Goodbye

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ー Por favor, recuerda sólo esta vez. ー pido en mi último gesto egoísta.

Gentilmente asientes, esbozando una encantadora sonrisa que ni las lágrimas logran opacar.

Respondo intentando sonreír, mientras siento el calor llegar a todas partes de mi cuerpo. Me recuerda a la primera vez que estuvimos juntos, al igual que ese día te veo y no sé qué hacer... Eres la cosa más perfecta que he visto.

Con tu mirada atenta a cada uno de mis movimientos, me acomodo sobre ti. Mis manos presionan sobre el colchón y tomo aire.
No pensé que tendría otra oportunidad como esta, y la agradezco.

Decidido a eliminar aquella cortina de vergüenza y prejuicios de mi mente, te doy un suave beso en el mentón. Siento tu sonrisa y dejo que mis labios se deslicen lentamente a través de tu garganta, recorro cada parte de tu cremosa piel, bañada en pequeñas marcas que desde el primer segundo adoré. Son como un mapa estelar lleno de diminutos astros vacíos que esperan a que los reviva, que les de un poco de mi calor.

Mis manos te despojan de tus ropas y ya sin nada que cubra tu piel, te doy un suave beso en la clavícula. Tu respiración agitada, golpea mi rostro.

Nublado por la lujuria que me provocas, me desnudo ante tu atenta mirada. La luz que ilumina desde la lámpara de noche me permite ver como tus verdes ojos me analizan por completo, acto que permito con gusto. Quiero que te acuerdes de mí aunque sea una petición egoísta.

Me acomodo nuevamente sobre ti con mi cerebro ya fundido, acercándome a tu extremadamente sonrojado rostro hasta rozar tus dulces labios. Me gustan y los odio tanto que termino por recorrerlos con la punta de mi lengua antes de moderlos, luego comenzando a besarte, esta vez con mayor intensidad.

El calor de tu boca contra la mía es algo que difícilmente podré olvidar.
Ni siquiera te has ido y ya comienzo a extrañarlo.

Tus adictivos labios me acarician en un beso húmedo y ruidoso. Donde siento cómo tu figura debajo mío se estremece.

Cuando mi necesitado miembro se frota contra el tuyo, puedo escuchar perfectamente el sonido de tu acelerado corazón, martillando contra mi pecho con tanta fuerza, que comienzo a preguntarme si podré usar el ritmo para escribirte alguna canción.

Una de mis manos se desliza hasta dar con tu erección, atrapándola, para luego comenzar a atenderla. La sacudo con suavidad y tu cuerpo tembloroso, preso de un insano deseo que nos consume a ambos, cede ante mi tacto. Tus caderas siguen mis movimientos y comienzo a oír mi melodía favorita.

Tus gemidos.

Extasiado por volver a oír aquellos sonidos de placer que brotan sin control de tu garganta, acelero el ritmo. Tu espalda se tensa y tus caderas se elevan, permitiéndome hurgar entre tus muslos entreabiertos, busco hasta dar con la entrada de mi templo de placer; ese al que solía acudir sagradamente en mi incontrolable deseo de tenerte, doy con él y lo acaricio en movimientos circulares, adentrándome lentamente. Sueltas un jadeo y tus manos frías y suaves recorren la piel ardiente de mi espalda, presionando cuando sientes incomodidad. Hacen de guía, indicándome cuándo debo parar. Cuándo entrar más profundo.

►ROCKING MY HEART◄ [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora