Especial 5. Víctor.

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Domingo por la mañana compaño.

Vibra mi celular, sin quitarme las sábanas de encima tomo el teléfono que está bajo mi almohada,  tengo un sms de un número desconocido.

•¿Podemos vernos hoy?
Claro, si es que no estás con tu noviecita.

No respondo,  no puedo pensar claramente pero creo saber de quién se trata.
Para ser sincero no sé si responderé. Después de todo no me interesa.

Me quito las sábanas de encima y una luz enceguecedora golpea mis ojos.
Trato de abrirlos y duele.
Vuelvo a recostarme.
Cierro los ojos y siento que mi cuerpo gira, vuelvo a abrir los ojos lentamente y veo el techo girar sobre mí. Es obvio que anoche se me fué la mano.
Trato de acomodar mi vista y vuelvo a intentar mirar a mi alrededor, la luz ya no molesta tanto.
No estoy en mi habitación.
Miro detenidamente.
Es la habitación de mi madre.
Aún no recuerdo cómo llegué aquí.
Escucho pasos y me levanto de un salto.
Aún estoy medio desnudo, sólo cubierto por mis boxers.
¿Pero... Por qué?

Ay... No...

-Hola, cómo te trata la luz del día?.-
Una chica abre la puerta de la habitación. Es obvio que acaba de salir de la ducha.

-Ho... Hola...-

Ella me sonríe y se seca el pelo con la toalla.
¿Quién rayos es ella?
Se supongo que nos hemos acostado... Pero... No la recuerdo.

-¿Vas a bañarte?-
Sus pícaros ojos verdes me miran detalladamente de arriba a abajo. Sólo está envuelta en una toalla.

-Sí, si. Ya voy.-

Menos mal que mi madre anoche trabajó. No sé cómo hemos llegado a su habitación pero creo que es obvio lo que pasó.

-Oye... Me iré a bañar y regreso. Necesito hablarte.-
Le digo sin mirarla. Creo que si no me retiro ahora la situación se me hará bastante complicada.

Tomo una toalla del guardarropas de mi madre y me voy al baño casi corriendo.
La chica llevaba su ropa en la mano. Parecía recién lavada. Con olor a jabón y bien doblada.
Supongo que va a vestirse mientras me baño. Mejor le doy algo de privacidad.

Mientras me ducho trato de recordar algo pero no logro visualizar más que algunas partes.

Bailaba con alguien.
Luego un chico me sacó de la pista diciendo que alguien quería hablarme afuera... O algo así.
Creo que también he hablado con Sophie. La amiga de Claudia, mi vecina. Pero si quería estar con ella ¿Por qué me traje a ésta chica que no conozco?
¿Es que estaba tan hebrio que no me dí cuenta?

Supongo que debo preguntárselo directamente.

Luego de bañarme salgo y ella ya está vestida, mirando por la ventana hacia afuera.

-¿Ya estas mejor?

-Sí, éso creo.

-Ok. Cuidate. Ya me voy.

-Oye... Puedo preguntar?...

Ella me mira y comienza a reír a carcajadas.
Señala la cama y se ríe aún más.

-¿Quieres saber si nos acostamos?-

Puedo notar lo difícil que se le hace dejar de reírse.

Se tapa la boca e intenta calmarse.

-No galán. No ha pasado nada entre tú y yo.
Anoche estuvimos en aquella fiesta que dió Florencia por su cumpleaños. Supongo que la conoces porque fuiste, ¿o no?

-Sí, la conozco.

-Ok. Ella y yo... Bueno, es complicado. Tu estabas con una chica, que por cierto acabo de verla en la casa de al lado. Y yo estaba con Flor.

Como a ambos nos rechazaron nos quedamos conversando y tomando demás.
A decir verdad ya estábamos bastante hebrios.-

-Y luego...-

-Espera, luego de que Flor y está chica se nos alejaron y tu terminaste de discutir con el primo de Florencia afuera, volviste a buscar tu vaso de cerveza y me dijiste que te irías. Te ofreciste a acompañarme, pero ambos estábamos en muy mal estado así que terminamos tomando un taxi y al llegar aquí me ofreciste dormir en tu habitación y luego viniste a dormir en la de tu madre.

-Sí, pero éso no explica qué sucedió con nuestra ropa.-

-AH! Sí.
Cuando íbamos a subir al taxi para volver te tropezaste y derramaste el vaso lleno de cerveza que llevabas contigo.
Una vez aquí me mostraste donde podía lavar y secar mi ropa. Te ofreciste a hacerlo pero te mojaste todo. Así que te llevé a la habitación. Te quité la ropa y te quedaste dormido.
Luego yo, que claramente estaba algo mejor que tú lavé y puse a secar mi ropa y éso fue todo.-

-Ok. Ya entendí. Entonces, tú eres...-

-Sí soy lesbiana. Me gustan las chicas. Me gusta Flor para ser exactos pero ella aún "no sabe lo que siente". Pero no importa en fin, tu y yo no hicimos nada.-

-Ok está bien. Gracias por todo. De verdad si no fuera por tí tal vez habría terminado durmiendo en el patio-

-De nada. Entonces ya me voy.-

Ántes de que se vaya le digo:
-Ey, esperame. Me visto y te acompaño.

-Ok.-

Decido irme de ésa habitación. No sin ántes ordenar la cama, obvio.
Mientras ella me espera sentada en la escalera, yo me visto con lo primero que encuentro.
No dejo de pensar en que tal vez debería dejar ése mal hábito de traer chicas a casa.
O tal vez no, a lo mejor sólo debo dejar de beber tanto.
Aunque, todos los fines de semana digo lo mismo...

Después de vestirme salimos y la acompaño caminamos en silencio y cuando llegábamos a la esquina, ella se detiene y me agradece nuevamente.
-Hasta aquí esta bien. Prefiero caminar hasta casa sola. De nuevo gracias.-

-No hace falta que me agradezcas nada.-

-¿Sabes? Creo que podríamos ser amigos-

Luego de éso me sorprende en un abrazo, correspondo.
De repente veo pasar a...
Quisiera hablarle pero sólo me sale guiñarle el ojo.
Pasa junto a nosotros y sigue caminando sin más.

Una palmada en la espalda me trae de regreso. Una vez me suelta de su abrazo, que realmente se sintió como el de un viejo amigo, le respondo.

-Claro, yo también creo que podríamos ser buenos amigos.-

-Nos vemos-
Me dice y se se retira.

-Suerte con ella.- Le respondo.

-No, suerte a ti con ella-
Me dice sonriendo y mira hacia donde iba caminando Sophie.-

No digo nada. Sólo sonrío y empiezo a caminar hacia casa.


Tal vez en otra vida...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora