Capítulo 1

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"Ha crecido demasiado"

"Mantenerlo es mucho gasto"

"Ha roto el florero de la sala"

"Casi muerde a uno de los niños"

Aquellos fueron los motivos para que esa tarde lluviosa el señor Kim, un hombre cerca de los cuarenta años, padre de familia y empresario tomara a su mascota de cinco seis años; Teddy, le pusiera su correa y lo subiera al automóvil.

Para Teddy era un día de paseo, veía el agua correr por las ventanillas mientras estaba sentado en el asiento del copiloto junto a su dueño, a quien amó desde el primer día que lo conoció.

Normalmente los días de lluvia la familia Kim se colocaba a ver películas en la sala, a Teddy le gustaban esos días, eran sus favoritos, hacían chocolate caliente y galletas, era como navidad, a él le daban premios, esos pequeños corazones de carne que le encantaban.

Se acostaba en la alfombra y los pequeños lo utilizaban de almohada mientras veían la televisión, Chan, el menor de los hijos, le daba a escondidas de sus galletas, Teddy gustoso las recibía, agitando la cola y lengüeteando su mejilla como agradecimiento.

El hombre manejó hasta las afueras de la ciudad, llegó a un sitio lleno de árboles y aparcó.

Teddy lo observó en silencio, el hombre seguía con las manos en el volante, dejó caer la cabeza y comenzó a llorar, su mascota se alertó escuchando aquel sonido que rompía su corazón, inquieto, se acercó y le lamió la mejilla.

El hombre mayor se limpió las lágrimas, esperó a que dejara de llover y bajó del auto.

El canino corrió apenas abrieron su puerta, dio varios saltos y giros, demostrando su felicidad a pesar de que el césped estaba mojado y él no traía ni siquiera una capa como la que solían colocarle cuando lo sacaban en los días fríos.

—Ven, vamos a jugar Teddy —Dijo el hombre, caminando hasta una cerca de madera que rodeaban los árboles, donde lo amarró.

Teddy no entendía qué ocurría, él quería jugar pero por más que intentara caminar le era imposible soltarse, el señor Kim le quitó el collar con su nombre, recordaba ese día, agitaba su cola sin descanso, le habían dicho que llevaría esa placa con su número por si algún día se perdía.

Se sintió importante y amado, recordaba ese día como el más feliz de su vida.

Pero ahora su cuello estaba desnudo, sin nada más que una soga que le impedía caminar más de dos metros, miró los ojos del señor Kim, rogándole con la mirada que sacara la pelota amarilla con la que normalmente jugaban, que se la lanzara lejos y él correría a buscarla.

Algo en él se rompió cuando su dueño le dio la espalda y se marchó, dejándolo ahí, solo.

Teddy le había hecho una promesa cuando lo conoció, amor eterno y puro, compañía hasta el último de sus días a cambio de dos simples cosas; un poco de cariño y que nunca lo abandonara.

Se quedó sentado mientras lo veía alejarse cada vez más, escuchó el sonido del auto y no regresó.

Su corazón era tan inocente y su amor tan grande que pensó que volvería por él.

El agua comenzó a caer y desde entonces los días lluviosos no volvieron a tener el mismo significado.

JiCheol ♡ Pure love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora