Capítulo 2

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Teddy estuvo vagando durante un mes por las calles de la gran ciudad, buscando al señor Kim, intentando encontrar su olor para finalmente volver con su familia.

Él no había hecho nada malo, orinaba en el jardín aunque al principio le costó trabajo entender que debía salir de casa cuando su vejiga se llenara pero la señora Kim lo golpeó más de diez veces para que no lo olvidara, aprovechaba que su esposo trabajaba todo el día para tratarlo de una manera distinta a cuando el hombre se encontraba ahí.

Sentía miedo si orinaba en la sala o en el pasillo, muchas veces no alcanzaba a salir de casa y terminara haciéndose en el piso de madera que ella tanto cuidaba, salía corriendo a esconderse para que no le pegara con esa correa que guardaba en el armario.

Quizás por eso lo habían castigado pero hubiese preferido que lo dejaran durmiendo en el jardín como cuando rompió ese costoso florero, la señora Kim ese día no le dio comida en todo el día pero Teddy pensó que estaba demasiado ocupada y se le había olvidado.

Él solía jugar con los pequeños en casa, Chan, el menor de ellos, había tomado una de sus pelotas y en un intento de quitársela para continuar jugando, pasó a llevar su manita, al crecer sus dientes se habían vuelto más fuertes y aún no sabía medirse en sus acciones.

Chan comenzó a llorar y la señora Kim lo llevó al baño donde estuvo encerrado todo el día.

No había sido su intención lastimarlo.

Ahora la ciudad parecía un enorme parque, lleno de personas que a veces lo acariciaban pero muchas otras veces lo golpeaban para alejarlo o lo miraban con desprecio.

Teddy sólo quería a su familia, encontrarla y que lo abrazaran.

La comida no era la misma, debía romper bolsas de basura buscando alimentos y no sabía por qué a algunas personas les molestaba o por qué le lanzaban piedras, no dañaba a nadie, tenía hambre y era la única forma de comer algo.

Hasta que un día llegó a una calle bonita y pintoresca, con lindos edificios de colores y varios puestos de comida y periódicos, librerías y gente que tocaba instrumentos para que le dieran dinero.

Cómo aquel chico que estaba con un violín y cuando la gente pasaba se agachaba para dejarle monedas, a Teddy le gustó tanto el sonido que hacía que comenzó a saltar y dar giros, haciendo reír al vendedor de periódicos.

Un delicioso olor a jamón lo hizo correr y cuando vio a una señora salir de la tienda, se lanzó para romper la bolsa que llevaba en la mano, alcanzó a sacar sólo un pedazo de jamón antes de que la mujer comenzara a golpearlo con su bolso, Teddy salió corriendo a esconderse en un callejón oscuro cerca del chico que tocaba el violín.

Sus ojos se humedecieron, hace una semana no había comido algo tan delicioso como lo que la señora llevaba en su bolsa, se acostó en el suelo mirando los automóviles pasar, evitando cualquier tipo de contactos con humanos.

Era día lunes y JiHoon bajó corriendo por las escaleras del edificio, ya que el ascensor nunca llegó e iba tarde al trabajo, era parte de una empresa de modelaje, le iba bastante bien en ese rubro, se sentía cómodo y le pagaban bien.

Vivía solo en un bonito departamento y asistía a eventos sociales importantes donde siempre salía con ofertas de catálogos de ropa deportiva o campañas publicitarias de perfumes.

—Buenos días Jun —Saludó al chico encargado de la recepción —Nos vemos.

—Que tengas un bonito día, JiHoon —Sonrió amablemente viendo al pequeño castaño correr hacia la puerta.

La única opción que tenía para llegar temprano a la sesión de fotos era tomar un taxi, caminó unas pocas calles y en un momento se giró a ver un callejón.

Un perro mediano de un pelaje café claro lo miraba desde allí, JiHoon se acercó lentamente para acariciarlo y el canino se alejó, como si le tuviera miedo.

El sonido de su móvil le recordó que iba tarde por lo cual tomó un taxi y se dirigió a su trabajo.

JiCheol ♡ Pure love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora