Capítulo 9

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Ambos miraban distintos artículos, pero nada les convencía, por momentos Reiko probaba algunas de las cosas allí y Sanada la regañaba por sacar las cosas de su lugar.

Finalmente la castaña encontró algo que le gustaría mucho a la madre de su amigo así que sin dudarlo le dijo que lo comprara, era una hermosa blusa rosada con encajes y pequeños brillos, luego de pagar, salieron de la tienda.

-Gracias por ayudarme, sólo no lo hubiese podido hacer...- paso su mano por su cuello.
-¡No hay de que!- sonrió ampliamente. -Ahora estas en deuda conmigo- esté la miró cuestionante ante lo dicho.
-¿Cómo que deuda?- arqueo una ceja.
-Exacto, yo te ayudé con el regalo para tu madre y digamos que te salvé así que estas en deuda conmigo- le sacó la lengua en forma de burla.
-Te pagó un helado y estamos a mano- dijo resignado y marchandose.
-No no, yo quiero otra cosa- se acercó a él lentamente con una sonrisa malvada-
-¿Qué quieres entonces?- el acercamiento de ella lo hacía poner nervioso, esa sonrisa no traía nada bueno.
-Te lo diré pero acercarte- hizo un gesto con sus dedo índice. -Te lo diré al oído- lo cazó del cuello del uniforme y lo hizo quedar sus rostros muy cerca.

Reiko sólo quería molestarle pero no tomó en cuenta que su atrevimiento le estaba jugando en contra, jamás había llegado tan lejos para molestar a Sanada, él se quedó estático no sabía que haría su amiga pero sobre todo ese acercamiento le producía un calor que lo invadía como un fuego por todo su cuerpo, por un momento cerró los ojos, Reiko no pudo evitar quedarse hipnotizada por los labios del azabache, se veían tan delgados pero no dejaban de ser curiosos, inconscientemente su respiración se agitó un poco pero luego recordó que debía ir directo a los oídos de él.

-Genichi kun...- dijo en un susurro con un tono de voz algo sensual. -Quiero....-.

El cuerpo del mayor se estremeció por el susurro de la chica, su porte de dureza se derretia como bloque de hielo expuesto a una gran fuego abrazador, no podía abrir los ojos o más bien no queria, muy en su interior esperaba otra cosa de ella.

-¡Quiero que me ayudes a estudiar para los exámenes!- le dijo sorpresivamente, luego se apartó de él.

Sanada abrió los ojos y seguido se tiñó su rostro de rojo pero esta vez no de vergüenza sino de enojo, el cual estalló en ese mismo instante.

-¿¡A TI TE PARECE ESTAR MOLESTANDOME SÓLO POR ESA TONTERÍA!?- levantó su voz.
-¡Oye calmate! Sólo quería que me ayudar..-pero no la dejó hablar.
-¡NO ME CALMÓ Y ¿SABES QUE? FUE PÉSIMA IDEA PEDIRTE TU AYUDA!- se dio media vuelta y se fue de allí dejando plantada a la castaña con una expresión de incredulidad.

Muy pocas veces se había molestado con ella pero no a ese grado, realmente le dolió su actitud, ella sabía que podía ser molesta pero no fue para tanto esta vez, antes le había hecho cosas peores como robarle dinero con Sasuke kun para comprar helados, que eso sí era mucho peor pero ahora se quedó triste, y para colmo con la bolsa del regalo.

Ya su expresión había cambiado de alegre a triste, no quería quedarse allí parada como una tonta así que se fue al área de comidas y pidió un café, se quedó con la mirada fija en un punto mientras su mente estaba nula, ahora más que nunca necesitaba a sus amigas pero no quería molestarlas.

-Ojalá la estén pasando bien con sus citas...- dijo en un suspiró con una sonrisa de melancolía.

....

Mientras tanto una azabache volvía molesta a su casa luego de la cita con Shishido.

-Nunca más me vuelvo a ilusionar..- dijo entredientes, con una expresión de frustración.

