sus preguntas fueron aclaradas luego de separarse.

Mi cuento de Hadas [Prince of Tennis] OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora