Cap.2

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Su nariz ya desconocía casi en su totalidad el incitante aroma de una cena deliciosa, y su paladar rogaba por tener la sensación de masticar luego de tiempo, carnes suaves...
La muchacha, su "ángel" se sentía bastante bien con su acción, el destino a lo pagaría con el tiempo.

Golpeaba la mesa con los dedos, con un leve movimiento de cabeza, le gustaba el sonido de la guitarra...
"Miles de lunas pasaron, y siempre ella estaba en el muelle esperando"

--Uuuh, uuuh...--la casa estaba vacía, así que le importaba poco cantar en voz alta aun sabiendo que era anochecer.

El cielo, oscuro y despejado. Fresco, que se requería de abrigos para andar por las calles, un cambio de temperatura brusco que trajeron las lluvias llevándose con ella las cálidas tardes. Lástima que seguian siendo tan tediosas.
Decidió recostarse en el sillón, con un volumen medio mirando al techo sin algo más que hacer, fue ahí cuando recordó un detalle.

Tenía que estar ahí, si el mismo la tenía guardada y con su memoria jamás olvidaría el lugar. Sacó de un cajón entonces, su vieja armónica.
Sus recuerdos acompañados de ese instrumento no eran los más gratos, pero fue obsequiada por su padre así que eso era ya muy importante para valorar.
Alguna que otra melodía todavía sabía tocar.

"Yo te prefiero irreversible, casi intocable"

Bulma peinaba su cabello frente al espejo, mirándose de que ángulo se le vería mejor o más cómodo. Dejó con suavidad el peine, suspiro.
Ya llevaba tiempo distanciada con Vegeta luego de una discusión. Y eso le alteraba en cierto punto.

--¿Qué hará ese idiota...?

En un hogar, en la noche con la escoba y una bocina a todo volumen, un hombre de cabellera negra y estatura mediana bailaba y cantaba con emoción. Unas casas cercanas encendieron luces luego del escándalo surgido.
Barriendo mientras movía hombros, pies y el cuerpo entero jugando, hacia la "limpieza" a su manera, justo a esa hora luego de no tener nada que hacer.
Otro hombre ingreso al hogar del sujeto, y éste por estar metido en su papel de bailarín no lo noto, se hizo presente por medio de su carcajada.

--¡Ya quisieras ser Luis Miguel!

Se sonrojo inevitablemente, echando casi humo por las orejas del coraje...

"En algún lugar de un gran país, olvidaron a Piccolo por que Vegeta lo desaparecio"

Toda ciudad se enteraba de los pleitos de la pareja de compañeros, o quizá era mucha exageración que todos...pero si la gran mayoría por sus semejantes gritos y peleas.

Una mañana nueva, anunciando otra lluvia prolongada por las nubes grises que cubrían en su totalidad el cielo, partía desde un acogedor comedor.

--Buenos días dormilón.

Arrugo la nariz, rascándose la nuca hasta que recobró el sentido.

--¿Bulma?.--la miró de pies a cabeza, ella servía la mesa.

Una tercera persona andaba ahí, una que tenía el ojo morado.

--Yo misma.--respondió sonriente.--Se te enfriara el desayuno.--dijo para terminar de sentarse, invitandolo.

Se acercó sentándose igual, mirando a Piccolo con una sonrisa burlona.

--Que bonito moretón, ¿quién te lo hizo?--siguió riéndose.

--Creo que fue un idiota al que casi dejo sin descendencia por una patadita...¿o no, Vegeta?--le devolvió la jugada, apoyando los codos en la mesa.

--Oh ¿en serio?, pero que me dices del golpe en la...

--¡Basta!.--intervino Bulma mirando a los dos con cara irritada.--¿No pueden desayunar en paz como los compañeros que son?

El galán [AU-DB] #PacmanAwards2019 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora