Tal vez en otra vida...

Capítulo V. De fiesta.

Llegamos al lugar de la  fiesta. Y vimos un montón de autos estacionados en fila, por lo que el taxi debió dejarnos unos metros antes de la casa donde íbamos.
Ya desde lejos se podía escuchar la música y se veían algunas personas paradas en el patio.
Bajamos del coche y comenzamos a caminar a paso moderado ya que ambas llevábamos unos tacones de infarto.
Claudia me vistió por completo a su estilo, y gracias al cielo que lo hizo, porque si yo usaba mi ropa iba a parecer una niña al lado de todas ésas muchachas guapas y vestidas casi como para hacer un videoclip de reggaetón. 
Llegamos a la puerta y allí nos recibió Florencia, la cumpleañera. Nos invitó a entrar, casi no se veía nada, ya que el ambiente estaba oscuro, iluminado sólo por luces disco. Florencia era amiga y compañera de curso de Claudia, ambas iban a 3ro yo cursaba 1ro.
-¿Como están? Además de muy guapas...-
Nos dio una mirada divertida a ambas y levantó sus cejas perfectamente depiladas.

Sonrió aún más y dijo:
-¡Gracias por venir! Pasen, tomen algo siéntase como en su casa.-

Empezamos a caminar las tres juntas hacia la sala que ahora era una especie de pista de baile.
Todo estaba iluminado por luces disco, de esas de colores que giran y giran. Había muchísima gente, tanto afuera como dentro de la casa. Me pareció que tal vez medio instituto estaba ahí. La música era muy moderna, no había duda de que había un Dj más que actualizado. El volumen realmente estaba alto lo que era entendible, ya que la música debía oírse tanto en el patio como en el último rincón de la casa.
A medida que nos acercábamos a "la pista” Florencia debía alzar más la voz para hablarnos. Se nos acercó lo suficiente como para asegurarse de que la podíamos oír y levantó un poco más las voz para decir:
-En la cocina hay tragos para todos los gustos. Vayan a servirse lo que gusten. ¡Incluso tenemos un barman! El hermano de una amiga se ofreció...-
No terminó de hablar cuando una chica la tomó del brazo y la arrastró con ella bailando y agitando una botella en la mano.
Claudia y yo nos miramos y sonreímos.
-Creo que Flor tiene algunas copas de más.- Me dijo Claudia casi gritando porque claramente el volumen de la música nos obligaba a gritar, viendo a Florencia irse bailando al ritmo de la música con la otra chica.
-Algunas es poco.- Respondí sonriendo.

-¡Oye! Por si nos separamos y nos perdemos, nos encontraremos en la puerta cuando acabe la fiesta. Le dije recordando la última vez que salimos y que pasamos como dos horas buscándonos la una a la otra.

-Ok, ok...¿Qué más da? vamos a bailar Sophie no seas aburrida!-
Claudia era muy linda, así que no me sorprendió cuando bien nos adentramos a la pista un chico al parecer un par de años mayor que nosotras la invitó a bailar. Yo le hice una señal de "ve no te preocupes" de ésas que sólo las amigas nos entendemos y le guiñé el ojo mirando al muchacho para hacerle saber que me pareció lindo para ella. Había demasiada gente, y no quería quedarme bailando sola como boba así que cuando se fue a bailar con el chico decidí ir por un trago.
Me dirigí a la cocina, me acerqué a la nevera y la abrí pero me encontré con que no quedaban más cervezas, así que estaba viendo qué quedaba para tomar, cuando una voz me sorprendió hablándome bastante cerca del oído, claro que de otra forma no se podía hablar, ya que el volumen de la música aún en la cocina se escuchaba  bastante alto. 

-Te doy de la mía si quieres...-
Dijo y me volteé para ver quién había sido el atrevido. Cuando lo vi no podía creerlo.

-¿Qué dijiste?-
Le dije tratando de no parecer totalmente nerviosa como en realidad estaba. Era él, era Víctor. Era la primera vez que me dirigía la palabra y por lo visto estaban bastante cargadas de un doble sentido muy... Tentador...
En fin, me hice la ofendida y lo miré seria.

-Lo que oíste. Que si quieres que te dé… Con gusto te daría la mía.-
Repitió sin más con una leve sonrisa juguetona. Tomó un vaso de plástico de arriba de la nevera y volcó de su cerveza en él para ofrecérmelo...