— Hola.Escucha el agotado baterista dejando caer sus bolsos al suelo de la sola impresión. Su ángel de la muerte ha aparecido vestido en chaqueta de cuero y jeans rasgados. Su cabello rubio está revuelto y tiene enormes ojeras.
Está de mal humor. El viaje le ha resultado agotador y no pudo dormir pensando en si llevarse a Izuku con él o dejarlo en casa.
Tenía ganas de llevarlo con él, pero viajar en sus condiciones era complicado por los cambios de presión, por lo que le había prácticamente ordenado que le esperara en casa; elección de la que ahora se arrepentía enormemente.
«Ya no eres sólo tú», le dice su conciencia la cual insiste en volver a casa y ver el cómo está. Dejar el concierto tirado y esperar a su cirugía.
Pensó en ello pero Izuku se negó. Estaba emocionado con ver una presentación suya aunque fuera por televisión.
— Hola — contesta a su amigo. Kirishima era el único que había aparecido, cosa extraña pues siempre iba pegado a...
«Dios», maldice recordando "aquel detalle".
— Ha pasado mucho tiempo — menciona el pelirrojo, nervioso y agradecido. Denki todavía no llegaba a la sala de ensayos, lo que era casi seguro fuera adrede. Había insistido mucho en pasar la noche en su propia casa y verse en la mañana. Ahora todo tenía sentido, estaba dándoles un momento.
Y escapando como una rata cobarde.
El silencio permanece en la habitación mientras Katsuki se quita la chaqueta, revolviéndose el cabello indeciso mientras mira sus instrumentos, perdiéndose su mirada en ellos.
— ¿Desde cuándo? — pregunta finalmente, rompiendo el tenso silencio y haciendo grandes esfuerzos por sonar casual. Mas en su voz iba impresa la traición que sentía, pues no puede evitar pensar que de haber sabido de aquella relación podría haber soltado su tema con mayor facilidad.Quién sabe, quizás hasta hubiera podido pedir consejo y no terminar jodiendo todo hasta casi destruirlo.
Aunque a quién engañaba, no habría servido. Sus propios traumas infantiles y el miedo al qué dirán eran tormentos que por su cuenta debía de superar. Kirishima no tenía la culpa de sus problemas. Eran suyos y así debía de superarlos.
— Desde la fiesta en donde golpeaste a Shōto — contesta el baterista, dejando sus cosas en el mesón. Ya no está enojado con él por apartarle. No después de pensar en cómo era su amigo y en lo mucho que debió de sufrir en silencio como siempre.
Katsuki tenía sentimientos, pero siempre protegidos por una dura coraza de hostilidad.
No sabía si sentir más pena por él o por su pareja, quien debía de ser una especie de santo a puertas de la beatificación para tenerle tanta paciencia.
— ¿Es tu venganza por lo que pasó? ¿El ponerte a coger en mi llamada? — pregunta Katsuki recordando todavía los gemidos que le provocaron por las noches escalofríos y pesadillas —. Porque eso te pasó por mirón —menciona sin atreverse a mencionar el hecho — ¡¿Quién anda revisando los baños?!
— ¡¿Qué?!— pregunta devuelta ofendido — ¡No hermano!, ¡joder, no! — Exclama un espantado y sonrojado Eijirō a más no poder.
«De verdad lo escuchó», se atormenta.
Pensó, mas bien dicho, se obligó a pensar para poder dormir en que no lo hizo. Que había sido una coincidencia y todo estaba bien. Katsuki nunca escuchó y el mundo seguía girando.
Ahora bien sabía que lo hizo y con lujo de detalles. Denki era demasiado chillón.
— No quería que te enteraras así hermano. Eso fue... Dios... olvida eso. ¡Bórralo de tu cerebro! — pide deseando que realmente se puedan eliminar memorias a voluntad — Y respecto a lo de mirarte adrede, ¿qué demonios? Estabas en el baño de hombres cogiendo con lo que según tu historia, sería un transexual. ¡Eran gemidos masculinos, no soy sordo! — explica luego lamentando su elección de palabras, y cambiando el rumbo de la conversación (La sordera se había vuelto un tema delicado)
— Si tenías algo con ese chico de la fiesta podrías habérmelo dicho ¡Somos amigos, lo habría entendido!
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►ROCKING MY HEART◄ [Finalizada]
Fiksi PenggemarKatsuki Bakugou es vocalista de la banda de punk #1 de Japón. Se podría decir que su vida era perfecta, excepto por una cosa: Los fans. Su carácter explosivo e irritable no le ayuda a lidiar con estos. Menos con aquel problemático pecoso de ojos ver...