Flashback

Suzuka se encontraba esperando muy ansiosa en la estación de tren al chico de gorra, aunque no sabía muy bien a donde irían porque no le dio muchos detalles, ya iba varios minutos atrasado del horario acordado, miraba su celular a cada rato esperando un mensaje de su parte, pero nada pasaba, caminaba nerviosa de un lado a otro, se miraba en los reflejos de los vidrios para ver si ella estaba arreglada, jugaba con su cabello para saciar sus nervios. Ya estaba a punto de llamarlo para preguntarle dónde estaba pero para su sorpresa escuchó su voz.

-¡Perdona la tardanza!- decía ya estando cerca de ella mientras tomaba aire.

Ella suspiró de alivio, y esbozó una sonrisa al ver a su Shishido san vestido tan casual pero a la vez atractivo, llevaba unos jeans azules, con una remera roja y detalles negro.

-Realmente lamento haberte hecho esperar...- hizo un reverencia.
-No te preocupes yo llegué hace un rato también- mintió para no hacerlo sentir mal. -En fin..- bajo su mirada para esconder su emoción. -Ya podemos ir si quieres-.
-Espera unos minutos que falta alguien más- dijo mirando para todos lados.

Esto descoloca a Suzuka ya que en ningún momento de su charla el día anterior recordó que alguien más los acompañaría, luego se escuchó la voz de su kohai.

-¡Shishido san!- era Choutaro quien venía apurado así donde ellos estaban.
-Bueno ahora si estamos todos, ya podemos irnos- dijo el castaño emprendiendo camino.
-¡Hola Sakaki senpai!- desde el otro costado de Shishido saludo el peliblanco a la azabache.
-Hola... Ootori...- dijo con un poco de desgano.

Mientras los dos chicos hablaban, Suzuka sentía hervir su sangre, no podía creer que su cita sería arruinada por su kohai, realmente hoy no era su día.

Fueron al parque de diversiones y los chicos se divirtieron más que ella, incluso llegó a pensar que ella era el mal tercio en esa salida, por momentos el castaño notaba que la azabache se atrasaba e iba a buscarla, pero cuando parecía que podían estar un minuto a solas aparecía Choutaro.

En el almuerzo cuando el castaño fue a buscar algo de comer quedaron el peliblanco y la azabache solos.

-Que bueno que Shishido san te haya invitado a nuestra salida- dijo el menor con una expresión de alegría
-¿Eh?- ella estaba algo distraída pero esas palabras hicieron que prestará atención al menor.
-Es que en realidad Shishido y yo saldríamos a comprar unas entradas para un concierto hoy y bueno ayer se olvidó de decirte que estaría ocupado pero yo lo convencí para que no te dejé plantada y así podríamos disfrutar todos de un lindo día- dijo alegre.

Esas palabras fueron como un balde de agua fría, ahora si se sentía enojada, pero decidió aguantar un poco más por su amado castaño, espero a que trajera la comida y almorzaron, aunque ya no era lo mismo.

Llegando la tarde notó que el castaño estaba apurado por irse a comprar las entradas, por lo que Suzuka vio la oportunidad de irse.

-Adiós.. chicos- dijo dándose la vuelta con desánimo.
-¡Senpai ¿no quiere venir con nosotros? prometemos acompañarla a casa!- dijo el menor.
-Puedes venir si quieres Sakaki san- dijo el castaño con una sonrisa amable.
-No quiero ser una estorbo, vayan tranquilos- los miró con seriedad y se fue.

Fin del flashback

Llegó a su casa, no omitió palabra alguna a sus padres y se encerró en su cuarto, dejó su cartera a un costado, se quitó las sandalias que tenía y se arrojó boca abajo en la cama, tomó el control remoto de su estéreo y puso música alta.

-Espero que las chicas hayan tenido un mejor sábado que yo...- decía con un suspiro.

Mi cuento de Hadas [Prince of Tennis] OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora