Capítulo VI. Su sonrisa...

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  Me extendió el vaso y lo  tomé. No nos presentamos porque supongo que él sabía mi nombre, así como yo sabía el suyo.
Ya nos habíamos visto antes, cuando yo iba a casa de Claudia o en el colegio, pero nunca habíamos hablado.
Cuando le di el primer sorbo a la cerveza le di las gracias y le sonreí muy levemente. Él me miró, y sonrió. ME Sonrió, y ¡Ohhh my God! Ésa sonrisa... Yo sabía que tenía una linda sonrisa, era por lo que más me llamaba la atención. Eran pocas las veces que lo vi sonreír, ya que siempre iba serio e indiferente por la vida como si supiera que su sonrisa no debía desperdiciarla con cualquiera.
Además llevaba una barba corta de algunos días que le quedaba de mil maravillas, se los aseguro.
  Aún no creía que ahí estaba, frente a mi, sonriendo con ganas, como casi nunca lo hacía, y como si fuera poco, sonriéndome a mi.
Pero como nada es perfecto en la vida, y mucho menos yo y mi bocota, me ganaron los nervios, no podía dejar de ver su boca. Y para intentar disimular mi estado de idiotez total, le dije:

-¿No que tienes novia? Qué haces tomando aquí conmigo?-
Después de soltarlo me regañé mentalmente por  lo tonta que fui al decir eso.

-¿Acaso la ves aquí?- Dijo mientras miraba a su alrededor. Se acercó a mí más de lo necesario y mirando directamente a mi labios me dijo:
-Estoy solo para ti si es lo que quieres.-
Me miró a los ojos esperando una respuesta pero no la hubo. Todo me pareció extraño. Era la primera vez que hablamos, pero fue como si lleváramos años de conocernos. Bueno, al final de cuentas Víctor me gustaba hace tiempo pero obvio el no lo sabía,  o éso quería pensar. 

-No quiero, gracias.- Le Respondí y di media vuelta para irme cuando me tomó de la mano para detenerme, se acercó a muy pocos centímetros de mi boca y me dijo:

-Ya querrás... Te lo aseguro Chiquilla...-
Lo miré una vez más y sin responder me alejé de él.
Mi mente estaba gritando mil cosas. "Que ya querré... ¿Que ya querré? ¡YA QUIERO!"
Pero no era tan tonta como para hacérselo notar, además, me parecía un chico extraño y peligroso, de los que te engañan, consiguen lo que buscan,  finalmente te lastiman y te dejan. De ésos que juegan contigo... ¿Me explico? Todo en él parecía decir “Aquí estoy, sé que te gusta pero no me tendrás” y ésos aires de soberbia... ¡Aaayyy! sí que me encantaba. En fin, fui a buscar a Claudia para bailar y pasamos el resto de la noche divirtiéndonos bastante.
En un momento estábamos bailando juntas cuando de pronto sentí unas manos en la cintura...
Me giré para ver quién era y... Pues, claro que era él ¿Quién más se creería con el derecho de tocarme así sin permiso?
Me sonrió y comenzó a bailar apretando mi cintura más junto a su cuerpo...
Claudia me miró, se hizo la boba y nos dejó solos. Nos quedamos bailando un poco...
Y vaya que sabía bailar. Si faltaba algo para convencerme de que me encantaba ya no hacía falta.

Luego vino un chico, se acercó y le dijo algo que por la música yo no pude oír. El me miró y le dijo algo al muchacho que lo estaba tironeando de la camisa.
Víctor se acercó un poco más, me dio un beso en la comisura del labio y se fue... Yo estaba que no cabía en mi cabeza.
En cuanto se fue, decidi buscar nuevamente a Claudia.
Ya eran cerca de las 5am cuando nos encontramos cerca de la puerta y me preguntó si me quería ir. Le dije que decidiera ella y nos fuimos.
Una vez afuera, llamamos un taxi y nos dirigimos directo a su casa.
En casa de Claudia llamé a mis padres para avisarles que ya estábamos de regreso y que me quedaría en casa de Claudia.
                             

Tal vez en otra vida...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora