Capítulo XII. ¿Adulta?

61 6 0
                                    

-Ay que recuerdos.-
Pensé en voz alta mirando la taza de café que tenía en mi mano. Decidí luego llamar a Claudia para hablar con ella de lo que pasó en la mañana. Por lo pronto iba a intentar poner en orden mis ideas.
T

omé un baño y miré unos capítulos de mi serie favorita en Netflix.
No había notado las horas que pasaron y me quedé dormida.

A medianoche, cuando desperté llamé a Claudia, no podía dormir y tal vez ella estuviese despierta. Me atendió el contestador.

Luego, seguía sin poder dormir y llamé a mi esposo.
Me colgó. A lo mejor esté ocupado. Luego volví a marcar y me respondió. Sonaba algo extraño...

-Hola Adam...-

-¿ Sophie qué haces despierta a ésta hora?-

-Nada, sólo quería saber cómo estabas y si vendrías en la mañana.-

-No lo creo. Me enviarán a otro lugar a hacerme cargo de un negocio importante. Lo siento estoy ocupado con algunos papeles.
Por la mañana iré a recoger algo de ropa y estaré fuera de la ciudad al menos por 15 días si el asunto se soluciona rápidamente.-

-... Ah, ok... Está bien. Tal vez cuando llegues no esté. Ya sabes, trabajo.-

-De acuerdo, Descansa-

-Igual tú.-

-Adiós.-

Me pareció extraña su manera de hablar pero, como había tenido un día más que estresante decidí que tal vez serían ideas mías.
Traté de dormir lo que quedaba de la noche...

En la mañana muy temprano salí rumbo al trabajo. Fue un día normal como cualquier otro.

Le envié un WhatsApp a Adam para desearle un buen día. Y buen viaje. Pero sólo lo leyó. No me respondió.

Cuando terminó mi horario laboral, decidí ir a ver a Claudia en lugar de volver a casa. Tomé un  taxi al salir, cuando llegué a su casa no pude evitar mirar hacia la casa de al lado. Me di cuenta de que no debería estar mirando y volví a lo que estaba. Caminé hasta su puerta y golpeé.

Tras menos de un minuto salió Claudia.

-Sophie, que sorpresa.

... No te esperaba. Pasa.- Dijo medio adormilada.

-Oye pero has tenido una buena noche, son las 14:30 ¿Recién te despiertas?  Y... Ésas ojeras sí se pueden apreciar... Y ni hablar de ésa marca en el cuello.- Le dije tratando de no reírme.

-Algo así.-Respondió sin más evitándo continuar con mis bromas.

El resto de la tarde sólo hablamos de cosas sin importancia hasta que finalmente salió el tema importante.

-Sophie... Sé que estás evitándolo pero... Sé que algo te inquieta. Te conozco. Nunca vienes sin avisar. Y mucho menos me llamas en medio de la noche. Ya dímelo.-

-Clau, ayer, ayer lo vi. Y no puedo dejar de pensar en él. Ya no sé qué hacer.-

-Yo te dije que lo había visto y me preguntó cómo estabas.

No supe qué decir, a decir verdad me tomó por sorpresa, no creí que después de tanto tiempo seguiría interesado... En fin. Sólo le dije que estabas bien. Nada más. No estaba segura de si querrías que él supiera de ti y Adam.-

-No te preocupes. Está bien. Supongo que ya debe saberlo. Pero... Es que... Hay tanto en mi cabeza últimamente.-

-So. Sabes que siempre quise lo mejor para ti. Yo... Me arrepiento de ocultarte tantas cosas...- Noté un tono afligido en su voz, sin embargo la dejé continuar -Pero somos adultas ahora, y creo que entiendes que las veces que no te he contado sobre las cosas que él me decía de ti, o cuando preguntaba dónde estabas era para que no salieras lastimada.-

-Lo sé, y te lo agradezco. Pero, igualmente pasó. Y dolió. Pero no te preocupes. Tu intención era buena. Si no hubiese sido por ti tal vez habría sido peor.-

Un profundo silencio nos envolvió. Claudia lo interrumpió preguntando si quería tomar algo. Como era al rededor de las 20hs no estaría mal tomar unas copas. Acepté, la verdad era que estaba necesitando algo fuerte. Y al parecer Claudia igual. También la conocía bien, y sabía que algo le estaba molestando, pero no quiso decirme qué era. Sólo me aseguraba que estaba bien.

Finalmente, cerca de media noche decidí irme a casa.

Claudia me acompañó hasta la puerta para despedirme.

Y al salir, pasó. Él pasó... Lo reconocí de inmediato. Iba fumando, me saludo como a escondidas. Como nos saludábamos antes, como si no quisiéramos que nadie más nos viera.

Le respondí el saludo como mecánicamente y me sonrió.

Me apresuré y empecé a caminar, después de todo. Yo seguía viviendo a pocas calles de la casa de Claudia.

A una calle de la casa en la que había crecido con mis padres. Adam y yo la habíamos comprado antes de casarnos.

Mientras caminaba,  saqué mi celular del bolsillo y la llamé.

-Sophie,  ¿Te dejaste algo en casa?

-No,  no es eso...  Es que... -

-Dime... -

- Clau, no sé si sea lo correcto. Pero estoy pensando demasiado en todo y creo que tal vez vuelva a arriesgarme.-

-Sophie, lo que sea que hagas yo te apoyo, sólo no quiero que salgas lastimada como aquella vez.-

-Gracias, Clau. -

-No hay nada que agradecer. Bye-

Llegué a casa en menos de cinco minutos.

Busqué su perfil en Facebook, Instagram y en cuánta red social se me ocurrió.

Me costó. Ya que él no usaba su nombre real en ellas. Pero lo hallé.

Y me puse a ver todas sus fotos. Y encontré una de la fiesta de fin de curso del instituto. Una foto que como todo lo que tenía que ver con él, me traía recuerdos hermosos y muy tristes...


Tal vez en otra vida...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora