Especial 2. Florencia.

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16:30hs.

-Rayos Rayos Rayos-

Voy caminando apresurada y de mala gana hacia el supermercado de los coreanos.

14:00

Hoy por la mañana mis padres me dejaron la lista de las compras y debía hacerlas antes de que llegaran pero, cuando salí para ir al supermercado me encontré a la vecina, y me quedé conversando con ella, Celeste se llama. La conocí hace unos días cuando se mudó a vivir junto a sus padres. Me parece una chica súper divertida y amigable.

Nos quedamos hablando un rato y me invitó a pasar a su casa, estuvimos un rato, tomamos un café y después de al menos media hora, me despedí y continué mi camino.

Pasé por una pequeña tienda de artículos para dama.
Ropa, accesorios y demás.
Me quedé viendo cosas, y como tenía dinero en el bolsillo de mi pantalón y no sabía de donde había salido pensé en que podría gastar un poco. Entonces me probé un vestido que me quedaba genial, pensé usarlo en mi fiesta de cumpleaños y volví a casa.

Cuando llegué estaba el auto de mis padres fuera.
No le dí importancia y entré.

-¿Florencia por qué la alacena está vacía?-
Pregunta mi padre desde el umbral de la puerta de la cocina.

-No lo sé papá.-
No sé dónde quiere llegar.

-Florencia te dejamos una lista y dinero para que fueras a comprar al supermercado.-

-Ay... Lo siento... Lo olvidé.-
Respondí y escondí la bolsa con el vestido detrás de mí.
Ya sé de dónde había salido el dinero.

-Una hora. Tienes una hora para ir y volver.-
Señala detrás mío.
-Y repondrás el dinero que gastaste de tus ahorros.-

-Sí papá.-
Dejo el paquete sobre el sofá del living y voy hacia mi habitación. Tomó de mi cerdito el dinero que gasté y bajo para ir a hacer las compras.

Yo sabía que debía hacer algo y por éso salí con el dinero. Pero no recordaba qué. Ésta vez no me voy a detener a ver vidrieras. No me pasará dos veces.

Siempre igual de distraída.

Faltan tres calles para llegar y veo a Adam, mi primo cruzar la calle.

-¡Adam!-
Lo llamo, no está lejos, me oye y se vuelve para venir a saludarme.
Una vez cerca me dice:

-¿Hola Flor cómo estás?-

-¿Bien y tú? ¿A dónde ibas?-

-Me alegro. Yo bien también, voy al café de la esquina ¿Quieres acompañarme?-

Lo pienso un momento ántes de responder.

-Está bien pero sólo un momento.-

Él sonríe y me ofrece su brazo como todo un caballero para que lo acompañe.

Sólo será un momento.
Sólo un momento ¿No?

Tal vez en otra vida...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora