Reiko estaba callada en todo el tramo a la gran mansión de Atobe, se lamentaba de haber tenido la mala suerte de cruzarse con el capitán de Hyotei. No era idiota, sabía la cuestión de esa invitación tan repentina.-Ya llegamos- dijo Keigo con una sonrisa complaciente.
El mayordomo abrió la puerta para dejar salir a los tres chicos, una multitud de sirvientas hacían una reverencia en la entrada para recibirlos. La chica creía un tanto exagerado que casi todos los empleados de la casa se presentarán para recibirlos.
-Preparen la sala de invitados- dijo Atobe, seguido de un chasquido de sus dedos.
Rápidamente se movilizó todo el personal del lugar, en cuestión de minutos ya estaba todo listo, una bella mesa de mármol fino y sobre esta una bandeja de plata que contenía la porcelana más fina en cuanto a juego de té se refería.
-Por favor señorita pongase comoda- dijo una sirvienta mientras tomaba la mochila de Reiko y le indicaba hacia un sillón.
-Esta bien.. muchas gracias- tomó asiento, luego otra joven mucama le sirvió té y una porción de pastel.Keigo tomó asiento frente a ella y Kabaji estaba a su derecha, también fueron servidos.
-Ahora si les pediré a todos que se retiren- chasqueo los dedos y todo el personal se retiró del lugar, seguido de su orden le pidió a Kabaji que pusiera música para relajar el ambiente.
Este se dirigió al estéreo y puso música clásica. La escena parecía una copia barata de alguna película europea donde Atobe parecía un noble y Reiko la plebeya.
Pese a la música, el ambiente seguía tenso por parte de la chica, mantenía su mirada en cualquier sitio menos en Keigo, estaba a la defensiva de cualquier cuestionamiento.
-¿Cómo está tu té?- preguntó el anfitrión.
-Esta delicioso... jamás había probado este tipo de té-.
-Es porque lo traigo del extranjero, Ore Sama elige la mejor calidad para el consumo propio ¿No es asi Kabaji?-.
-¡Usu!- asintió el moreno.Después de esa corta conversación volvió a retornar el silencio de sus palabras, la música era relajante pero no al gusto de Reiko, sentía que la música clásica era para ancianos ricos excéntricos.
-Oye Saotome- le habló Atobe.
-¿Qué sucede?- dijo mirándolo.
-Eso es lo que me pregunto pero contigo- se puso atento.
-¿No se de que hablas? Además si nos ponemos más pensantes ¿Por qué me trajiste a tu casa pese a que no estaba de acuerdo?- ella lo miró de manera curiosa y un tanto molesta recordando la secuencia de hace una hora atrás.
-Tu no querías volver a casa y me pareció una oportunidad para conocernos mejor- sonrió levemente.
-¿Estas diciendo que me secuestraste para tener una cita conmigo?- Reiko no captaba la broma de Atobe.
-Si que eres idiota...- suspiró exasperado. -Jamás le robaria la chica a un buen amigo mio-.La castaña se tenso un poco ante esa declaración, seguido de una expresión triste.
-Oshitari y yo nos conocemos desde el primer año, recuerdo que pese a nuestras diferencias y demás cosas, nos hemos vueltos muy buenos amigos- le dio un sorbo a su té y continuó. -Desde el tiempo que lo conozco jamás lo había visto interesado en alguna chica, aunque después de todo siempre fue un chico popular por ser un genio pero no tanto como Ore sama- sonrió arrogante. - Pero desde que apareciste tú, él no volvió a ser el mismo, quien más lo conoce en profundidad sabe que Oshitari abrió su corazón a pleno a ti, se siente cómodo con tu presencia, puede ser él mismo, puede expresar lo que piensa sin miedo o sentirse con el peso de ser "El Tensai" de Hyotei. Incluso siente que también descubrió una debilidad y esa era tú-.
Se puso de pie y comenzó a caminar por la habitación mientras sostenía su taza de té.
-Luego de ese enfrentamiento con Sanada, él se sintió decepcionado de si mismo por no prever ese movimiento pero también lamenta haberte hecho pasar un mal momento pero nunca te culpó a ti o Sanada por ese hecho-.
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Mi cuento de Hadas [Prince of Tennis] OC
FanficLa difícil elección de Reiko no será con quien escribirá su cuento de hadas sino con quien será el "Felices por siempre". Dos polos opuesto; un emperador estoico y de apariencia intimidante o un genio delicado y galante. Pero una cosa es segura, amb...