Capítulo IV. Insegura.

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-¿ Y dónde se supone que irás?-
Dijo la persona frente a mi con voz grave y profunda. Levante un  poco la vista y ahí estaba mi padre  serio, con el ceño fruncido viéndome directamente a los ojos. Lo miré y antes de decir algo me interrumpió con un gesto de su mano, dándome a entender que era mejor callarme.

-No quiero excusas, vas a ir porque tu madre y yo necesitamos tiempo a solas. Y quiero que te cuides y te diviertas.-

Sin terminar de procesar lo que dijo estaba a punto de quejarme cuando me dio la espalda y comenzó a reír en una carcajada bastante fuerte...

-Ay Sophilinda (así solía llamarme, vaya uno a saber por qué) Hija eres taaan aburrida deberías haber visto tu cara...-

Y así se fué,  sin dejarme responder. Claro que evidentemente ya tenía permiso. Pero no estaba segura de si debía ir.
Mi amiga ya me había hablado de su vecino, Víctor,  claro que yo me hacía la desinteresada pero era imposible ocultarle algo a Claudia,  me conocía muy bien y sabía que él me gustaba. Sabía por la chismosa de Claudia que además era amiga de Víctor,  que él tenía novia. Pero vamos, que no teníamos la edad suficiente para que algo así séa una relación más seria de lo que nuestras hormonas nos permitirían.
Así que sin más, me dispuse a buscar qué usar ésa noche.

Como no era de salir demasiado seguido no tenía nada que valga la pena usar. Así que decidí salir antes hacia la casa de mi mejor amiga para que me preste su ropa y dejarme en sus manos, sabía de sobra que ella tenía buen gusto y me sabría ayudar.

Al llegar a su casa toqué el timbre y ella salió. Me invitó a pasar y juntas subimos a su habitación.  Para mi sorpresa tenía dos atuendos listos sobre la cama. Uno bastante sexy y el otro un tanto revelador y atrevido.

-Me imaginé que vendrías a refugiarte en mi armario y traté de buscar algo no taaann... ¿Cómo decirlo? Mi estilo.- Dijo mientras miraba la ropa que llevaba puesta.
Generalmente usaba ropa muy sugerente. Y no es como que me diera pena usarla. Me gustaba, pero llamar la atención ése día no era lo que tenía pensado. Aunque era justo lo que ella quería. Y continuó hablando sin dejarme interrumpir.
-He hablado hace un momento con Víctor, y me dijo que irá. Le dije que yo iría con "Una chica" y el me comentó que iría sin Sabrina, su novia.
¿Sabes que significa? Podrás por una vez dejar de verlo de lejos y acercarte de una vez.-
La interrumpí sin más...

-Claudia, no estoy segura de si quiero eso. Para ser sincera no sé si podré. Mírame. Soy el Sr. Tablón, me parezco tanto que hasta podría salir en las caricaturas. Cómo crees que siquiera se voltearía a verme?-
Le dije mirándola con algo de desconfianza. No es que ése chico me quitara el sueño. Pero a nadie le gustaría ser rechazado. ¿O no?.
-Lo hará, créeme. Te verá, eso seguro. Sólo déjame esto a mí.-

Así que sin discutir me senté y empezó con mi cabello, luego me maquilló y me vestí, mientras ella terminaba de arreglase.
Cuando terminamos me dejó verme al espejo y ahí estaba una nueva yo. Era como la Cenicienta. Sólo que a diferencia suya, yo tenía permiso de estar toda la noche en la fiesta.
Me miré incrédula y me encantó. Me sentí bonita, o sea, sabía que no era fea, pero tampoco era la más linda, de todas formas me sentía algo insegura, por alguna razón no podía evitarlo.

Salí de mis pensamientos cuando ella me empujó para retocar su labial.
-Bueno salgamos, nos espera una gran noche. Y a ti, mi vecino hot.- Dijo al tiempo que me jalaba del brazo hacia afuera de la habitación.
Nos despedimos de su madre. Y salimos.
Afuera nos esperaba un taxi. La fiesta no era lejos, podíamos caminar pero era de noche y sus padres y los míos nos dieron permiso sólo con la condición de que lleváramos los celulares encendidos y fuésemos y volviéramos en taxi.
Así que así, emprendimos nuestro camino hacia una gran noche...

Tal vez en otra vida...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora