Cap. 12

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Pero no me dejes nunca, nunca, nunca... Te lo pido por favor. - Jaguares.

La miró de soslayo, no entendía como su mujer parecía tan neutra. Un alma atrapada en un bello cuerpo esculpido por los dioses, esa piel exquisita que besaba todas las noches por su agridulce sabor... El cuerpo de una de sus pertenencias.
Cuanto se enamoraba de ella, y sobre todo con la preciada noticia que le dio hace no mucho, un plan a medio cumplir.

-Milk, ¿qué haces ahí de pie? -preguntó sentado en la esquina de su cama. La mujer se tenso por completo.

-Es que, me desperté para ir al baño- echo una excusa al aire. Con los días pasados en su cárcel que más bien era su nuevo hogar, superaba sus miedos hacia Broly, él fingía tan bien sus intenciones como un actor de calidad.

-Van aquí hermosa, tienes que dormir.

Ella suspiro con resignación, iba a darse la vuelta y unos brazos la acogieron calurosamente, sintió la respiración del gran hombre entre el hueco de su cuello y hombro izquierdo, cerró los ojos y su ritmo era pausado.
El viento se colaba por las ventanas, elevando las cortinas, sus cuerpos se mides nudos se rozaban. No había quien rompiera el eterno lazo en que estaban.

Sus padres ya sabían de sobra la noticia, ¡los jovencitos serían padres!
Una fiesta para ellos era prolongada, todavía en el desarrollo de los preparativos, por iniciativa de Broly. Le sonaba tan perfecto y con una pizca de orgullo saber que sería padre, la sorpresa fue un milagro. En cambio Milk, caía hasta el final del gran pozo hondo de su ser. Y ahora que era la vida, siendo madre ya no habría escapatoria a otro lugar, ya no seria su esposa, ahora realmente sería "propiedad" de él por su tan ansiada boda.

La recostó sobre su pecho, con cansancio elevo sus manos hacia su rostro, ambas miradas se toparon. Por iniciativa de la joven, unieron los labios en un corto beso de buenas noches, si así se le podía llamar.

Bardock tocó la puerta dos veces, sin esperar que esta se abriera a la velocidad de la luz.

-¡Señor Bardock!

Abrió los ojos tan grandes como pudo momentáneamente, y luego tenía pegada a una joven rubia, aferrada a él.

-¡¿Dónde estaba?! ¿Por qué a esta hora? ¿Por qué se fue?

Launch no exigía delicadamente, quería todas las respuestas. Bardock sudo frío, si que las mujeres se preocupan mucho, se acordó de su amada Gine, quien igual solía reaccionar así.

-Launch tranquilízate, he salido a pasear. No todo el tiempo los voy a incomodar muchachos- alzó la vista para toparse con el joven sereno que observaba sin opinar.

-Nos tenía preocupados señor, sobre todo a ella. -habló con media sonrisa en el rostro.

-Cuánto siento causarles intrigas.

-Lo bueno es que esta aquí, y esta bien al parecer- Launch se separo para observarlo de pies a cabeza, se miraba sano y salvo. -También lo bueno es que llega justo a la cena- limpio su mejilla, una lágrima se le había escapado de felicidad de verlo. - Y me platica todo lo que quiera saber.

-¡Launch! - exclamó de mala manera Ten, a lo que el hombre de la puerta solo se limito a sonreír.

-Creo que de haber tenido una hija, sería igualita a ti...

Mientras tanto que en otro lugar, la tensión de una situación había disminuido drásticamente, como un presentimiento de pronto escuchar una tan anhelada respuesta.

Vegeta sentía pena por la muchacha que estaba desde mucho antes que él, la veía triste y cansada, con una mueca de disgusto.
Un solo asiento los separaba, como si ese día nadie más saliera herido, la sala estaba sola de no ser por qué ambos estaban ahí.

El galán [AU-DB] #PacmanAwards2019 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora