Capítulo 10

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La castaña luego de tomar un descanso, se levantó y emprendió camino de nuevo a su hogar, ya no tenía motivos para quedarse, su día había sido un completo desastre.

Ya en su casa se limitó a saludar a sus padres y hermano para irse directo a su habitación, sin ganas se cambió de ropa, apagó la luz y una vez sentada en su cama empezó a recordar lo que Sanada le había dicho horas atrás, quería sentirse enojada, molesta por aquellas palabras pero en cambio su corazón poco a poco se adoleciendo.

Se acostó y abrazo muy fuerte su almohada, inevitablemente lágrimas cristalinas empezaron a caer sobre sus mejillas.

-Definitivamente jamás podré ser algo más que una molestia para él...- dijo en susurro con la voz quebrada.

Sin darse cuenta, varios minutos más tarde se quedo completamente dormida.

(La letra no viene al caso pero me gusta la canción como para el momento, no es obligación escucharla 😏, ahora si, las dejó seguir con la historia)

....

Mientras tanto una parejita muy felizmente volvía de su cita en el jardín botánico e iban de camino a la casa de la chica ya que se estaba oscureciendo.

-¡Hoy fue un día estupendo! ¡gracias Seiichi kun!- le dijo su novia la pelimorada.
-De nada Akane san, realmente disfruté mucho este día y el haber comprado estar bellezas- decía mientras alzaba las bolsas de papel que contenían semillas para bonitas flores.
-¡Ya quiero que sea lunes para poder plantarlas!- dijo emocionada. -Bueno si tu quieres...- sonrió de lado, este la detuvo con suavidad tomándola con sus delicadas manos la suaves mejillas de la chica para mirarla fijamente.
-Por supuesto que quiero plantar estas pequeñas semillas contigo- le sonrió dulcemente. Además estas no serían las únicas semillas que quisiera plantar- con su pulgar acarició una de las mejillas de la menor, lo cual ocasionó un gran sonrojo y nervios.
-Emmm bueno... yo..- no podía modular el habla, esas palabras la tomaron por sorpresa pero rápidamente Yukimura corrigió.
-No me malinterpretes, yo decía que no serían las únicas semillas que me gustaría plantar en el sentido que tengo una gran lista de flores que quisiera tener- se rasco la nuca y sonrió.
-Ah.. si si.. yo también pensaba lo mismo- una pequeña gota caía se su cien y una sonrisa nerviosa se hizo presente por mal pensar las palabra de su novio.

Ya en la puerta de la residencia Nekosawa, Yukimura se despide de su novia tomándola por la cintura para luego plantar un tierno beso en sus pequeños labios rosados, los cuales se sentían tan cálidos, el beso se fue intensificando cada vez más al punto turnarse para jugar con sus lenguas dentro de la boca del otro. La pelimorada se sentía agitada además de ardiente, su novio la traía loca, el contacto de sus grandes pero delicadas manos la hacían estremecerse de un manera única, como si sus sentidos se paralizaran.

Al finalizar el beso, la pareja se separa y se despiden.

-Nos vemos el lunes entonces- dijo dándose la vuelta para irse el peliazulado.
-¡Si! Por supuesto- asintió feliz.

De esa manera finalizó su cita, la chica entró a su casa y fue directo a darse un baño para luego cambiarse en su habitación.

Ya estando allí se le ocurre invitar para mañana domingo, a las chicas de Seigaku y Hyotei a pasar en día en su casa, así que envió un mensaje a su grupo de Whatsapp esperando una respuesta de ellas.

....

Era domingo por la mañana y un emperador se encontraba practicando en su habitación un poco de caligrafía con sus tintas nuevas, estaba algo frustrado ya que no le salían bien los kanjis, volvía a intentarlo varias veces y obtenía el mismo resultado.

-¡Tarundoru!- se gritó así mismo.-¡No puedo fallar! No debo...- suspiró molesto.

Dejó todas las cosas a un lado y apoyó sus codos en su escritorio mientras sujetaba su cabeza con ambas manos, sentía un pequeño dolor en la misma ya que la noche anterior no pudo dormir bien debido a que estuvo pensando en lo ocurrido con Reiko en el centrocomercial, además de recordar que había perdido el regalo que tanto le costó comprar para su madre, eso definitivamente lo tenía más molesto que de costumbre pero a pesar de todo no podía negar que actuó mal en con la castaña, no debió haberle dicho esas cosas tan dolorosas y que no eran ciertas, pero no podía evitar ser como era... Pero también recordó que aquel acto que ella insinuó casi más lo hace morirse, ella era su debilidad, ahora estaba mucho más latente que antes, pero la lastimó. No tenía cara para llamarla y preguntarle como estaba, le parecía lo más correcto hablarlo de frente como personas racionales pero estaba en la duda si Reiko aún quería verlo....

A pesar de sentirse "raro" cuando esta cerca de ella, sentir que su pecho quisiera explotar en el buen sentido, pero se cuestionaba si verdaderamente era amor, jamás había experimentado ese sentimiento o al menos no estaba interesado en esos tópicos lo cuales veía como una pérdida de tiempo.

Tenía una gran confusión en su mente y corazón, una batalla entre su carácter y sus sentimientos, pero esto sería el inicio de un duelo dentro de un campo de batalla llamado "amor".

....

La castaña se había despertado medianamente temprano a comparación de otros domingos que solía dormir hasta tarde.

El dormir le había sentado bien aunque tenía un poco de sueño aún, visualizo su celular y estaba a punto de mirar si había algún mensaje pero el llamado de su madre interrumpió a la chica, debía bajar a desayunar así que eso hizo.

Mientras terminaba su café con galletas, suena el teléfono de línea así que se levantó a atender.

-Hola..- dijo con una bostezo.
-¿CÓMO QUE HOLA?¿TE ESTUVIMOS ENVIANDO MENSAJES TANTO POR EL GRUPO COMO POR PRIVADO..- se oía una voz alterada, la castaña apartó el teléfono por unos minutos hasta que dejó de escuchar el griterío de su amiga.
-Bien Suzuka ¿ya te puedes calmar?-dijo con desgano.
-De acuerdo...- la azabache tomó aire y se calmó.
-¿Qué sucede?-
-Es que anoche Akane envió mensaje al grupo invitando nos para ir hoy a su casa a pasar el día, yo recién ahora a la mañana lo vi y le respondí que iría pero como tú no contestaste por eso te llamaba-
-¿Hacia falta gritarme desde tan temprano?- dijo sería Reiko.
-No... Pero me desespere porque no contestabas, pensé que te había pasado algo-.
-Estoy terminando de desayunar...- decía mientras come una galleta.
-Bien, entonces apúrate y ve saliendo, yo iré directo a la casa de Akane¡ nos vemos allí!-.
-Esta bien..-

Luego de colgar la llamada, se sube al cuarto para cambiarse de ropa, deja su cama tendida y toma una pequeña cartera para poner lo necesario, por último toma el celular y revisa los mensajes que efectivamente eran de su grupo de amigas pero después no había ningún otro mensaje más.

-Que tonta.. no se porque llegué a creer que me enviaría un mensaje...-

Guardó el móvil para luego salir de su casa y emprender camino a casa de Nekosawa.

Mi cuento de Hadas [Prince of Tennis] OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora