Apenas suena en el teléfono su canción favorita, Izuku suspira aliviado. Los viajes en avión siempre le ponían nervioso y su pareja los frecuentaba más de lo que le gustaría.— ¡Hola! — saluda tan fuerte que el vocalista debe de apartar el auricular de teléfono. Aún está sentado en el avión esperando a que autoricen bajar y la azafata ya se rió de él.
— Hola, ¿dónde estás? —pregunta al oír bullicio a su al rededor. Se supone que Izuku estaba en casa y eso parecía el exterior.
— ¡En el aeropuerto! — exclama el pecoso emocionado.
— Pero si te dije que- —Se traga los insultos que normalmente diría y cuenta hasta diez antes de hablar — ¿No habíamos quedado en que me esperarías en casa? — intenta fallidamente de que su voz no denote lo cabreado que está. Verlo en la calle por su cuenta le ponía los pelos de punta. No tenía cómo saber de dónde provenían los sonidos con claridad. Era peligroso.
— Lo sé, pero no sabía a qué hora llegarías... y estar en casa me estaba desesperando.
— ¿Viniste solo? — pregunta solo para confirmar sus sospechas.
Conoce a Izuku y es buena persona, pero tremendamente imprudente; en especial consigo mismo.
— Sí, pero fue sencillo. Tomé un taxi y llegué bastante rápido. ¡Hay mucha gente! — Otra vez su grito hace que varios pasajeros volteen hacia el vocalista, quien contra ataca con gesto asesino.
Si antes Katsuki estaba enojado, ahora lo quiere matar. Ya hablaron de aquello, y no quiere ni saber qué hizo mientras no le vigilaba. Conociéndolo hasta debió de salir a correr con el mugroso perro.
— Caminar solo por la calle aún es peligroso, ya hablamos de eso — Le recuerda la conversación que tuvieron antes de que se fuera— ¿Por qué haces cosas peligrosas? — pregunta jugando con la bombilla de su café y partiéndola de a poco en pedazos, luego siguiendo con el envase.— ... Quería sorprenderte — responde apenado. Kacchan se enojó.
«Vaya sorpresa», desea decir el rubio pero se aguanta. Ya lo regañaría después, ahora también quiere verle. Los cuatro días que estuvo lejos fueron extraños, dormir en su antiguo departamento era solitario y le traía recuerdos que quería olvidar. Tendría que empezar a buscar otro.
— ¿Estás enojado?— pregunta un angustiado Izuku, perdiendo todo el ánimo que tenía.
— No. — responde secamente. La gente comienza a levantarse, ya debe salir a por sus bolsos —. Debo bajar del avión.
— ¿Vas a abrazarme? — consulta tímidamente el menor y el vocalista suspira derrotado.
— Claro que sí, te digo que no estoy enojado.— Esta vez habla con mayor amabilidad. Quien eligió como pareja era muy sensible y ya puede ver su gesto angustiado. La imagen mental le destruye.
— No lo decía por eso —explica mirando hacia atrás —. Es que... creo que alguien me está siguiendo.— confiesa mirando de reojo a no una, sinó un par de personas sospechosas. Había en su aburrimiento recorrido todo el aeropuerto de Okinawa. Tenía bastantes tiendas y en todas se había topado con ese par. Nunca se apartaban y le estaban comenzando a poner nervioso.
— ¡¿Qué?!, ¿estás seguro? — pregunta inquieto, bajándose a paso rápido del avión. Quien fuera aquel personaje estaba muerto si empezaba a acosar a su novio.
Sus pasos se aceleran para no encontrarse con tal escenario, lo último que necesitaba era una denuncia por violencia y ese reportero, porque obviamente eso era, tendría su merecido si le ponía un maldito dedo encima. La prensa podía volverse agresiva cuando veía signos de debilidad, y su única debilidad de momento sería él quien nunca ha tenido que lidiar con los medios.
— ¿Dónde estás? — pregunta ignorando al personal de seguridad que debía recibirlo al bajar, gritándoles a lo lejos que vayan por sus maletas.
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►ROCKING MY HEART◄ [Finalizada]
FanfictionKatsuki Bakugou es vocalista de la banda de punk #1 de Japón. Se podría decir que su vida era perfecta, excepto por una cosa: Los fans. Su carácter explosivo e irritable no le ayuda a lidiar con estos. Menos con aquel problemático pecoso de ojos ver...